Mario Aburto Martínez negó haber asesinado al ex candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, quien fue ejecutado en Lomas Taurinas, Tijuana, el 23 de marzo de 1994 en medio de un acto de campaña.
Aunque formalmente es asesino confeso, razón por la cual está preso, Aburto Martínez insistió en su inocencia sobre el magnicidio ocurrido hace casi 27 años, así lo declaro en un audio difundido en exclusiva para Milenio Televisión.
La periodista Laura Sánchez Ley conversó con Mario Aburto y le cuestionó si cometió el asesinato de Colosio.
“Soy inocente y no fui. Mis padres escucharon una grabación antes de que usted hablara y se la van a extender. Se la van a hacer llegar. Estoy llorando, porque los hombres también lloran, tenemos sentimientos”, dijo sobre su responsabilidad en el caso.
A su vez, Sánchez Ley contactó al padre del magnicida, pues el pasado 26 de octubre, Aburto Martínez se amparó y demandó a Alfonso Durazo, todavía secretario de Seguridad, por trasladarlo del penal de Huimanguillo, Tabasco.
En esa prisión llevaba ocho años y tras un decreto del funcionario, formalizado la semana pasada, se desincorporó el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 6, “Sureste”, ubicado en Huimanguillo, del Sistema Penitenciario Federal.
De acuerdo con Rubén Aburto, su hijo fue trasladado al Centro Federal de Readaptación Social No.12 CPS-Guanajuato, localizado en Carretera Laguna de Guadalupe kilómetro 6.5, Hacienda Piedras Negras, Municipio de Ocampo, C.P. 37636.
La conversación de la periodista con el prisionero ocurrió poco antes de que fuera el traslado, según aseguró ella misma durante el noticiero conducido por Elisa Alanís.
En un segundo audio, el padre de Mario Aburto denunció que éste se encuentra incomunicado, por ello se amparó y presentó la demanda, según consta en el Consejo de la Judicatura Federal. Tras el cambio de prisión, Rubén Aburto no ha hablado con su hijo e incluso, duda de que esté con vida.
Declaró que quien se comunicó con él fue la Trabajadora Social y dio la dirección de la nueva cárcel en que estaría el asesino de Colosio. Sin embargo, la funcionaria no dio detalles sobre cuándo llamaría Mario Aburto a su familia.
“Yo tengo pendientes, entonces estoy poniéndome de acuerdo con mis hijos y mi esposa para denunciarlo a todos los periodistas”. “¿Por qué razón le están quitando, pues... que ya no nos hable? Nosotros no sabemos si está mi hijo ahí o no está. Ya hace 27 años que no lo vemos”, refirió el señor Rubén Aburto.
Por este motivo, la familia exige que las autoridades informen si Mario Aburto está en ese penal y le permitan comunicarse.
Dentro del acuerdo firmado por Durazo Montaño se indicó que las personas privadas de la libertad (PPL) que permanecían internas en el Cefereso 6 serían trasladadas a otros penales federales, determinados por el Comisionado del organismo; además, Prevención y Readaptación Social llevaría a cabo todas las acciones tendientes a la clausura del penal.
Aburto Martínez, asesino material del ex candidato presidencial priista Luis Donaldo Colosio, llegó al penal tabasqueño el 6 de julio del 2012, después de haber residido en el Cefereso 1, “Altiplano”, en el Estado de México, y el Cefereso 2, en Puente Grande, Jalisco.
Por su parte, para los trabajadores adscritos laboralmente al centro también conocido como “Sureste”, indicó el acuerdo, sus derechos serán respetados conforme a la ley. El Comisionado también será el encargado de determinar su reubicación a otros penales federales, y la decisión se tomará conforme a las necesidades del servicio.
Mario Aburto, convicto de 50 años de edad, es originario de Michoacán y se mantiene cumpliendo una condena de 49 años de prisión por el asesinato del político.
Con la reciente declaración queda claro que el caso Colosio sigue dando de qué hablar, aún al paso de las décadas. Durazo Montaño ha declarado públicamente su amistad con Luis Donaldo Colosio, ambos originarios de Sonora, entidad a la que el funcionario de Seguridad aspira a gobernar y desea competir en las próximas elecciones del 2021.
En abril pasado murió a los 54 años de un paro cardiaco Othón Cortez Vázquez, quien fue acusado de haber formado parte del complot en el homicidio de Colosio. Era chofer del candidato y lo acompañó aquel 23 de marzo. Fue acusado por un presunto testigo de ser uno de los asesinos, por lo cual fue detenido en enero de 1995 y permaneció recluido por dos años en el penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, hoy Altiplano, hasta que fue absuelto por un magistrado.
Confesó haber sufrido torturas para declarase culpable, quien ordenó esos maltratos habría sido Pablo Chapa Bezanilla, quien era fiscal del caso Colosio.
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