Mujeres, niños, jóvenes, y adultos mayores reunidos en una asamblea en la comunidad de La Mozimba, demandaron ser incluidos en el programa federal Sembrando Vida para dejar de cultivar amapola, un opiáceo que sirve como base de la heroína. “¡No más amapola, sí proyectos productivos!”, exigieron.
La comunidad, también conocida como Campamento Abandonado, está ubicada en el municipio de San Miguel Totolapan, en la zona más alta de la Sierra Madre del Sur, en la región de la Tierra Caliente de Guerrero.
A 400 kilómetros de Chilpancingo, agrupados en la organización Observatorio por la Paz y el Desarrollo de la Sierra de Guerrero (OPDS), campesinos amapoleros de 19 localidades de los municipios de Tecpan y Atoyac de Álvarez, San Miguel Totolapan y Ajuchitlán del Progreso, demandaron ser incluidos en el padrón del programa federal y así dejar de cultivar la base para la producción de la droga, reportó La Jornada este miércoles.
Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, delegado federal en Guerrero hasta el primero de octubre, fue responsabilizado por la OPDS de haber dejado fuera del programa Sembrando Vida a “cientos” de poblados de la sierra. El funcionario argumentó que no habían logrado pacificar la zona: incluía el parar de sembrar amapola.
“Lo cierto es que Amílcar nunca visitó una sola comunidad del Filo Mayor. No conoce la sierra”, declararon, de acuerdo con el medio.
Alrededor de 300 campesinos amapoleros pidieron ayuda durante la asamblea al presidente López Obrador, quien dijeron “se ve que tiene muchas ganas de trabajar. Dicen que los de la sierra somos gente mala, pero no: nosotros cuidamos los bosques; desde aquí mandamos agua a la Costa Grande y a la Tierra Caliente. El día que se quemen los bosques de esos cerros que se ven allá (señaló las montañas a su alrededor), ese día se les va a acabar el agua”, afirmó Norberto Verónica Jesús, labriego.
Ya es hora de que el gobierno voltee a ver la sierra de Guerrero, que nos apoye, porque todo lo hemos hecho gracias a nuestro esfuerzo y a nuestro bolsillo; hemos defendido estos bosques sin ningún apoyo del gobierno. La gente de la sierra no es violenta. Aquí no estamos en conflicto
Verónica Jesús preguntó a la asamblea si se encontraban en pacificación, a lo cual, en coro, respondieron que sí. No obstante, “nos discriminan cuando bajamos (a alguna ciudad) a la Costa Grande o la Tierra Caliente”.
Los oradores también exigieron escuelas, clínicas, y caminos para las comunidades. Luis Rey Verónica, comisario municipal de La Mozimba, demandó específicamente escuelas y maestros.
"Muchos se han quedado en el camino; sólo en este pueblo 20 muchachos ya no pudieron estudiar porque no hay secundaria ni bachillerato; hay casas gestoras en Chilpancingo, pero no tienen dinero para irse a estudiar (...)
“Vienen gobernantes y hacen promesas, pero no hemos visto avances; se han olvidado de nosotros. La sierra está muy necesitada, y no precisamente porque seamos amapoleros, somos gente honrada y trabajadora. Los gobernantes llegan al poder y después se olvidan. Queremos que el presidente López Obrador nos ayude”, declaró, informó La Jornada.
Por su parte, el comisario del poblado de Cuatro Cruces, municipio de Ajuchitlán del Progreso, José Rojas Bernardino, señaló que ya no quieren continuar con la siembra de amapola porque el precio está devaluado: 6,000 pesos por kilo de goma de opio, afirmó. “Le estamos apostando a la siembra de aguacate y también queremos proyectos de panadería para las mujeres de la sierra”, dijo.
La crisis económica en zonas rurales de México, la cual ha sido denominada como “la crisis mexicana del opio”, ha sido agravada por el aumento del consumo de fentanilo en Estados Unidos. El precio de la goma que se extrae de la amapola disminuyó en más de 50% del 2017 al 2018, según el estudio No más opio para las masas, elaborado por el grupo Noria Research, en asociación con el Instituto de México del Centro Wilson y consultado por La Jornada.
“Aquí no hay gente armada patrullando calles, y por eso queremos el Sembrando Vida, para la sustitución de la siembra de amapola”, dijo el comisario del poblado Los Laureles, en el municipio de San Miguel Totolapan, Mario Urioso García.
“Queremos que se construya una clínica regional para que atienda los pobladores de La Mozimba, Palos Altos, Casas Quemadas, Lomillas y, en general, las comunidades de esta parte de la sierra; queremos un médico de planta y una ambulancia”, exigió.
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