En la Ciudad de México —la densamente poblada capital del país—, la rivalidad entre bandas de narcos ha convertido a esta metrópoli en una zona de guerra que atrapa a la población.
El pasado 28 de agosto, Karla Elena Ramírez Murrieta, de 20 años, acudió con unos amigos al bar El Barquito en la alcaldía Azcapotzalco. A la media noche ocurrió una balacera y desde entonces no se sabe nada de ella.
Entre las 21:30 y las 22:00 horas en el negocio se escucharon detonaciones de arma de fuego. “Se hizo un gran alboroto en el sitio”, cuenta una de las amigas de Karla, quien se encontraba en aquel momento con la desaparecida.
La joven asegura que después de los disparos, su grupo de amigos salió del lugar; sin embargo ya no estaba Karla. Según la testigo, al arrancar el auto donde viajaban alcanzaron a ver a una mujer —parecida a Karla— y un hombre tirados afuera del bar, se regresaron para verificar pero los cuerpos ya no estaban.
En la búsqueda de Karla, sus familiares acudieron al hospital Rubén Leñero, donde les dijeron que las personas heridas fueron dadas de alta. Los allegados, entonces, fueron a Locatel donde los canalizan a la agencia de Desaparecidos. Presentaron una denuncia.
En aquel sitio se encontraron con la mamá de Cristoper Aguilar Hernández, de 20, quien también fue desaparecido en el bar El Barquito.
La fiscalía capitalina tiene una línea de investigación que vincula la desaparición de los jóvenes con la pugna entre las células del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la Unión Tepito, según ha informado el diario El Universal.
Aproximadamente dos meses después de la desaparición de Karla y Cristoper, la fiscalía local informó que dos de los presuntos responsables de la balacera en El Barquito, habrían participado también en un ataque a una cervecería en la colonia Providencia, en Azcapotzalco, que dejó seis muertos y cuatro heridos. Los agresores fueron identificados como miembros del cártel dirigido por Nemesio Oseguera Cervantes, el “Mencho".
A estos hechos se sumó la declaración del dueño del bar El Barquito, quien confesó que días antes del evento en el que desaparecieron ambos jóvenes, al negocio arribó un grupo de hombres armados que se identificó como parte de la organización de Jalisco. Los sujetos le informaron al dueño que debía pagar derecho de piso, pues sabían que vendía droga de la Unión.
Los reportes de El Universal advierten que como represalia por no pagar la extorsión, los supuestos criminales abrieron fuego en el lugar. Una cronología de los hechos refiere que los pistoleros atacaron el sitio, los clientes salieron corriendo y finalmente subieron a los jóvenes, Karla y Cristoper, a una camioneta blanca con dirección al Estado de México.
Hasta hoy, las autoridades aún no dan con el paradero de los jóvenes, por quienes las autoridades ofrecen una recompensa de 500,000 pesos.
En la zona de Azcapotzalco, dos grupos criminales han sido identificados como los principales operadores en la zona: la célula de “El 20”, perteneciente al CJNG, y frente a la Unión, “El Cartier”.
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