Un reportaje de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), con firma de Miriam Castillo, reveló este martes que el Banco del Bienestar contrató en 2013 a varias compañías de tecnología y a la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) por al menos 893 millones 272 mil pesos para desarrollar software, adquirir equipo y servicios de mantenimiento.
En aquel entonces la institución tenía como nombre Bansefi y, de acuerdo con el proyecto del expresidente Enrique Peña Nieto, tenía como objetivo otorgar servicios de banca digital, aplicaciones para realizar operaciones desde celulares y obtener otras adaptaciones para que el banco fuera competitivo.
De acuerdo con la investigación, auditorias realizadas seis años después por el órgano interno de control y una empresa externa de nombre Bakertilly, arrojaron que el banco no cuenta con la tecnología por la que pagó, o paga, servicios que no usa. A pesar de las irregularidades que existen, MCCI señalaron que el Banco del Bienestar renovó en 2019 los contratos que estaban sujetos a cuestionamiento, todo esto durante la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Miriam Castillo indica que las irregularidades y fallas del Banco del Bienestar van desde pagos por horas-hombre que nadie trabajó hasta aplicaciones que se entregaron en documento de Word.
Además, se dio a conocer que la dependencia recibió un diagnostico sobre el software, el cual tuvo un costo de 17 millones de pesos y consistía en 25 páginas copiadas de Internet.
Bakertilly, empresa contratada en marzo de 2019, le indicó al gobierno de AMLO que el gasto en compañías como AppWhere, Advence Services International o M Go Red fue excesivo y sugirió a la nueva administración renegociar algunos contratos, además de contratar empresas con experiencia y pagar a contra entrega de los productos.
MCCI informaron que esa auditoría terminó en julio de 2019 y debía presentarse ante el Consejo de Administración del Banco junto con las recomendaciones hechas por Bakertilly. La investigación denuncia que en la sesión que se programó para ese mes no se entregaron los documentos y se hizo caso omiso a las recomendaciones.
El último contrato que hizo el Banco del Bienestar en materia de software y aplicaciones se hizo en abril de 2019, cuando la dependencia contrató a Infotec, un organismo dependiente del Conacyt al que se le pagaron 120 millones de pesos y a su vez se subcontrató a Fintecheando S.A de C.V, una empresa con tres años de vida para crear un Core bancario, una cantidad pequeña a diferencia de otras empresas que deben tener mínimo cinco años de experiencia.
De acuerdo con las auditorías, en 2014 a pesar de que la infraestructura soportaba casi 500 millones de transacciones, solamente se hacían 10 millones de dispersiones y operaban en promedio 200 mil usuarios únicos.
En 2015, la empresa Boston Technologies reveló otras deficiencias y determinó que en ese tiempo solamente se contaba con aplicaciones que cubrían el 49 por ciento de sus necesidades. Sin embargo, de ese 49 por ciento, únicamente 17 por ciento operaban con todos los requisitos.
Respecto a los contratos relacionados con la UANL, MCCI revelaron que algunos convenios que se firmaron evidenciaron que la institución educativa no logró demostrar tener la capacidad para prestar los servicios que se le encargaron.
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