Emma Coronel tiene 32 años. Nacida en Santa Clara, Estados Unidos, es la tercera mujer de Joaquín Guzmán Loera.
El “Chapo” la conoció cuando era una reina de belleza en Sinaloa (México), con 17 años. El capo irrumpió en la coronación con todo su séquito de pistoleros. El matrimonio tiene ahora dos hijas gemelas, Emali Guadalupe y María Joaquina.
Guzmán le dobla la edad (63 años). Cuentan los que los conocen que se casaron el mismo día que Emma cumplió los 18. Hija de otro narcotraficante, Coronel acudió a casi todas las audiencias del juicio contra el líder criminal, luciendo ropa de diseñador. Casi siempre se le vio de oscuro, aunque en ocasiones se atrevió a los claros.
Emma, criada en el Triángulo Dorado de la droga, asegura que su familia no hace nada ilícito. Sin embargo, la boda donde su padre fue arrestado en 2013 y la participación de sus hermanos para ayudar a Guzmán a fugarse por segunda vez, dicen lo contrario.
Por su abolengo y su actitud ante la justicia, Emma es considerada una figura en la farándula del narco, aunque siempre ha negado estuviera al corriente de los negocios ilícitos de su marido. En 2017 —cuando su el Chapo fue extraditado a Estados Unidos— se lanzó a las redes sociales para recordarle que le prometió amarlo toda su vida. Poco después se convertiría muy popular en Instagram.
Tanta fama no cayó en saco roto. La esposa del fundador del Cártel de Sinaloa ha utilizado sus redes sociales para promocionar negocios locales de Sinaloa.
Aunque apenas tiene actividad en las redes, sus seguidores alcanzan el número de 393,000. Su cuenta es verificada, lo que fue muy criticado por los usuarios, quienes denunciaron que de esa forma se populariza el estilo de vida del narcotráfico.
En el instagram de la también llamada Kardashian mexicana pueden encontrase autoretratos, fotografías de joyas y viajes que obedecen a la necesidad de transmitir poder.
Las imágenes de la última esposa del “Chapo” han impactado a la sociedad mexicana, quienes especulan que Emma ha disfrutado del botín generado durante los treinta años que su esposo se dedicó a forjar frente al Cártel de Sinaloa.
Coronel se casó en 2007, cuando todavía era una adolescente, y se convirtió en madre a principios de sus veinte. Ha pasado más de un tercio de su vida en un matrimonio en el que su esposo casi siempre ha estado encarcelado o a la fuga.
La mujer conoció a Guzmán Loera en un rancho en Durango, cuando tenía 17 años. El “Chapo”, entonces en sus cuarentas y bien posicionado en la cúspide del Cártel de Sinaloa, había estado escondiéndose de las autoridades casi seis años después de haber escapado de prisión en un carrito de lavandería en 2001.
Desde el primer día comenzó “una bonita amistad” entre la pareja. Cuando cumplió los 18 años se casaron en una ceremonia muy sencilla con familia y solo amigos cercanos. Era el verano de 2007.
Coronel no es la única que disfruta de una vida extravagante. Los hijos de Joaquín el “Chapo” Guzmán presumen con temeridad de su ostentosa vida en las redes sociales.
Cuentas vinculadas a los herederos del Cártel de Sinaloa mostraron, en recientes publicaciones, el interior de un vehículo BMW con dos leones cachorro. Además, de dos aeronaves, una de ellas en color rojo.
La historia se publicó el 12 de julio a las 22:00 hora local de Ciudad de México y sólo permaneció visible durante 40 minutos.
Los expertos advierten que las fotos de los “Chapitos” son un desplante, una arrogancia que quizá corresponda a una mentalidad cortoplacista que dice: “Yo le entré a este negocio y mi vida será breve pero mientras seré el rey”.
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