Ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas dijo que su padre, el general Lázaro Cárdenas del Río, fue respetuoso de la oposición durante su periodo al frente del Ejecutivo federal.
Además, señaló que respondió a sus detractores a través de su labor política y conducta cívica, con la convicción de que estos no representaban riego alguno al proyecto de revolución que estaba en marcha.
(Lázaro Cárdenas) fue respetuoso de la oposición, como se puede constatar ante los persistentes y viscerales ataques de las oposiciones, respondiendo a ellos con su labor política y conducta cívica, pues sabía qué y quiénes la movían y quiénes las representaban, con la convicción que no significaban riesgo alguno a la obra de la revolución y menos a los principios que normaban su proceder
Agregó que sus críticos fueron una base sobre la que se fortaleció, “respetando a esas oposiciones que, por tronantes y agresivas que fueran, solamente ejercían su derecho constitucional a la disidencia.”
Durante el 50 aniversario luctuoso de Lázaro Cárdenas, realizado en el Monumento a la Revolución, López Obrador consideró que este es, junto a Miguel Hidalgo, José María Morelos, Benito Juárez y Francisco I. Madero, una de las figuras históricas más inspiradoras para su administración, “el gobierno de la cuarta transformación”, apuntó.
La llegada del general Cárdenas a la Presidencia significó, como aquí se ha dicho, el fin del maximato y el inicio de una etapa nueva caracterizada por trascendentes decisiones nacionalistas y de profundo contenido humanista
Así pues, el mandatario mexicano señaló que la principal diferencia entre el ejercicio de poder a manos de Cárdenas y los líderes revolucionarios que dirigieron el país de 1917 a 1934 reside en que el general concibió un proyecto de Estado con instituciones enfocadas en procurar el bienestar de la población. “El general Cárdenas, un estadista con dimensión social”, aseveró el presidente.
Como parte de la trayectoria de dicho personaje, López Obrador indicó que se apoyó en el pueblo para recuperar el petróleo y otros bienes de la nación que Porfirio Díaz había entregado a particulares, principalmente a extranjeros.
Adicionalmente, destacó que durante el periodo cardenista se entregaron 20 millones de hectáreas a un millón de familias campesinas, se crearon ejidos sin violentar las formas comunitarias ancestrales, se fomentó el surgimiento de centrales sindicales y emprendió la creación de infraestructura para el desarrollo independiente de México. Como parte de su intervención, el presidente citó las palabras del general de la Revolución:
El 20 de noviembre de 1939, un año antes de concluir su mandato, escribió en su diario la siguiente nota: ‘He podido conocer el verdadero fondo moral de muchos servidores públicos al observar en sus semblantes el disgusto que les causa la demanda de auxilio o de justicia de las gentes pobres; entonces, pienso más en la tragedia interminable de nuestro propio pueblo.’
Por su parte, Cárdenas Solórzano destacó la labor de su padre en la escena internacional, al solidarizarse con la República Española u ofrecer asilo a los perseguidos políticos.
A modo de conclusión, señaló que para honrar al general Cárdenas del Río se deben retomar las causas que hizo suyas, tales como “el rescate pleno de la soberanía nacional, el romper las cadenas de la dependencia política y económica, manteniendo incólume la dignidad de la nación, el fortalecimiento político de los trabajadores del campo, la industria, el taller y los servicios mediante su organización, elevar las condiciones de vida de la gente, promover la paz y la convivencia fructífera entre las naciones.”
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