La tercera y definitiva encuesta para elegir al nuevo líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, comenzó este viernes tras semanas de un proceso lleno de tensiones.
La encuesta, organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE), concluirá el próximo 22 de octubre y tiene dos candidatos en liza: el histórico dirigente Porfirio Muñoz Ledo y el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Mario Delgado, quienes obtuvieron un empate técnico en la elección previa.
Los días posteriores a ese empate estuvieron cargados de polémica, que incluso derivó en denuncias penales cruzadas ante la Fiscalía electoral entre Muñoz Ledo y Delgado.
La denuncia de Muñoz Ledo, presentada el miércoles, indicó que su competidor desplegó propaganda y anuncios “sumamente costosos” en la vía pública e hizo una “estrepitosa difusión” de su imagen e ideas en redes sociales, además de usar su posición de dirigente morenista en la
Cámara de Diputados para influir en otros actores políticos.
Un día más tarde, Delgado reviró la acusación al denunciar, ante la misma instancia, a Muñoz Ledo.
La acusación de Delgado contra Muñoz Ledo es por gastos de unos 1.3 millones de pesos (unos USD 61,000 doláres) en publicidad de Facebook.
El proceso para renovar la dirigencia de Morena, que López Obrador abandonó para competir en las elecciones de 2018, dura ya más de un año enconado y ha causado polémica desde que el Tribunal Electoral ordenó al INE hacer una encuesta abierta a la población para elegir al nuevo líder.
Muñoz Ledo obtuvo el 41.7% de las preferencias en la primera ronda aprobada por el INE frente al 27.1% de Delgado y otros candidatos.
Pero en la segunda vuelta, del 2 al 8 de octubre, los resultados arrojaron un 25.34% de apoyo a Muñoz Ledo y un 25,29 % a Delgado, un empate técnico que obligó a este tercer sondeo.
Muñoz Ledo tenía previsto proclamarse “presidente legítimo” de Morena en la sede del partido el pasado lunes tras las dos encuestas anteriores, pero canceló su toma tras la llegada de decenas de mujeres que aseguran que el legislador acumula diez denuncias de acoso sexual, incluyendo a políticas, reporteras y hasta menores de edad.
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