“El 17 de octubre nunca será olvidado. Fue el día en que el Cártel de Sinaloa humilló al Estado mexicano, subordinó a sus exigencias al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y demostró que su poder es capaz de poner hinojos al propio Presidente”, señala Raymundo Riva Palacio en un texto en el que habla sobre el llamado “Culiacanazo”, una fecha en la que las Fuerzas Armadas mexicanas realizaron un operativo deficiente para capturar a Ovidio Guzmán, hijo del famoso narcotraficante Joaquin “Chapo” Guzmán.
El periodista resalta en una columna titulada “A un año del culiacanazo” que el Estado Mayor "preparó una operación con un diseño tan deficiente, que dejaron sin apoyo al comando de policías federales que lo detuvieron y capitularon. De igual forma, Riva Palacio hace un recuento de los hechos y lanza la siguiente pregunta: ¿Qué falló?
En el articulo publicado este viernes en el periódico El Financiero, Raymundo Riva Palacio inicia explicando que Culiacán, como otras ciudades con grandes niveles de presencia criminal, “esta llena de halcones que informan de cualquier movimiento sospechoso”. Para el columnista, el gabinete de seguridad “cometió errores que no se habían dado en el pasado al planear la captura de un objetivo de alto impacto”.
Posteriormente, Riva Palacio indica que el gabinete de seguridad ignoró tres aspectos importantes durante el operativo contra Ovidio Guzmán.
El primero fue que no incorporaron personal a la plaza, esto para evitar “filtraciones o ser sometidos a chantajes, como sucedió con la privación de la libertad de familiares de militares que participaban en la operación”. El segundo error, según el periodista, fue que los comandos especiales partieron de instalaciones federales, las cuales todo el tiempo están bajo vigilancia. Riva Palacio resalta que en años anteriores, lo que hacían las autoridades era llegar a la plaza con un perfil bajo, ya sea en grupos menores de tres o en vehículos privados para evitar ser detectados.
“El trabajo de inteligencia fue insuficiente. Sabían donde esta Guzmán López, pero desconocían el diseño de seguridad del Cártel de Sinaloa en caso de una contingencia como la que enfrentaron”, señala Riva Palacio como el tercer error.
El también director de Eje Central explica que para este tipo de operaciones “se debe planear bajo la presunción de que se va a enfrentar resistencia y que para cumplirla tendrán que abrirse paso a fuego”. El columnista enlista tres características que se requieren para este tipo de misiones.
El gabinete de seguridad, según Riva Palacio, necesitó un “elemento sorpresa”, ya que un convoy que sale de instalaciones federales “a nadie sorprende y los halcones dieron cuenta perfecta de él”. Además, el operativo se “planeo a mediodía, y no arropados por la noche de la madrugada, cuando están menos alertas y se reduce el riesgo de poner a civiles en peligro”.
Riva Palacio señala que el gobierno federal falló en el control de las comunicaciones, pues la células del Cartel de Sinaloa actuaron de una manera rápida para proteger al hijo de “El Chapo”, es decir que las Fuerzas Armadas no “saturaron la comunicaciones telefónicas o de radio de la organización criminal", esto como un mecanismo de desarticulación.
“Como admitió el secretario de la Defensa, el general Luis Crescencio Sandoval, subestimaron la fuerza del enemigo. Inaceptable como argumento; imperdonable en la estrategia. La falta de apoyo aéreo contribuyó al desastre”, escribió Riva Palacio en su columna.
Para el periodista, durante el “culiacanazo” no hubo un plan de extracción. “El objetivo tendría que haber sido extraído de manera rápida y segura, pero la captura telegrafiada y la incapacidad para realizar quirúrgicamente el operativo, hizo imposible concluirlo”.
Además de ganarle en el campo, Riva Palacio resalta que el Cártel de Sinaloa también salió victorioso en la narrativa, las versiones de las autoridades mexicanas fueron contradictorias desde el mismo jueves. AMLO tuvo que salir a corregir y desmentir y el vocero presidencial no ordenó el mensaje oficial y no contrarrestó la desinformación criminal.
Al final, Riva Palacio señala que “militar, política y mediáticamente, el Cártel de Sinaloa humilló, chantajeó y derrotó al gobierno federal”. A un año de los hechos, “no hay ninguna evidencia de lo contrario”.
“La liberación de Ovidio la negoció con su hermano Iván, quien fijó las condiciones y los términos de la rendición. El presidente justificó en su momento que lo dejó en libertad para evitar más sangre, pero ni si quiera supo lo que confesó, lo que provocó y las consecuencias de su decisión”, sentenció Riva Palacio.
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