Omar García Harfuch, jefe de la policía de Ciudad de México y fuerte candidato para relevar a Alfonso Durazo, fue sometido por lo menos en 3 ocasiones al examen del polígrafo cuando se sumó a las filas de la Policía Federal en 2007.
A la pregunta expresa de si tenía algún tipo de vínculo con la delincuencia organizada, el actual secretario de Seguridad Ciudadana registró “reacciones significativas de falta de veracidad” en la prueba que también es conocida como “detector de mentiras”.
Tampoco tuvo éxito en las otras evaluaciones, pues según la periodista Anabel Hernández, su rendimiento intelectual estuvo por debajo del promedio y antes de que fuera aceptado la Dirección General de Control de Confianza ya había llegado a una conclusión.
En la parte inferior derecha del Reporte Integral de Evaluación, obtenido por la periodista, podía leerse con letras mayúsculas la frase definitiva: Omar García Harfuch “NO CUMPLE CON EL PERFIL”.
Sin embargo, contrario a lo que se esperaba, Harfuch fue aceptado en la corporación y en menos de 4 años firmó documentos para que cuatriplicara su sueldo y ascendiera de Suboficial a Inspector general, cuando lo normal son 16 años para poder alcanzar ese puesto, de acuerdo con Hernández.
Según la periodista, todo fue gracias a Luis Cárdenas Palomino, mando derecha de Genaro García Luna y ex titular de Seguridad Regional de la Policía Federal, pues supuestamente no solo impidió que se pusiera en marcha el protocolo para sacar a Harfuch por sus pobres resultados, sino que lo arropó manteniéndolo en su entorno y ascendiéndolo rápidamente.
Anabel Hernández obtuvo una copia del expediente oficial del paso de García Harfuch por la Policía Federal durante la gestión de Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública Federal, y Cárdenas Palomino, su brazo derecho, hoy acusados en una Corte Federal de Nueva York de narcotráfico y recibir sobornos del Cártel de Sinaloa y de los Beltrán Leyva.
Los documentos incluyen información desde su ingreso a la PF el 1 de septiembre de 2008, sin ninguna preparación ni experiencia en la materia, hasta el 2013, cuando fue nombrado titular de la Coordinación Estatal de la PF en Guerrero, cargo que ocupaba cuando fueron atacados y desaparecidos los 43 normalistas de la Escuela Normal de Ayotzinapa en septiembre de 2014.
Además, no solo cometió abusos y detenciones arbitrarias sin una orden judicial, también se le declaró como inepto e ineficaz para las labores policiales.
Durante las evaluaciones a las que fue sometido, el propio García Harfuch declaró textualmente que su hermanastro Javier García Morales fue asesinado en Jalisco, en 2011, por sus nexos con el crimen organizado.
Incluso la misma DEA señaló los vínculos que tenía su padre, Javier García Paniagua, ex titular y directivo de la Dirección Federal de Seguridad de 1976 a 1980, con el crimen organizado.
Es hijo de María Sorté, una actriz de telenovelas, y su abuelo, el general Marcelino García Barragán, fue secretario de la Defensa durante el Gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, marcado por la noche del 2 de octubre de 1968 y los violentos sucesos en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, donde una protesta estudiantil fue ahogada por militares.
El viernes 26 de junio de 2020, García Harfuch sufrió un atentado en Las Lomas de Chapultepec en el que dos de sus escoltas y una civil murieron y él resultó herido.
Inmediatamente después, él mismo atribuyó el ataque al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), máximo rival del Cártel de Sinaloa.
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