Este miércoles, durante la conferencia de prensa matutina desde Palacio Nacional, el presidente López Obrador confirmó que su administración está cerca de cerrar un “buen acuerdo” con el Infonavit. La reforma a la institución hipotecaria permitirá que los trabajadores accedan al dinero de sus créditos sin necesidad de intermediarios. Adelantó que la conferencia servirá de espacio para anunciar y explicar los detalles del nuevo sistema.
Además, expresó el presidente, el préstamo estará libre de condiciones limitantes, por lo que el solicitante “podrá usar el dinero para construir casas, comprar terrenos, comprar una casa, lo que ellos decidan. No están obligados a que sean unidades habitacionales”, explicó.
El presidente habló sobre la “fiebre de construcción de unidades habitacionales”, un formato de vivienda que relegaba los intereses de los trabajadores y privilegiaba los de las constructoras. Describió las unidades como “malas construcciones, muy pequeñas y caras”.
En 2017, el diario californiano Los Angeles Times publicó un reportaje llamado “La debacle de la vivienda en México”, con firma de Richard Marosi. El texto en cinco partes explora el esquema fraudulento al que López Obrador hizo referencia la mañana del miércoles.
Entre 2002 y 2017, Infonavit dio 14 millones 800 mil financiamientos, equivalentes a una inversión de 2 billones 300 mil pesos en desarrollos inmobiliarios. En 2015, la Comisión Nacional de Vivienda reportó 200 mil viviendas abandonadas. En 2020, Infonavit registró 650 mil. Carlos Martínez Velázquez, titular de la dependencia, responsabilizó a las constructoras que se beneficiaron del fraude inmobiliario por la pérdida de patrimonio para cientos de miles de personas.
Los créditos de vivienda que permitieron a estas personas comprar un patrimonio también fueron la causa de su pérdida. Estos préstamos estaban vinculados a las Unidades de Inversión del Banco de México. Las UDIS son herramientas que usan los prestamistas para incrementar la seguridad de un crédito, principalmente uno hipotecario. Sus tasas están ligadas a la inflación, por lo que crecen con ésta. Tras la crisis financiera de 2008 y con salarios estancados, miles de propietarios perdieron solvencia y tuvieron que dejar sus hogares. Los acreedores retuvieron los pagos previos, obtuvieron las propiedades y revendieron las construcciones.
Las propiedades que quedaron abandonadas son, en su mayoría, estructuras mal hechas. Constructoras como Homex, Urbi y Casas Geo erigieron unidades habitacionales completas con total desdén por los lineamientos de calidad. Esta forma de operar permitió que maximizaran ganancias con el negocio del Infonavit.
Homex, además, fue acusada de fraude fiscal por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos. La empresa cotizó instrumentos financieros en el mercado de valores de Estados Unidos, pero, para incrementar el precio de los mismos, falsificó sus reportes de ingresos. La empresa facturó la construcción y venta de casas que nunca existieron. Es decir, Homex se cotizó como una empresa 3 millones de dólares más valiosa de lo que en realidad era. Tras la investigación de la comisión norteamericana, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores de México multó a Homex por 20 millones de pesos.
De acuerdo con el reportaje del LA Times, ninguno de estos esquemas fraudulentos hubiera sido posible sin el conocimiento y cooperación de diferentes autoridades nacionales. Tanto la ubicación de los lotes defectuosos o inexistentes, como las certificaciones necesarias para la aprobación de créditos tuvieron que pasar por alguna oficina gubernamental.
El presidente López Obrador aseguró que la reforma a la Ley del Infonavit removerá la participación de los intermediarios que, en otro momento, sacaron provecho de los trabajadores. Además, aseguró que reducirá las tasas de interés para los créditos hipotecarios, respaldó esta afirmación con la decisión de Banxico de reducir tasas para incentivar préstamos.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: