Los códices solicitados por la administración de Andrés Manuel López Obrador, a través de la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, al Vaticano y a Italia podrían no ser devueltos, o bien, ni siquiera llegarán a México, aseguró el maestro Javier Tejado Dondé.
A través de un artículo publicado en El Universal, el experto en derecho explicó que de acuerdo con la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, el material pedido para celebrar los 200 años del fin de la guerra de independencia mexicana, en caso de que llegue a la República, no debería de ser devuelto.
En el Artículo 36 de dicha ley se explica que los documentos elaborados entre los siglos XVI al XIX de carácter relevante para la cultura de México se consideran monumentos históricos, por tal motivo se deben de quedar en territorio mexicano.
"Los documentos originales manuscritos relacionados con la historia de México y los libros, folletos y otros impresos en México o en el extranjero, durante los siglos XVI al XIX que por su rareza e importancia para la historia mexicana, merezcan ser conservados en el país”, dice la Ley Federal.
Por su cuenta, en el capítulo III del reglamento de dicha ley, en el Artículo 33 se especifica que "queda prohibida la exportación definitiva de los siguientes monumentos históricos de propiedad particular: "Los señalados en las fracción I, II y III del artículo 36 de la Ley”.
Entonces, basándose en esto, el abogado del ITAM estimó dos escenarios en la pieza periodística “Los códices que la 4T pide al Vaticano, sin ‘V’ de vuelta”. El primero de ellos es que los gobiernos europeos acceden a ojos cerrados el entregar las piezas históricas y el gobierno de López Obrador decide no regresarlos. Sin embargo, lo calificó como menos probable que la segunda probabilidad, la cual consiste en que tanto Italia como el Vaticano realizan un estudio riguroso del derecho mexicano y optan por retener los códices en sus naciones.
“La única forma en que podrían venir a México los códices que la 4T quiere, según el artículo 37 del Reglamento de la Ley de Monumentos, es que de nuestro país regresen a Italia como un ‘canje o donativo temporal’, por acuerdo expreso del presidente. ¿Los italianos van a aceptar que les regresemos, en préstamo, algo que ellos ya ven como suyo? Me parece que la respuesta es clara y es impensable que acepten alguna condición cuando ya son los poseedores de facto”, expresó Tejado Dondé en su artículo, lo cual evidencia una controversia del derecho mexicano respecto a los deseos del presidente por realizar un festejo con acento simbólico.
Esto representaría un problema en la imagen que proyecta el jefe del ejecutivo federal en cuanto a su continuo manejo cultural/identitario para legitimar su figura ante el pueblo de México, pues el no conseguir estos artículos tan representativos sería ir en contra de lo que promueve a través de todas las plataformas que tiene a su alcance.
De acuerdo con los maestros Norma Soto, experta en Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho de la Universidad la Salle, y Fernando Dworak, especialista en Estudios Legislativos, el gobierno del político tabasqueño se legitima a través de los símbolos y el hecho de enviar a su esposa, la doctora en teoría literaria, para establecer la negociación del préstamo de los códices es otra forma de hacerlo.
En este punto, Dworak comparó el acto con el de Constantino I, cuando envió a Elena, su madre, a Palestina (tierra santa) para traer reliquias cristianas y poder consolidar esa religión en el Imperio Romano. En esta encomienda, ella pudo traer lo que se conoce como La Verdadera Cruz y por esta proeza se le canonizó y ahora se le conoce como Santa Elena.
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