En uno de los debates públicos más intensos de los últimos meses, el Senado se vio colapsado este martes por diferentes grupos de manifestantes, incluida la comunidad científica, así como otros afectados por la posible extinción de 109 fideicomisos que impactaría a varios sectores de la sociedad.
En el día marcado para que arrancara la definición del dictamen que extinguiría más de un centenar de este tipo de fondos en la ciencia, el deporte, las artes, el cine, los derechos humanos, el medio ambiente y otros, los protagonistas fueron quienes tomaron las calles e impidieron que se llevara a cabo la sesión del Pleno del Senado.
“Más ciencia, menos obediencia”, cantaban en las adyacencias del recinto ubicado en la intersección entre la Avenida Insurgentes y Paseo de la Reforma, en el centro de la Ciudad de México. “Senador, no seas sumiso, protege al fideicomiso”, respondían otros, hermanados por la misma exigencia.
Eran científicos, investigadores, profesores, alumnos. Eran víctimas de violaciones a derechos humanos, familiares de desaparecidos e incluso personas que no se verían afectadas directamente, pero que están interesadas en la defensa de estos fondos y mecanismos. Ciudadanos todos, algunos se definían como ratones de biblioteca que nunca salían, pero que esta vez lo consideraron necesario.
Los afectados, en el centro de la discusión
“Tomar las calles es una combinación de un acto de desesperación y de grito en medio de un momento político en el cual la racionalidad, la cordura y la discusión pública basada en evidencia ha salido por la ventana”, manifestó Leonardo Núñez González, politólogo del CIDE (Centro de Investigación y Docencia Económicas), en entrevista con Infobae México.
“Tuvimos que llegar a esto porque resulta frustrante, triste y paradigmático que la razón y el diálogo han estado ausentes dentro del proceso de discusión legislativa y de creación de política pública”, añadió. El analista criticó duramente tanto al presidente Andrés Manuel López Obrador como a los legisladores y autoridades hacendarias.
Y es que el mandatario ha sido el principal impulsor de la desaparición de los fideicomisos. López Obrador tiene la intención de que los recursos, que serían de poco menos de 70,000 millones de pesos, un cantidad menor con respecto al dinero que mueve el gobierno mexicano, sean usados parcialmente para combatir la epidemia de COVID-19, aunque ha destacado que los apoyos no dejarán de ser entregados aunque desaparezcan los fideicomisos.
El Congreso, cuyas mayorías en ambas Cámaras son controladas por Morena, el partido del mandatario, han dado pasos importantes rumbo a ese fin: la semana pasada, después de un complicado, extenso y polémico debate, la Cámara de Diputados aprobó la desaparición de los fideicomisos. Ahora, la pelota está en la cancha del Senado.
Sin embargo, los principales críticos han señalado que los argumentos para desaparecer estos mecanismos, como es su supuesta corrupción y el uso opaco de estos recursos, son falsos, sobre todo en el caso de los fondos dedicados a la ciencia y la tecnología.
“Es un grito en el desierto por llamar a la cordura. No se trata de fideicomisos que sean usados para fines corruptos, se trata de fideicomisos que, en casos particulares de algunos de nosotros, representan la columna vertebral de nuestras instituciones donde muchos de nosotros nos educamos”, sentenció Núñez González.
La profesora e investigadora del CIDE, Lorena Ruano, insistió en este punto. “Es mentira que son opacos, al contrario, somos sujetos obligados por la Ley de Transferencia. Es falsa esa narrativa, es para quedarse ellos con los recursos y quitarnos autonomía”, expresó a este medio.
Si llega a haber casos de corrupción no es por la figura del fideicomiso, la manera de arreglarlo no es desaparecerlos, eso va a seguir ocurriendo, sino es que peor
La también secretaria general del Sindicato de Personal Académico del CIDE detalló que, con la posible extinción de los fideicomisos, “habría que ir todos los años a rogarle a los diputados y Hacienda el presupuesto". Sin fideicomisos, los planes multianuales desaparecerían. “Si tienes que hacer investigación de campo o estás en laboratorio ni hablar”, dijo.
Además, advirtió que muchos de los recursos ni siquiera vienen del gobierno. “En el caso de la ciencia, sobre todo en centros públicos de investigación, muchos son fondos autogenerados, no del erario, yo traigo recursos de la Unión Europe (UE) o el Banco Mundial (BM)”, contó.
“El fideicomiso nos permite administrar los recursos de manera transparente y auditable. De hecho, es una pesadilla manejar esos proyectos, que si la factura, que si el presupuesto, se tiene que justificar cada centavo, es falso lo que dice la narrativa”, reiteró la secretaria de Organización de la recién creada Federación Nacional del Sector de Ciencia y Tecnología.
Sin embargo, estas no serían las únicas afectaciones. “Desde el punto de vista de la comunidad de alumnos del CIDE, tendría repercusiones en las becas para el financiamiento para equipo de cómputo, las becas extraordinarias, los financiamientos de estancia en el extranjero y a los asistentes de investigación de futuros proyectos”, explicó Olivia Yong Pérez, estudiante de la Licenciatura en Política Pública en el instituto, a este medio.
Nunca participé en una manifestación u otorgué tanto apoyo, pero realmente es injusto la manera en que se ha manipulado la información del tema de los fideicomisos y acabar con los recursos otorgados para el desarrollo de la ciencia en México
Por su parte, Núñez González destacó la ironía amarga de la situación. “Acusan de discrecionalidad y opacidad en el uso de los fideicomisos cuando no es así, y si se ejecuta esta política tal como está planteada, esos recursos que se devuelvan a la Secretaría de Hacienda sí tendrán esas características”, adelantó.
El camino por delante
La sesión del Pleno del Senado se pospuso para este miércoles, y la discusión por el futuro de los fideicomisos se encuentra en el aire. Mientras tanto, este martes, senadores de oposición del llamado grupo de contención (que incluye al PAN, PRI, Movimiento Ciudadano y PRD) se reunieron con algunos de los afectados.
La intención principal, apuntó Ruano, es que no se toque ningún fideicomiso, pero sabe que eso no pasará, por lo cual respaldó la idea de que se revise uno por uno, e incluso los que tienen que ver con el sector científico se analicen en bloque.
“Nos gustaría que las Comisiones del Senado específicas revisen el dictamen, porque está mal hecho, mal planteado, no indica cuál sería el mecanismo sustitutorio”, aseguró. “Para nosotros es nuestro trabajo, pero para algunos, es la vida”, añadió, en relación a las víctimas de violaciones a sus derechos humanos.
La reunión con la oposición fue “bastante larga” y la aspiración es que los legisladores de Morena también se sumen. “Tuvimos una reunión el lunes con el senador Martí Batres. Se mostró sensible, pero no se comprometió a votar en contra”, precisó. También hubo contacto con el morenista Alejandro Armenta, presidente de la Comisión de Hacienda.
“Ninguno de nosotros se opone a que se mejoren los mecanismos de rendición de cuentas, a todos nos interesa, somos sus principales usuarios, pero desaparecerlos no es la solución”, concluyó Ruano. “Que los legisladores, en especial de Morena, tomen consciencia de la importancia de defender estos recursos”, añadió Núñez González.
Sin embargo, el politólogo sabe que las circunstancias están lejos ser las ideales. “Desinflar el gasto en la investigación científica en medio de una pandemia, en donde lo que más se necesita es desarrollar tecnología, te habla de unas prioridades confundidas por parte de este gobierno”, finalizó.
Una de las que mejor resumió el tema es Sol Estrada, estudiante de derecho y quien asistió a la manifestación de este martes aunque no es una de las afectadas directas. “No por una hoja mala se debe de cortar toda la planta”, indicó a este medio. “Me parece de vital importancia, ahora más que nunca, apoyarnos en la ciencia y en la investigación, pues a su modo son pilares de una democracia estable”, agregó.
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