Una niña preadolescente fue captada en un video, viralizado en redes sociales, donde se le ve pasear a un tigre de bengala con una correa en su cuello, como si se tratara de un perro, en el municipio de Guasave, Sinaloa.
El conductor de un vehículo, al parecer conocido de la niña y su familia, graba la peculiar escena cuando el felino es paseado por una calle de tierra sin pavimento.
“Mira loco, Guasave, la gente sale a pasear con un tigre”, dice el automovilista para luego saludar a la niña y preguntarle por su padre.
El exótico animal parece dócil y camina con serenidad, sin embargo por momentos la fuerza del animal hace que la menor le cueste trabajo controlarlo.
En un tono de broma el chofer enfoca al animal y le pregunta a la menor si no come (humanos), a lo que esta le responde con un no sin titubeos y agrega que la otra tigre más pequeña se encuentra en su casa y que a ella no la sacó a pasear.
El tigre de bengala no está considerado como una especie en peligro de extinción, sin embargo, su posesión debe estar regulada con medidas de seguridad, con el fin de garantizar el bienestar de los dueños, vecinos y del propio animal.
La Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (PROFEPA) señala que no es posible que los ejemplares de vida silvestre se utilicen como mascotas o animales de compañía, pues esto, además de no estar autorizado legalmente, puede constituir un riesgo para la integridad física de las personas.
De acuerdo con la Ley General de Vida Silvestre, para poder tener en posesión un ejemplar como el mencionado es necesario mantenerlo en estricto confinamiento y acreditar su legal procedencia, lo cual es necesario que sea registrado dentro de una colección que forme parte de un registro y que se cuente con un Plan de Manejo aprobado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Alberto Tejeda Perea, especialista en comportamiento animal de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, explicó que los animales de fauna silvestre como mascotas poseen un alto riesgo para las personas.
¿Qué diferencia tienen con los animales domésticos? Un animal de este tipo es aquel que por una larga convivencia con el humano ha sufrido cambios anatómicos, fisiológicos y sobre todo conductuales. Los biólogos han planteado que la domesticación es parte de un proceso evolutivo.
Las especies domésticas como son los perros, los gatos, los cerdos, las vacas, las cabras, los borregos y las gallinas, entre otros, vivieron ese proceso. Aunque presenten conductas, en un momento dado, como la agresión, está más modulada.
¿Qué pasa con los animales que denominamos amansados? Son ejemplares que siguen siendo exactamente iguales que sus congéneres en vida libre, sólo que desde pequeños se criaron junto a los humanos y así han aprendido a modular su conducta, tienen cierta tolerancia hacia los humanos y permiten la cercanía.
Aunque hayan nacido en cautiverio y no han vivido libres, genéticamente tienen las mismas características de sus parientes del ambiente silvestre, sólo que bloquearon ciertas habilidades.
Un tigre en cautiverio puede ser tolerante y simpático mientras es cachorro, pero cuando llega a la madurez sexual sufre ciertos cambios. “Con suerte mantiene su tolerancia a los humanos, pero si se presenta algún estimulo podría desencadenar conductas que forman parte de su repertorio y resultar letales para quienes viven a su alrededor. Los mismos gatos que han pasado por un proceso de domesticación, de al menos 5 mil años, pueden dañar a las personas, imagínate cuando uno de los grandes felinos como los tigres, leones o pumas presentan una conducta como cualquier otro depredador: resultan letales”.
Otro punto fundamental es que algunas de estas especies se encuentran en peligro de extinción. La tarea como seres responsables es mantener a estos ejemplares en su hábitat para que puedan seguir reproduciéndose y se mantengan en vida libre.
Entonces, “si llevamos a un tigre de bengala que se encuentra en esta categoría a un hogar entre humanos, se encuentra en una posición contraria a mantenerlos dentro de su hábitat en la fauna silvestre”.
Además, estos animales que son silvestres y utilizados para compañía cuando son pequeños, pero cuando crecen están condenados a vivir en cautiverio por su alta peligrosidad, destinados al encierro en albergues o en el peor de los casos a ser sacrificados por medio de la eutanasia.
Finalmente, están las especies de fauna silvestre que no entran en este grupo como son leones, tigres, pumas, osos, monos y hasta perritos de las praderas. El que una persona pueda tenerlos como mascota depende de cada país.
No obstante, en México están prohibidas todas las especies en peligro de extinción, sólo se permiten ejemplares que sean originarios de otros países.
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