Era una de las reuniones más esperadas de los últimos meses y las expectativas, que pronosticaban un choque de trenes, acertaron: Hugo López-Gatell asistió, de manera presencial, al Senado mexicano para responder las preguntas de los legisladores sobre su labor al frente de la estrategia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador contra la epidemia de COVID-19 que atraviesa el país.
López-Gatell, subsecretario de Promoción y Prevención de la Salud, portavoz de la avanzada federal para enfrentar al coronavirus, fue recibido en el Senado de forma radicalmente ambivalente. Por un lado, los senadores de Morena, el partido de la mayoría, lo apapacharon. Por otro, la oposición, que ha sido feroz contra su labor, aprovechó para mostrar su postura ante el trabajo realizado hasta ahora.
Los senadores opositores, incluidos los del PAN (Partido Acción Nacional), PRI (Partido Revolucionario Institucional), MC (Movimiento Ciudadano) y PRD (Partido de la Revolución Democrática), mostraron lonas, pancartas y todo tipo de ayuda visual de los que podían echar mano, para expresar su inconformidad con la estrategia sanitaria de López Obrador, representada en el hombre que llegó con un cubrebocas guinda al salón donde se llevó a cabo al reunión.
La que más destacó en ese apartado fue el uso del etiquetado frontal, que aparece desde hace algunas semanas en los alimentos que contienen azúcares altos y otro tipo de posibles riesgos para los consumidores, para “etiquetar" a López-Gatell, el principal promotor de esta medida. El diagnóstico de la oposición fue conciso y demoledor: “Exceso de ineptitud” y “Exceso de soberbia”.
El subsecretario de Salud mexicano, que no dudó nunca en reaccionar a los regaños, críticas y señalamientos de la oposición, inició formalmente la sesión con la información que ha repetido desde finales de febrero, cuando comenzó la epidemia de COVID-19 en el país, hasta ahora. “No debe haber duda que México fue uno de los países que, de manera explícita, decidió tener una conducción científica de la pandemia y lejana de los intereses políticos y de las coyunturas de momento”, expresó en sus primeras declaraciones.
Sin embargo, el intercambio de “golpes” comenzó rápido, con las intervenciones de los senadores presentes. “Si algo podemos afirmar es que el manejo de la pandemia del coronavirus en México ha sido un desastre, ha estado plagado de negligencias, omisiones y errores”, señaló la senadora Verónica Delgadillo, de MC.
¿Cuántas muertes más valen su renuncia? Parece que 83,000 no son suficientes. ¿Qué hace falta para que renuncie por dignidad o al menos por respeto a su profesión y al momento crítico que estamos viviendo?
La senadora además calificó de “pesadilla” la situación actual. México está por alcanzar los 820,000 contagios oficiales por COVID-19 y superó los 83,000 muertos por la enfermedad esta semana. López-Gatell tomó nota de todas las intervenciones.
Pero el funcionario no se quedó atrás. Con sonrisas incrédulas, a veces imposibles de ocultar debajo del cubrebocas, así como gestos evidentes con las cejas y movimientos de las manos, no hubo momento en que el funcionario se mantuviera impertérrito. Incluso por momentos respondió las preguntas retóricas de sus críticos.
Uno de los momentos más tensos fue cuando la senadora Lilly Téllez, quien llegó al Senado con Morena, pero abandonó a principios del 2020 para sumarse al opositor PAN, le entregó un cetro. “Con su lealtad a ciegas al presidente, usted sólo ha dado palos de ciego”, increpó la legisladora durante un encendido y por momentos histriónico discurso.
Con todo respeto a los invidentes, con todo respeto a las personas ciegas, empezando por mi propio padre, le voy a entregar su cetro, pequeño virrey del país de las camas vacías y de los muertos en casa
La senadora panista hizo referencia a que el sistema de salud mexicano nunca colapsó en los siete meses de epidemia de coronavirus, debido a que, en su opinión, el gobierno mantuvo una política de ocupación de camas en hospitales baja para mantener los números en verde mientras los pacientes morían en casa y no en los hospitales.
López-Gatell reaccionó con más intensidad al discurso de Téllez más que con cualquier otro. La senadora incluso reconoció estas acciones. “Levante más las cejas, a ver si así lo entiende”, le dijo, durante una crítica a la política de diagnóstico de coronavirus en el país.
El funcionario de la Secretaría de Salud (SSa) no se guardó nada en sus respuestas. Primero fue diplomático. “Estamos ante una crisis mundial, la humanidad entera sigue en riesgo por la pandemia de COVID-19 y la única manera de salir adelante es pensar en el bien común, más allá de cálculos políticos”, señaló. Después, apuntó contra sus críticos.
Me increpaban diciéndome que satisfago las expectativas del presidente. Y sí, por supuesto y con muchísimo orgullo. No son las expectativas de un hombre, son las expectativas de un pueblo, que ha estado históricamente dolido, negligido (sic), violentado en todos sus derechos
Ahí, el discurso de López-Gatell giró dramáticamente a lo político. “La 4T (o Cuarta Transformación, como se autodenomina el gobierno de López Obrador) no es casualidad, es la síntesis de un pueblo que ha encontrado en el dolor la causa para levantarse, la posibilidad para defender su dignidad y eso representamos”, agregó.
Entonces, el funcionario detalló que todos los que participan en la 4T están “convencidos de que la justicia social es el pilar de la nación”, la cual, en su argumentación, estuvo “cerca del colapso” e incluso del “estado fallido por la corrupción rampante, el abuso de poder y la negligencia y arrogancia de quienes desde una minoría rapaz gobernaron al país". En esta sección, el discurso de López-Gatell retomó sobre todo las palabras que en distintas ocasiones ha usado López Obrador casi de manera textual.
“Por eso sorprende, pero no es inexplicable, que haya representantes de esta minoría haciendo uso de la tribuna, y que pretenden dar lecciones de moralidad, ética y probidad, porque todos y todas, el pueblo, conoce exactamente la historia”, ahondó el subsecretario de Salud, en una referencia a la minoría opositora que reiteró en varias ocasiones durante su comparecencia.
Entonces, ya alejado de sus palabras iniciales, López-Gatell retomó el curso. “Por esa razón me parece sorprendente. Pero mi naturaleza es técnica, científica, es de salud”, dijo, después de que efectivamente había virado hacia un discurso político. Por último, el funcionario criticó a los senadores de oposición por una posible “disonancia cognitiva”, en una declaración que hizo eco con la última vez que había comparecido en el Senado y que causó revuelo.
“Ha quedado una pequeña minoría (…) que se ha anclado en verdades a medias, distorsiones o francas mentiras, que han ejecutado a través de medios sociales, de medios informativos o a través de los espacios de la rama Legislativa”, finalizó. Entonces, invitó a la oposición a ver las conferencias diarias del sector Salud con las actualizaciones del avance de la epidemia de COVID-19.
López-Gatell criticó que varios senadores de oposición comenzaran a abandonar el recinto durante su intervención. “Que la disonancia no los haga mantenerse en el reducto de la minoría, a permanecer en sus oficinas, a retirarse de los debate públicos”, alcanzó a decir.
Pero todo fue en vano. La gota que colmó el vaso fue la salida intempestiva de la senadora panista Martha Márquez, quien estaba sentada en la tribuna y que, antes de retirarse, le regaló gel antibacterial a López-Gatell.
Ante la situación, y en medio de los gritos de la oposición, el titular de la Comisión de Salud, el morenista Miguel Ángel Navarro, suspendió definitivamente la sesión poco antes de las cuatro horas cumplidas de reunión, y determinó que los funcionarios entreguen las respuestas que no pudieron contestar de forma escrita.
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