El juicio que se realizó en Estados Unidos contra el narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, fundador del Cártel de Sinaloa, sacó a la luz los actos de tortura que era capaz de cometer en contra de sus enemigos.
Pero, uno de los pensamientos que lo atormentan, podrían no ser esas torturas sino cómo su instinto de venganza lo pudo haber llevado a ejecutar por equivocación a uno de sus hijos, en uno de los capítulos más violentos en la ciudad de Culiacán, Sinaloa.
El 8 de mayo de 2008, una lluvia de balas cubrió la ciudad de Culiacán, en Sinaloa, un comando asesinó a tres jóvenes que estaban en un centro comercial, conocido como City Market, a donde había acudido para comprar víveres.
Las crónicas locales señalan que en el lugar se hicieron más de 500 disparos y también se usó una bazuka. El nombre de uno de los jóvenes ejecutados despertó los peores temores de los ciudadanos, quienes de manera voluntaria decidieron mantener durante días una especie de toque de queda en el que nadie salía de su casa.
Uno de los ejecutados era Édgar Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera. El joven se encontraba acompañado de su primo, César Ariel Loera y Arturo Meza Cázares, hijo de Blanca Margarita Cázares, alias “La emperatriz”, quienes también murieron en el ataque.
Según Frida Muñoz Román, esposa de Édgar, a su marido lo mataron sicarios del cártel de los hermanos Beltrán Leyva en un ajuste de cuentas, ya que entonces libraban una cruenta batalla con el cártel de Sinaloa.
La alianza entre los cárteles de Sinaloa y de los Beltrán Leyva se mantuvo hasta principios de 2008, sobre la ruptura existen dos versiones: la primera es que fue debido a que la gente al servicio de Ignacio Coronel, aliado del Chapo, dejó fuera de un negocio de drogas a Arturo Beltrán Leyva “El Barbas”, quien aseguró que había sido una traición.
Pero otra versión sobre el asesinato de Édgar Guzmán señala que fueron los mismos sicarios del Chapo, quienes habrían asesinado al joven por una confusión.
El ataque habría sido perpetrado por una célula de sicarios que estaba al mando de Gonzalo Inzunza Inzunza, el Macho Prieto, jefe de pistoleros del Mayo Zambada.
La versión es que el Chapo le pidió al Mayo ejecutar a un joven apodado el Guacho, pero los sicarios cometieron un error y ejecutaron a Guzmán López y a sus acompañantes.
A través de los radios se cruzaron datos, preguntas y órdenes. Los jóvenes fueron confundidos con los contrarios y se dio la orden de disparar.
Inzunza Inzunza nació el 17 de agosto de 1970, en Sinaloa, y era un adolescente cuando murió su padre, quien le dejó como herencia un auto Grand Marquis y una pistola escuadra.
Posteriormente se mudó al estado vecino de Sonora donde empezó a traficar con droga, pero ahí, de acuerdo con el semanario Río Doce, se enemistó con un narcotraficante también originario de Sinaloa llamado Jesús René Deldagillo Meza, a quien acusaba de haberle robado una tonelada de marihuana y un millón y medio de pesos.
Delgadillo Meza se fue a esconder a Culiacán y hasta ahí llegó Inzunza en 2001 para ejecutarlo junto con un grupo de pistoleros en una fiesta infantil, sin embargo, logró escapar.
El Mayo Zambada se enteró de la venganza del Macho Prieto y concertó una reunión en la que le ofreció trabajar para el Cártel de Sinaloa. “Trabajó para él muchos años, pero siempre con niveles de autonomía que le permitían también traficar drogas por su cuenta. El Mayo le decía el Apache, por la forma en que usaba el pelo, con partida en medio y su piel morena”, reseñó Río Doce.
Pero el poder de Inzunza Inzunza se vino abajo ese 8 de mayo de 2008, cuando un comando a su cargo ubicó al grupo de jóvenes que charlaban en el estacionamiento del City Market y lo reportó a sus superiores. Los jóvenes fueron confundidos con los contrarios y se dio la orden de disparar.
A partir de entonces la vida se le complicó al Macho Prieto, que habría sido protegido por Ismael Zambada. Hasta que tuvo que abandonar el estado para huir a Baja California y luego a Sonora, donde permaneció hasta el 18 de diciembre de 2013, donde, de acuerdo con el semanario Zeta, fue abatido por elementos de la Marina gracias a una traición de altos mandos de la organización para la que trabajaba.
Se le culpó de más de 80 asesinatos y en su momento fue fichado por el gobierno de Estados Unidos como uno de los delincuentes más peligrosos.
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