Para el escritor Jorge Volpi, los mexicanos viven en un país donde la justicia no existe, pues la actual administración de Andrés Manuel López Obrador no ha cumplido su promesa por revertir los lastres del pasado en esta área, donde el índice de impunidad es del 96% en las denuncias realizadas.
“Tenemos un sistema mal diseñado, mal implementado, donde la corrupción alcanza todos los niveles, donde los poderosos son los que tienen influencia o dinero siempre se salen con la suya y donde hacer justicia es casi imposible, precisamente por un altísimo índice de impunidad que está en torno del 96% de las denuncias que se hacen”, dijo el director de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El académico participó en una sesión virtual organizada por Amnistía Internacional donde abordó el tema de “Una Novela criminal”, su obra de no ficción publicada en 2018 en torno al caso de Florence Cassez, arrestada y sentenciada por su presunta participación en una banda de secuestradores.
Para Volpi, el caso de Florence Cassez es actual, porque muestra cómo no funciona el sistema de justicia mexicano y porque Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino, principales responsables en el arresto de la ciudadana francesa, ahora son los acusados.
Si bien, el proceso de Cassez e Israel Vallarta Cisneros, su precunto cómplice, ya no estuvo en el nuevo sistema de justicia penal acusatorio, luego de una reforma en 2008, los avances no han sido sustanciales en el área, según consideró el licenciado en Derecho por la UNAM y maestro en Letras en la misma institución.
Explicó que las deficiencias en el ámbito de la justicia tienen herencia de la época priista, donde se consolidó la costumbre por no investigar y, al arribo del panista Felipe Calderón Hinojosa, el área se vio sometida a una violencia inusitada, misma que dejó cientos de miles de víctimas en desapariciones y asesinatos.
Pese a que este diagnóstico lo tenía AMLO cuando llegó al poder, no ha realizado reformas, a dos años de gobierno, para resarcir la situación. Al contrario, ha seguido un modelo punitivista que permite el encarcelamiento preventivo antes que la prueba por investigaciones.
“Estamos, y a mí me costó trabajo llegar a decirlo de esta manera, me lo preguntaban en varias entrevistas cuando publiqué el libro (2018), y al principio intentaba no decirlo de manera tan clara, pero ahora no queda duda de que somos un estado fallido absolutamente en términos de justicia. Un Estado donde no existe, prácticamente la posibilidad de que se haga justicia en ningún caso criminal que se presenta, necesariamente tiene que ser calificado de Estado Fallido y eso es lo que somos actualmente”, aseveró Jorge Volpi.
Por otra parte, enfatizó en que los papeles se han revertido, pues los agentes que procuraban la seguridad, ahora están en denuncias por su participación con el crimen. Cárdenas Palomino y García Luna estaban al frente de la Agencia Federal de Investigación (AFI) cuando organizaron el montaje para culpar de secuestro a Cassez en complicidad con Israel Vallarta Cisneros, su pareja sentimental en aquel 2005.
García Luna está preso en Nueva York, EEUU, acusado de colaborar con el Cartel de Sinaloa por casi dos décadas a través de sus puestos públicos y recibir sobornos multimillonarios. Cárdenas Palomino está prófugo, pero autoridades estadounidenses como mexicanas ya han girado órdenes de aprensión en su contra por su participación en el narcotráfico, tortura de cuatro personas, incluidos dos familiares de Vallarta Cisneros; respectivamente.
La pareja fue arrestada el 8 de diciembre del 2005, pero, los agentes federales, comandados por García Luna, montaron un operativo para la televisión, de tal forma que la escena fuera repetida en la madrugada del día 9. En vivo y a todo color, las cámaras de Televisa y Tv Azteca transmitieron la liberación de tres rehenes, así como la detención de Vallarta Cisneros, presunto líder de una banda de secuestradores y de Cassez, su cómplice.
Tras un largo proceso donde hubo fricciones con autoridades francesas, la Suprema Corte de Justicia resolvió, en enero de 2013, que hubo violaciones al debido proceso y ordenó la puesta en libertad de Florence Cassez. Sin embargo, Israel Vallarta sigue preso, a casi 14 años del suceso, y sin recibir condena.
Con “Una novela criminal”, Volpi mostró todas las irregularidades, así como el montaje policial para culpar a los presuntos delincuentes, pertenecientes a la supuesta banda de “Los Zodiaco”. Aquella fue definida como una obra sin ficción, sino meramente documental.
García Luna fue detenido el 9 de diciembre del año pasado y en su reciente audiencia de este 7 de octubre se declaró no culpable de los vínculos con el narcotráfico ni colaborar en una empresa criminal continua. Cárdenas Palomino, fue acusado por el mismo cargo que su jefe el 30 de julio pasado, luego, la Unidad de Inteligencia Financiera reveló que lo investigaba por lavado de dinero y, finalmente, el pasado 24 de septiembre, un juez federal ordenó su captura por actos de tortura.
Junto con Cárdenas Palomino habrían participado 13 agentes policiales y mandos acusados de golpear y torturar a cuatro personas que fueron detenidas el 27 de abril del 2012. Lo anterior, en referencia al arresto de Mario Vallarta Cisneros, hermano de Israel Vallarta, y Sergio Cortéz Vallarta, sobrino de Mario e Israel, para obligarlos a firmar confesiones en las que ambos “aceptaban” ser integrantes de una banda de secuestradores.
En su libro, Jorge Volpi detalla las múltiples irregularidades y montajes sobre montajes para sostener un caso espectacular. Muchos de los episodios son absurdos y estuvieron en todas las áreas de procuración de justicia. Lo mismo en la Policía, el Ministerio Público, los jueces y magistrados.
Una de las mentiras que fraguó García Luna, relató Jorge Volpi, sucedió cuando el secretario de Seguridad dijo que los medios habían solicitado la repetición del presunto operativo y así transmitirlo.
El relato de García Luna fue que los dos presuntos secuestradores fueron arrestados en la carretera, mientras se dirigían a la Ciudad de México, a las 04:00 de la madrugada. Cuando eso sucedió, el propio Israel pidió a los agentes que regresaran al rancho “Las Chinitas”, porque ahí tenía a 3 secuestrados que podrían ser asesinados por sus cómplices. Pero en las imágenes de televisión no aparecen tales copartícipes.
Volpi ironizó a modo de pregunta y refirió: ¿por qué dos secuestradores saldrían a las cuatro de la mañana cuando tienen a tres personas encerradas? y ¿por qué el secuestrador pediría regresar a un rancho con las víctimas?.
Agregó que los agentes del Ministerio Público tomaron la declaración de presuntos involucrados en el secuestro, mientras estos eran torturados. Como si tratara de una confesión libre. Además, los jueces no repararon en las irregularidades detalladas en el expediente. “Las irregularidades y la corrupción están en todos los niveles aunque sean distintas”, apuntó.
Por último, agregó que la próxima comparecencia del periodista Carlos Loret de Mola, prevista para el 1 de noviembre, será simbólica e irrelevante para la liberación de Israel Vallarta, pues el periodista de Televisa, que transmitió el arresto en su noticiario matutino, dirá que no sabía del montaje.
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