Masacres, decapitaciones, y cocinas humanas. El accionar de los narcos mexicanos parece no abandonar las primeras planas de las noticias.
En Veracruz, situado en la franja del Golfo de México, supuestos sicarios del grupo criminal Fuerzas Especiales Grupo Sombra, se viralizaron tras la difusión de un video en el que muestran cómo cocinan a sus rivales.
La grabación fue hecha en los terrenos baldíos de la localidad de Tantoyuca, donde el pasado mes de abril se registró la entrega de despensas a cargo de dicha célula criminal.
El Grupo Sombra —antiguo brazo armado del Cártel del Golfo— tiene presencia en la zona norte de Veracruz. Aunque se trata de un grupo criminal fragmentado, sus apariciones en tiempos de crisis han sido varias.
Recientemente, en su búsqueda por perpetuar su dominio en la entidad, el Grupo Sombra ha desatado disputas y enviado mensajes a sus rivales.
El pasado mes, una banda de sicarios, identificada como Grupo X del Grupo Sombra, vestidos con equipo militar, armamento de alto calibre y camionetas blindadas, hizo una demostración de fuerza y amedrentó a sus enemigos en La Huasteca veracruzana. “Esta plaza tiene dueño, señores”, alardean a través de un video.
El 8 de agosto, dicho grupo delictivo fue vinculado con siete policías del Ayuntamiento de Álamo Temapache, Veracruz. A los uniformados se les acusó de trabajar en sinergia con el Grupo Sombra y obedecer al jefe de plaza — identificado bajo el mote del “Jaguar”—, en distintos actos ilícitos como secuestro, extorsión, trasiego de droga y portación de armas de uso exclusivo del Ejército.
Veracruz ha sido el huerto donde se cosecha una amarga fruta de asesinos. Según las autoridades federales, en la tierra de los homicidios y desapariciones forzadas operan seis organizaciones delictivas, el Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Zetas, Grupo Sombra, Sangre Nueva Zeta, Cártel del Siglo y Los Piña.
En México la vida se disuelve en ácido
México ha sido trinchera histórica de la disputa entre organizaciones criminales, y el camino hacia el poder depende en gran medida de los cruentos métodos de los narcos. La disolución de las víctimas en ácido ha sido uno de ellos.
La usanza nacida durante los primero años de la guerra contra el narcotráfico (2006) dejó cientos de miles de cuerpos convertidos en una mezcla líquida depositada en aljibes.
Uno de los autores de este horror es identificado como Santiago Meza López, un ex albañil detenido en 200, y quien confesó haberse deshecho de al menos 300 cuerpos.
Junto con otros jóvenes, Meza López se encargaba de hacer desaparecer los cadáveres que le entregaba una banda vinculada con el Cartel de Sinaloa.
A Meza López le dicen el “Pozolero", en referencia a un platillo que se prepara con granos de maíz y carne de cerdo. El sobrenombre, sin embargo, nada tiene que ver con la comida, sino con la habilidad del albañil para deshacerse por completo de cuerpos humanos.
En el país borrar cualquier rastro genético cuesta menos que un refresco. Un kilo de ácido sulfúrico vale entre 4.20 y 5.70 pesos.
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