Daniel apenas tenía ocho años cuando vio cómo torturaron y crucificaron vivo a su padre, quien murió desangrado frente a él. A partir de entonces, su familia le inculcó que debía vengar aquella muerte. Creció enojado y la violencia impactó en su personalidad. Cuando tenía diez fue armado como autodefensa de su pueblo y dos años más tarde fue reclutado por el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Nació en el Estado de México, era el único hombre de la familia, luego del terror que presenció, su abuelo le preguntó: “Qué vas a hacer al respecto, cómo vas a vengar la muerte de tu padre. Es tu responsabilidad como su único hijo”.
Así fue como Daniel transitó de su niñez a parte de la adolescencia, pues a los 12 ya era miembro de la que es considerada la tercera organización más poderosa en el mundo, solo detrás de la mafia rusa y las Triadas chinas, según datos de la DEA (Administración de Control de Drogas, por sus siglas en inglés). El CJNG también reclutó a casi 30 niños como él y los formó para asesinar.
El relato sobre este “niño sicario” es uno de los seis testimonios escalofriantes que conjuntaron colaboradoras de la Fundación Reinserta para escribir Un Sicario en Cada Hijo te Dio (Aguilar 2020). La obra fue escrita por Saskia Niño de Rivera, Mercedes Castañeda, Fernanda Dorantes y Mercedes Llamas.
Estos textos buscan explicar por qué los niños y niñas de México se vuelven criminales ante la indiferencia social, así como la corrupción policíaca y la incapacidad de las instituciones para ofrecerles oportunidades que nos los orillen al mundo de la delincuencia.
A dos meses de ser reclutado, Daniel cometió su primer homicidio. En el campamento donde lo adiestraron, mató animales, torturó a personas y conoció todo tipo de drogas. Su infancia inocente quedó borrada.
“Las drogas se volvieron la anestesia perfecta para no sentir. Cinco disparos le dio. En su pensamiento, en su imaginación, el hombre al que mataba, era el que asesinó a su papá. A partir de ahí comenzó su carrera como sicario. Hoy, frente de mí, a sus 19 años, me dice no tener idea de cuántas personas mató”, es parte de esta cruda historia que Reinserta compartió en un comunicado.
Otras historias que aborda el libro son los de una niña violada a sus 6 años y otro que fue regalado por su madre a los 8. Los casos derivaron en asesinatos, secuestros y robos. También se describe cómo es que un niño comanda una red de prostitución y otro que debe decapitar a un hombre, incluso, a otro niño.
“Dejé de contar, aprendí que tenía que dejar de verlos como humanos y eran trabajos. Me acostumbré y luego ya no me costaba trabajo, y si me costaba me drogaba y se me olvidaba”, dijo Daniel al explicar por qué no sabe cuántos asesinatos llevó a cabo.
Si bien, se trata de seis historias, estas son una ventana para entender el problema en colaboran la incompetencia de las autoridades, los vacíos legales; así como las nulas opciones para que las instituciones logren alejar a los niños y adolescentes del delito, la drogadicción y puedan evitar jugarse la vida por atacar o defender algún cártel.
“Un sicario en cada hijo te dio también ofrece alternativas para la reinserción escolar y laboral a las niñas, niños y adolescentes; expone casos de éxito y aviva una reflexión para mirar de frente la tragedia de estos seres humanos cuya infancia nos debe sacudir como sociedad para crear mayor conciencia de esta problemática que se da en todo México y así impulsar programas efectivos de orientación y acompañamiento para jóvenes en situación de riesgo”, explicó Reinserta.
Fue presentado este 7 de octubre junto con 43 adolescentes en conflicto con la ley del Centro de Internamiento y Adaptación para Adolescentes Infractores de la comunidad Constituyente en Monterrey, Nuevo León. Entre los asistentes estuvieron Eduardo Guerrero, asesor del sistema penitenciario del gobierno neoleonés, así como autoridades del penal.
“He aprendido muchas cosas, en este centro de internamiento acabé la primaria, la secundaria y me encuentro estudiando la preparatoria, tengo un proyecto de vida, tengo mis metas claras, tengo una familia que me han apoyado cuando he estado enfermo y me han escuchado cuando necesito hablar con alguien, esta es mi segunda familia… el día de mañana que salga saldré a trabajar, a estudiar porque quiero ser un ejemplo para mi hijo, para mi familia, sentirme orgulloso de mi persona”, fue el testimonio de un adolescente de 19 años que tomó el micrófono durante la presentación para contar su proceso de reinserción social.
Mercedes Castañeda, cofundadora de Reinserta, dijo que el título de Un sicario en Cada Hijo te Dio, fue ofensivo para aquellos que conocieron el proyecto durante su elaboración, debido a que era una referencia clara al himno nacional. Pero consideró que es más lamentable la realidad social de la cual los jóvenes fueron víctimas.
Las autoras son cofundadoras de Reinserta, especialistas en Psicología, Derecho, Administración Pública, Psicoterapia y conocedoras del sistema penal mexicano. Reinserta desarrolla su trabajo con niños que nacen y viven en prisión. Sus actividades se enfocan en la prevención del delito y evitar la reincidencia de quienes están o estuvieron presos, así como lograr la liberación de inocentes.
Ha impactado de manera positiva directa en más de 2,600 personas en el sistema penitenciario. Cada año trabajan con unos 180 adolescentes y jóvenes en conflicto con la ley y en proceso de reinserción; así como 200 mujeres privadas de la libertad y sus hijas e hijos, según explican en su portal. Su informe de 2019 arrojó que 45% de las personas en prisión cometieron su primer delito antes de los 14 años, además, que el 72% de las mujeres encarceladas tienen hijos. Sobre esa población vulnerable es que centran sus esfuerzos.
Si bien, no hay una estadística precisa, datos del 2011 referían que al menos 30,000 niños fueron reclutados por el crimen organizado.
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