Agustín Carstens, gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) y ex gobernador del Banco de México, aseguró que la crisis económica ocasionada por el Covid-19 va a durar más de lo que se pensaba y a pesar de las medidas aplicadas por los gobiernos, llegará un momento en que serán inevitables las bancarrotas.
Al participar en la edición número 13 de la Santander International Banking Conference, Carstens Carstens reconoció que la pandemia le cambiará la cara a la economía mundial.
“Al principio se pensaba que la crisis iba a ser transitoria, pero ha durado más y va a durar aún más. Por tanto, la mayoría de los gobiernos intentan evitan efectos excesivos. Muchos paquetes se iban a ver interrumpidos en este momento, pero la mayoría de los países han tenido el buen sentido de extender. Llegará el momento en que la acción gubernamental sencillamente no pueda prevenir el incremento de bancarrotas. El cambio en el entorno económico dará lugar a una reasignación ineludible de recursos”, dijo.
“Tenemos que reconocer que el Covid-19 va a cambiar la cara de la economía. Muchos sectores que sufren ahora no van a recuperarse, sencillamente porque va a ver otra forma distinta de viajar, de trabajar, de hacer la compra y de ir de compras y todo ello complicado aún más por la revolución digital”, apuntó.
Ante este panorama, dijo, muchos negocios no sobrevivirán.
“Hay mucha innovación. El comercio electrónico es cada vez más importante y se está conjugando con el enfriamiento de la actividad, así que muchas tiendas no van a sobrevivir”, reconoció.
Agustín Carstens destacó que los bancos de todo el mundo reaccionaron rápido y de manera efectiva ante las crisis económica y la sanitaria.
“Ha sido un año muy emocionante para los bancos centrales. No lo habíamos planificado, pero durante este año, reaccionaron muy rápido y de forma decisiva ante la crisis y la pandemia. Han hecho una importante aportación para controlar y reducir los impactos negativos de esta pandemia”, aseguró.
Apuntó que pese a que se detuvieron la actividad económica y los flujos de capital, los bancos centrales lograron estabilizar la macroeconomía.
“El primero creo que es bien conocido, el uso de la política monetaria para estabilizar las economías. Lo que fue esencial en este caso fue evitar un enorme shock en el sector real para evitar una crisis financiera. La respuesta rápida fue esencial y los bancos centrales utilizaron los conocimientos acumulados en crisis anteriores y atendieron de forma rápida y masivamente”, abundó.
Consideró que otro punto importante realizado por los bancos centrales fue el de estabilizar los mercados.
“Hay demanda por activos líquidos, había mucha volatilidad. Hasta cierto punto, el avance de la desintermediación no bancaria y los supuestos de fondeo no estaban garantizadas. Por lo tanto, los bancos centrales tuvieron que dar liquidez para estabilizar los mercados esenciales”, .
Apuntó que aunque la banca seguirá dando crédito a las empresas; sin embargo, dijo, se deben tener precauciones para que el sistema no se debilite.
“En general el sistema financiero lo ha hecho bien, pero hay cosas que tenemos que cuidar porque en momentos de estrés han surgido algunas debilidades”, señaló.
Por otro lado, Agustín Carstens aseguró que gastar en la sociedad, y satisfacer necesidades como jubilaciones, educación, incapacidades entre otros gastos, es progreso y no regresión.
Además, consideró que en momentos como el actual, un déficit público puede ayudar a hacer crecer la economía.
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