Los cuidados de una persona son necesarios desde que ésta nace, hasta que muere. La mayoría de las veces, esta tarea recae en las mujeres, sin embargo no es remunerada de manera justa. Esto solo se ha visto incrementado por la pandemia del COVID-19.
De acuerdo con la organización Yo Cuido, la desigualdad es evidente, pues por cada cuatro horas que las mujeres dedican a los cuidados, los hombres solamente dedican una hora.
“Es imposible concebir la vida sin pensar en los cuidados desde nuestro nacimiento hasta la vejez. Los cuidados son el pilar que sostiene la vida, nuestras vidas. Los cuidados son la mano que alimenta y que baña, que acarrea el agua, lava la ropa, y prepara la sopa. Las mujeres que cuidan, las que guían y revisan las tareas escolares al mismo tiempo que mentalmente repasan la lista del súper, que asisten en la enfermedad, que acompañan en la vejez y que sostienen en la discapacidad”, explicó Sofía Martínez, quien es parte de la organización.
Este tipo de trabajos se ve reflejado en la aportación a la economía mexicana, ya que el trabajo de cuidados no remunerado representa el 23.5% del producto interno bruto (PIB) y el total del 29.1% en el sector salud, corresponde al trabajo no remunerado que se destina a los cuidados de salud en los hogares.
Debido a la pandemia, esta desigualdad ha crecido aún más a causa de las medidas de distanciamiento social que se han aplicado alrededor de México.
“En el contexto del COVID-19, las medidas de distanciamiento social como el cierre de escuelas y centros de trabajo, implican para las mujeres una sobrecarga aún mayor en sus responsabilidades: en el cuidado de infantes, personas mayores, personas en enfermedad o con alguna discapacidad”, reveló Indra Rubio del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir.
Esto ha causado que el estrés, agotamiento y más afectaciones a la salud de las mujeres se haya ahondado aún más, sobre todo en aquellas que ya cuentan con trabajos formales.
“En el caso de las mujeres con trabajos remunerados tienen el reto de conciliar su vida laboral y familiar, lo que puede generarles grandes cantidades de estrés, agotamiento extremo y afectaciones a su salud. Ante la saturación de los sistemas de salud, la carga de estos cuidados se traslada a los hogares, recayendo principalmente en las mujeres”, agregó.
Es por eso que hoy se presentó la Coalición por el Derecho al Cuidado Digno y al Tiempo Propio de las Mujeres. Las integrantes urgieron al Congreso mexicano a reconocer el derecho humano al cuidado digno y al tiempo propio de la mujer.
Dicha agrupación está integrada por Las Constituyentes CDMX Feministas, Yo Cuido A.C., Red de Cuidados en México, la Fundación Friedrich Ebert en México y el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir. Todas estas organizaciones se componen de académicas, activistas y cuidadoras que han conocen el tema a fondo.
“Sin estar todavía superada la pandemia podemos afirmar categóricamente que los cuidados se han develado como el ámbito a transformar e intervenir no solo para salir avante de la crisis, sino para combatir las desigualdades sociales que imperan en el país”, sostuvo Elisa Gómez de la Fundación Friedrich Ebert en México.
Gómez señaló que en la Cámara de Diputados existen dos iniciativas que pretenden elevar a rango constitucional el derecho al cuidado digno y al tiempo de las mujeres. Como consecuencia, se establecería un Sistema Nacional de Cuidados. Este sería el segundo en América Latina.
Por su parte, Pilar Alberti, representante de Las Constituyentes CDMX Feministas señaló que es importante garantizar el tiempo propio de las mujeres como un derecho humano. De esta forma, esto asegurará la libertad en el uso del tiempo para que puedan atender sus intereses.
“Las mujeres tienen pobreza de tiempo porque el mandato patriarcal las obliga a dedicar toda su vida y todo su tiempo al trabajo doméstico y a los cuidados de los demás. Para cambiar esta situación es necesario despatriarcalizar la sociedad, acabar con los micromachismos, la misoginia y las violencias, y exigir que los hombres dediquen al mismo tiempo que las mujeres al trabajo doméstico y de cuidados”, aseveró Alberti.
Gómez expresó que con un nuevo enfoque dentro de los derechos, se podrá avanzar a un nuevo paradigma que se deshaga de la visión normalizada que tenemos sobre este tema y sea un avance hacia la política para construir un México más equitativo.
“No se trata de un derecho más o de una política pública más, se está frente a la posibilidad de construir un México realmente igualitario -con justicia de género y justicia social-, a partir del desmantelamiento de las estructuras patriarcales que han hecho de la división sexual del trabajo la principal fuente de desigualdad social”, expresó.
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