El más grande y emblemático tianguis rockero en México regresó a sus actividades tras la pandemia a inicios de julio y este mes festejará sus 40 años de creación.
Por varias generaciones ha sido un importante referente cultural donde confluyen cada sábado rockeros, darquetos, punks, skatos, hipies, rastas, metaleros, hiphoperos, urbanos, emos y tribus anexas, todos ellos han encontrado un lugar de pertenencia donde son bienvenidos sin importar género ideológico o vestimenta.
En este espacio convergen sinnúmero de propuestas no comerciales y alternativas de la escena musical, contando ya El Chopo -como se le conoce comúnmente- una galería para artes plásticas y un espacio para conciertos al final del mismo, así como la organización civil Tianguis Cultural del Chopo A.C. que lo coordina y administra con los miembros más antiguos que lo integraron en los años ochenta.
Los artículos que se ofertan -y demandan- son los relacionados con la cultura del rock: discos, películas, partituras, carteles, libros, gafas, tatuajes, perforaciones, revistas, pinturas, guitarras y todo tipo de prendas de vestir, además se mantiene viva la tradición milenaria del trueque.
El 4 de octubre de 1980, el Museo Universitario del Chopo albergó el Primer Tianguis de la Música, programado para realizarse sólo por ese mes, por iniciativa de la entonces directora Ángeles Mastretta y del promotor cultural Jorge Pantoja. El éxito fue tal que se prolongó dos años su estancia dentro del recinto de la colonia Santa María la Ribera, asentándose en la calle Enrique González Martínez, antes Chopo, tomando así el nombre de Tianguis del Chopo.
Al transcurrir este lapso, el tianguis salió a las aceras del museo, a la calle de González Martínez, donde su permanencia fue hasta agosto de 1985 cuando lo desalojó la delegación Cuauhtémoc.
En el periodo 85-88 el tianguis se asentó en un estacionamiento de la colonia San Rafael, en el Casco de Santo Tomás, en el estacionamiento de la Facultad de Arquitectura de Ciudad Universitaria y en el quiosco morisco de la alameda de Santa María la Ribera.
Hacia 1987 encontró su lugar final en donde se encuentra actualmente, en donde vive el peligro de comerciantes ajenos a la cultura o al rock que han rentado a su entrada varias bodegas donde venden ropa y artículos, y que pretenden apoderarse del tianguis renunciando a la vocación cultural que le ha sostenido y caracterizado en toda su existencia.
Otro factor que ha contribuido a los continuos movimientos son algunas cuantas personas que toman este espacio cultural para consumir abiertamente alcohol y drogas, lo que es criticado por varios visitantes.
Esta es la ruta del peregrinaje de una década del Tianguis, instalado actualmente en la acera oriente de lo que fuera la Estación de Trenes de Buenavista y se convertiría en la Biblioteca José Vasconcelos y las instalaciones del Tren Suburbano, en las calles Sol y Luna de la colonia Buenavista.
Pero ni estos conflictos ni la mismísima pandemia de coronavirus detendrán a cuatro generaciones de rockeros que han luchado para mantener este espacio, que da cobijo a las diferentes razas urbanas.
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