El supervisor de Agricultura y oficial especial de Seguridad Diplomática del Consulado de Estados Unidos en Tijuana, Edgar Flores Santos, quien se encontraba desaparecido desde la tarde de este miércoles, fue localizado sin vida en una zona silvestre de la delegación La Presa Rural, al este de la ciudad fronteriza.
Dicho vehículo de Flores Santos, una camioneta con las placas diplomáticas BEC104 tipo pickup marca Chevrolet Silverado color blanco, fue encontrado abandonado y con manchas de sangre al este de Tijuana, en la colonia Maclovio Rojas.
A petición del gobierno de Estados Unidos se inició un operativo de búsqueda a través de la Guardia Nacional, la Fiscalía General del Estado de Baja California, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal, y la Secretaría de la Defensa Nacional.
Jorge Alberto Ayón, secretario municipal de Seguridad, declaró que el operativo se intensificó al este de la ciudad y después se amplió a las colonias Valle Redondo y Parajes del Valle.
También se buscó en brechas aledañas y caminos de terracería, hasta que el cuerpo del diplomático fue encontrado durante la tarde de este jueves: aproximadamente a un kilómetro del Rancho de las Uvas.
La autoridad municipal, a través de un comunicado de prensa, informó que en el “Ayuntamiento de Tijuana lamentamos este incidente y reiteramos nuestro apoyo a las autoridades de seguridad del vecino país, con quienes hemos mantenido una estrecha comunicación y coordinación a lo largo de esta administración”.
El consulado de Estados Unidos en Tijuana confirmó a Telemundo que el funcionario del Departamento de Agricultura para el Servicio de Inspección Sanitaria de Animales y Plantas de los Estados Unidos (APHIS) de la oficina en Tijuana había desaparecido desde el 30 de septiembre.
La Fiscalía General de Baja California, de acuerdo con Telemundo, informó que Flores Santos se dedicaba a la recolección de insectos en la colonia Maclovio Rojas. Hiram Sánchez Zamora, fiscal central del estado, detalló que se investiga un vehículo encontrado en el consulado después de que se presentara una denuncia formal. Son “hechos aislados, lamentables y preocupantes”, dijo, según el medio.
Acostumbrada a vivir cerca de la catástrofe, la ciudad fronteriza de Tijuana, Baja California, asume con naturalidad las noticias de homicidios. El 26 de mayo de este año ocho personas fueron asesinadas en la región. Se encontraban en contenedores, en la vía pública, atadas con cuerdas o varios impactos de bala.
Así llegaba a otro día la frontera más transitada del mundo y la tercera más violenta en todo el país. De acuerdo con el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C., Tijuana contó 2,011 homicidios en 2019. Hace dos años rebasó también los 2,000 asesinatos.
Entre los años 2009 y 2010, el fundador del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, envió a su gente a apoderarse de dicha ciudad, aprovechando los descalabros que el Cártel de Tijuana había sufrido a lo largo de la década.
El año pasado, las autoridades mexicanas detectaron al menos cinco narcolaboratorios. Los reportes indican que la ciudad fronteriza se convirtió en un punto caliente para los cárteles, pues al producir la droga en Tijuana, los narcos evitan pasar por territorios enemigos como Sinaloa y Sonora, además, tienen que entregar menos dinero por sobornos a quienes les permiten pasar traficar a Estados Unidos.
La abundancia de narcóticos, las capturas de miembros de organizaciones criminales y el reacomodo de cárteles, desataron una lucha por el control de la venta de enervantes que hoy sacude Tijuana.
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