Los narcojuniors mexicanos, clientes del mercado ilegal de animales

Los narcojuniors tienen gustos caros, pero hay uno que afecta al mundo animal pues no se conforman con las mascotas tradicionales y legales, como perros y gatos, sino que buscan animales exóticos que llegan a sus casas de manera ilegal.

Los decomisos en México no sólo son de droga, también incluyen animales salvajes movidos ilícitamente por las tierras mexicanas. Apenas esta semana, las autoridades decomisaron dos tigres de bengala y aves salvajes junto con autos de lujos en Matamoros, Tamaulipas.

Joaquín El Chapo Guzmán heredó a sus hijos el gusto de tener animales salvajes pues es conocido que el fundador del Cártel de Sinaloa llegó a tener un zoológico en una de sus propiedades. Su hijo Alfredo Guzmán publicaba fotografías en su cuenta de Twitter, antes de ser suspendida, con leones, tigres y chitas, que colocaba en sus autos deportivos de lujo, relata el sitio Vice.

“Las mascotas exóticas se han vuelto un símbolo de estatus para los jóvenes narcotraficantes que buscan presumir su riqueza y poder en las redes sociales”, de acuerdo con José Luis Montenegro, autor del libro Narco-Juniors: los herederos del poder criminal, citado en Vice News.

Un cachorro de jaguar puede costar entre 80,000 y 90,000 pesos de manera legal en criaderos certificados, dijo un vendedor a Vice. Se trata de una actividad lucrativa. El cuerno de un rinoceronte cuesta más que el oro o la cocaína en el mercado negro de Asia, según cálculos de Jessica Graham, especialista de JG Global Advisory, una consultora de seguridad ambiental en Estados Unidos, citada por el medio Mongabay.

“El que no publica fotos con animales exóticos no es un narcojunior. Las panteras, los tigres y los jaguares son constantes. Entre más exótica sea la especie más llama la atención”, considera Montenegro.

Los gustos por estos animales provoca un mercado ilegal que favorece la extinción de especies en su hábitat natural, de acuerdo con las autoridades mexicanas.

En México, la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) es la autoridad encargada de combatir el tráfico ilegal de vida silvestre con operativos de inspección y vigilancia en coordinación con la corporaciones de seguridad. Según cifras de la Profepa, entre 2013 y 2014 se aseguraron un total de 5,774 ejemplares y fueron detenidas 94 personas remitidas al ministerio público.

El tráfico ilegal de animales y flora silvestres son un delito en México considerado en el Código Penal Federal en el artículo 420. Las penas van de uno a nueve años de prisión y multas equivalentes de 300 a 3,000 días de multa. Las penas y las multas se agravan si el delito afecta un área natural protegida o si se realizan con fines comerciales.

“Los hijos de los grandes capos lo hacen como forma de mostrar su impunidad del gobierno”, añade Montenegro.

México es un país ubicado en el top 5 de las naciones megadiversas del planeta con 10% y 12% de las especies biológicas del mundo. Ocupa el primer lugar en reptiles, cuarto en anfibios y décimo en aves, según la Profepa. Alrededor del 50% de las plantas son endémicas, y una proporción similar la tenemos en reptiles y anfibios.

“Estas peculiaridades han hecho atractivo al territorio nacional para el comercio ilícito de vida silvestre, por lo que la Profepa mantiene una estrecha colaboración a nivel internacional y trabaja activamente en las operaciones organizadas por la Interpol y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES)”, indica la autoridad mexicana.

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