Las diez ciudades fronterizas de Tamaulipas viven una lucha violenta por el control de las actividades ilícitas a través del cobro de derecho de paso, de acuerdo con especialista.
“Es muy importante el control de las fronteras, por eso las ciudades fronterizas en Tamaulipas son un polvorín, todas, pero las más importantes son donde hay más recursos, donde hay más que obtener por los puentes internacionales”, dice Guadalupe Cabrera-Correa, autora del libro Los Zetas Inc. a Infobae México en entrevista.
La violencia causada por el narcotráfico y el crimen organizado en Tamaulipas azota a cinco ciudades de uno de los “estados más complejos y sangrientos” de México.
“La lucha y la violencia tienen que ver con el control del territorio para poder extraer rentas y poder dejar que pasen (droga, armas y personas)”.
Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Tampico y Ciudad Victoria son las cinco localidades donde las bandas criminales se disputan el territorio, porque al hacerlo ganan el poder de cobrar a quienes cometen actividades ilícitas el derecho de paso por esas tierras, dice Cabrera-Correa.
“(La lucha es por) el control del territorio, cuando controlas una parte, tú controlas todas las actividades ilícitas con derecho de cobro de piso”, explica la profesora e investigadora de la Escuela Schar de Política y Gobierno en la Universidad de George Mason.
Esa lucha que se libra por el control de los caminos tamaulipecos es constante pero arrecia en algunas localidades por algún tiempo y luego cambia según marca el ritmo del crimen organizado y sus necesidades.
Por ejemplo, dice Cabrera-Correa, desde finales de 2019 hasta ahora, Nuevo Laredo y Reynosa son las ciudades más afectadas por la violencia, son los “polvorines” del momento pero puede “cambiar mañana”, indica la investigadora. “(Los criminales) diversifican la lucha por el control del territorio”, comenta.
Ambas ciudades tienen algo en común: son localidades fronterizas con Estados Unidos, lo que las hace un territorio de interés por el crimen pues quien quiera pasar droga, migrantes indocumentados, armas y hasta animales exóticos debe circular por alguna de ellas y otras ciudades fronterizas de Tamaulipas. Eso las vuelve un territorio atractivo para los grupos que buscan hacer negocio con el cobro de cuotas ilegales a quienes también mueven a personas, animales y hasta mercancías de forma ilícita.
Nuevo Laredo es una ciudad fronteriza en la cual las autoridades de ambos lados del Río Bravo cuentan con capacidad limitada para revisar todo lo que por ahí cruza.
“La capacidad de verificar y revisar es muy pequeña (...) se pasa mucha droga (por ahí)”, explica Cabrera-Correa. Eso convierte a Nueva Laredo en “una joya de la corona” para los grupos criminales.
La ubicación geográfica de Tamaulipas explica por qué es un territorio tan codiciado por el crimen ya que cuenta con una frontera con Estados Unidos y la costa del Golfo de México. “Tamaulipas es muy importante, tiene una frontera muy especial”, destaca Cabrera-Correa. A lo largo de su frontera con Estados Unidos, Tamaulipas tiene ubicadas 10 ciudades. Entre ellas tres de las que se consideran las más peligrosas y disputadas: Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros.
Tras la guerra contra el narcotráfico puesta en marcha durante el sexenio del presidente Felipe Calderón (2006-2012) se generó una “fragmentación” de los grandes grupos del narcotráfico que operaban en Tamaulipas: Los Zetas, el Cártel del Golfo y el Cártel del Noreste. De ellos se desprendieron células más pequeñas que comenzaron a diversificar sus actividades: tráfico de migrantes, de armas y hasta de animales exóticos, dice Cabrera-Correa. “No se dedican al narco, son pequeños grupos y se especializan en el control territorial” para con ello impulsar el negocio de la extorsión y cobro de piso tanto a quienes buscan cruzar algo ilegal o a los lugareños a cambio de protección.
Los tiroteos que provocan el miedo y alarma en las ciudades tamaulipecas son producto de esas luchas entre las células que se desprendieron de los grandes grupos criminales. “Se vuelve un polvorín”, afirma la investigadora.
Tamaulipas es así un estado que ha crecido de la mano del narcotráfico y el crimen organizado conocido como “la maña” con el poder político, afirma Cabrera-Correa, quien recuerda un dicho o secreto a voces que caracteriza al estado: “nadie puede llegar al poder sin el crimen organizado”. El crimen organizado está tan arraigado en la vida de Tamaulipas que casi todos los habitantes tienen algún familiar o conocido en “la maña”.
A esto se suma otro problema: las desapariciones extrajudiciales de personas no sólo por el crimen organizado sino, incluso, realizadas por elementos del Ejército y principalmente de la Marina, añade Cabrera-Correa.
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