Las elecciones son la parte más llamativa y esencial de la democracia. En su versión arquetípica se trata de la selección directa que los ciudadanos realizan entre varias ideas y propuestas para ser gobernados. En la menos festejada se trata de un concurso de popularidad entre candidatos.
Tras la llegada de los aparatos de comunicación masivos, como la televisión, y luego con el advenimiento del internet y las redes sociales, la distinción entre una elección y un concurso de fama comenzó a nublarse, a veces con mayor intensidad que otras.
Un ejemplo típico es la pregunta que realizan las encuestadoras estadounidenses cada cuatro años a la ciudadanía al elegir a su propio presidente, y que no tiene que ver ni con las posturas políticas, ideológicas ni filosóficas de los aspirantes: “¿Qué tanto le gustaría tomarse una cerveza con el candidato?”.
En las elecciones internas de Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador y el más poderoso de México, los comicios internos se han extendido por meses ante los problemas de organización, las fracturas internas, las polémicas y las acusaciones, por lo que el partido ya no es la autoridad máxima para realizar el proceso.
El control pasó al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Éste le ordenó al INE (Instituto Nacional Electoral), que organizara dichas elecciones, aunque de forma sui géneris. Debido a los múltiples problemas en Morena, y al no haber ni siquiera un padrón aprobado de militantes, las autoridades decidieron realizar, para la selección de sus próximos presidente nacional y secretario general, una serie de encuestas abiertas a la ciudadanía en todo el país.
Ante este proceso, que para los críticos privilegia el conocimiento o la fama de uno o varios candidatos por encima del debate de ideas, vital en toda elección pero trascendental para la conformación de los liderazgos de un partido político, la convocatoria fue demoledora: 100 candidatos oficiales participan desde la semana pasada en las primeras encuestas, 47 para la presidencia y 53 para la secretaría general.
Una homonimia favorable
Entre el centenar de candidatos, uno de ellos generó rápidamente una alerta entre las encuestadoras designadas por el INE para las llamadas “encuestas de reconocimiento", que definirán a los seis candidatos finalistas que se enfrentarán en las elecciones definitivas para los cargos en juego: se trata de Manuel López.
El hombre guarda una relación estrecha por su identificación con el presidente mexicano, ya que comparten un nombre y un apellido. La homonimia (el mismo nombre para dos personas diferentes) habría causado una disrupción en unos comicios plagados de rarezas.
“Yo me inscribí como todos los compañeros que participaron, todos sabemos que tenemos ese derecho de hacerlo. Quería mandar un mensaje a la sociedad y a la militancia de que no siempre los mismos pueden ocupar un cargo”, explicó el aspirante, cuyo nombre completo es Juan Manuel López Sánchez, en una entrevista con Infobae México.
Al final, me registré con el nombre que me puso mi mamá, desde el 13 de septiembre que el INE me preguntó cómo quería aparecer, les dije que Manuel López
El militante, originario del municipio de Tultepec, en el Estado de México, aseguró a este medio que todos sus colegas de Morena, donde participa desde su fundación en 2012, lo conocen así. Además, en redes sociales, desde hace al menos cinco años, se hace llamar Manuel López.
Sin embargo, tras la primera semana de levantamiento de encuestas en todo el país, López recibió un mensaje el viernes 25 de septiembre por la noche. Era del INE, relató. Las noticias eran las mejores y las peores a la vez, como célebremente dejó escrito Charles Dickens.
Una ventaja puesta en duda
El INE, explicó López, le informó que las encuestadoras Demotecnia 2.0, Mendoza Blanco y Asociados y Parametría, le habían detallado a su Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos (CPPP) sobre los reportes del primer día del levantamiento de encuestas.
“Se advirtió en todas ellas que el candidato ‘Manuel López’, por el que se pregunta los simpatizantes y militantes de Morena, registró un nivel de conocimiento de prácticamente el doble del promedio de los 44 candidatos, es decir, la relación es de 2 a 1″, le explicó el INE.
El nombre corto de Manuel López es un homónimo del nombre presidente de la República, argumentaron, "quien además de ser militante del partido sobre el cual se lleva acabo el proceso de renovación de dos integrantes de su dirigencia es el último presidente elegido del Comité Ejecutivo Nacional de Morena”, añadieron.
En la experiencia de las encuestadoras, cuando un candidato X tiene nombre parecido o es homónimo de otra figura pública con alto grado de conocimiento, cuando se pregunta al electorado por el candidato X, muy posiblemente puede ocurrir que la respuestas están sesgadas por la confusión de la persona X con la persona Y
Por esta posible confusión, de acuerdo con López, el INE decidió que se utilizara su nombre completo. Juan Manuel López Sánchez mencionó que fue de manera “tramposa” el cambio. “Quien impone las reglas es el INE y a mí me preguntó desde hace semanas cómo me quería llamar”, acusó.
Además, el candidato, que realiza campaña apenas a nivel local en Tultepec y alrededores, sobre todo a través de redes sociales, argumentó que al presidente no lo conocen como “Manuel López”. “Lo conocen como Andrés Manuel López Obrador, como Andrés Manuel, como López Obrador, como AMLO o hasta como El Peje”, dijo.
La queja ante el Tribunal Electoral
Es por ello que Manuel López decidió llevar su caso al Tribunal Electoral este lunes. “Ellos pusieron las reglas. Primero, quiero solicitar que se reconozca mi nombre, no es el del presidente nada más, es el de muchísimas personas que se llama igual, no influyó en la votación”, manifestó.
En segundo lugar, agregó, pidió en su queja que el INE, a través de sus encuestadoras, realice de nuevo las mediciones, porque en su opinión se violentaron sus derechos político-electorales. Los resultados de las encuestas de reconocimientos se hicieron públicas este miércoles, a pesar de la impugnación de Manuel López, que quedó en el tercer puesto, aunque descalificado por la cantidad de aspirantes en empate técnico.
El favorito para la presidencia es Mario Delgado, el coordinador de los diputados federales de Morena. Contra el puntero, Manuel López señaló que “él y Yeidckol Polevnsky también usan a López Obrador”. “Lo ponen en sus fotos de campaña”, aseveró.
Sin embargo, a pesar de ello, es muy probable que ambos avancen a la siguiente ronda. El nuevo presidente y secretario general (deberá ser un hombre y una mujer o viceversa) será dado a conocer el 12 de octubre. Los ganadores encabezarán Morena hasta agosto de 2023.
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