La organización Greenpeace México reiteró su exigencia al gobierno federal de prohibir el uso de organismos genéticamente modificados, conocidos como transgénicos, así como de agroquímicos tóxicos como el glifosato.
Los transgénicos y agroquímicos afectan de manera grave la diversidad de maíz nativo en México, contaminan el agua y el suelo e implican un serio riesgo para la salud humana, afirmó Greenpeace en el marco del “Día Nacional del Maíz” este martes 29 de septiembre.
Denunció que las semillas nativas de diversos cultivos, pero particularmente del maíz, están en riesgo de ser privatizadas mediante el uso de transgénicos, según reveló la agrupación a través de un comunicado de prensa. Es el caso de variedades como el maíz cacahuacintle, el palomero, el olotón, el pepita y otras 59 razas nativas.
Su desaparición supondría una violación del derecho humano a una alimentación sana, suficiente, de calidad y que respete la diversidad natural y cultural del país que han conservado por miles de años los pueblos indígenas.
Greenpeace hizo extensiva su oposición a las posibles reformas a la Ley Federal de Variedades Vegetales, al modelo agroindustrial de monocultivos, a la invasión de tierras campesinas y a los alimentos ultra procesados.
“En Greenpeace México reiteramos la urgencia de que se prohíban los transgénicos y el glifosato en México para avanzar hacia una producción ecológica, que preserve la biodiversidad y la agrobiodiversidad mexicana forjada por manos campesinas desde hace milenios, para darnos oportunidad a gozar de un medio ambiente sano y un sistema agroalimentario y nutricional que sea verde y justo, que permita a las mexicanas y los mexicanos tener una alimentación saludable, local, natural y libre de transgénicos y agrotóxicos”, señaló Viridiana Lázaro Lembrino, Especialista en Agricultura y Cambio Climático de Greenpeace México.
Los defensores ambientales agrupados entorno a Greenpeace México llamaron la atención sobre las grandes empresas transnacionales que promueven el uso de organismos genéticamente modificados y del herbicida glifosato, pues no sólo ponen en riesgo la salud humana, sino al medio ambiente en su conjunto y a la herencia cultural que representa el sistema de milpas y cultivos como el maíz, el chile y la calabaza.
Por ello, consideraron como una necesidad urgente la publicación de un decreto presidencial para la prohibición de transgénicos y glifosato que proteja al país como centro de origen del maíz y de otros cultivos como el chile, el frijol, la calabaza, la vainilla, el algodón, el aguacate, el amaranto, el chayote y el maguey, especies esenciales en el mundo que deben ser preservadas.
Junto con agrupaciones como la Campaña Sin Maíz No Hay País y ciudadanos, científicos, investigadores, académicos, consumidores, artistas e intelectuales, Greenpeace ha defendido la revaloración y producción de semillas y alimentos por parte de comunidades indígenas de todo el país, práctica que ayuda a mejorar sus condiciones de vida e impedir que los monopolios agroindustriales transnacionales atenten contra la biodiversidad, la diversidad cultural, así como el envenenamiento del agua y los suelos.
“Nos unimos a la exigencia de robustecer nuestra soberanía y autosuficiencia alimentaria; fomentar la producción de maíces nativos y fortalecer las milpas en manos campesinas; establecer un modelo agroecológico con alternativas amigables con el medio ambiente; promover y proteger los derechos humanos de indígenas y campesinos con derecho a su autonomía y autodeterminación y la promoción de alimentos sanos, nutritivos y culturalmente adecuados para todas las personas”, refiere el comunicado.
El Día Nacional del Maíz se celebra en México desde el 2009 y se inspira en las fiestas que muchas familias campesinos realizan en sus milpas el 29 de septiembre, al recoger la primera cosecha de elotes de la temporada en coincidencia con la Fiesta de San Miguel Arcángel, a quien se considera santo patrono de la protección de la milpa y la lucha contra el mal.
MÁS SOBRE OTROS TEMAS: