El 19 de enero de 2001, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera fue noticia internacional por segunda vez en su vida: se convirtió en el primer reo mexicano en fugarse del inviolable sistema de prisiones de máxima seguridad de México.
Vicente Zambada, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, narró en el juicio que se le siguió al capo en Estados Unidos cómo su “compadre”, El Chapo, le había contado sobre su huida de la cárcel de Puente Grande, Jalisco, escondido en un carrito de la lavandería.
Según el relato del Vicentillo, “El Chapo” le contó que el encargado de la lavandería del presidio mexicano, un hombre llamado Chito, lo escondió debajo de una carga de sábanas y mantas sucias para conseguir que escapara del presidio.
Según le narró “El Chapo”, el narco iba contando cada una de las puertas por las que iba pasando ya que, cada vez que tenía que pasar por un control de la policía, escuchaba el sonido de apertura.
En un momento, además, cuando Chito dejó suelto el carrito para hablar con un policía, “El Chapo” le dijo que el carrito se cayó hacia atrás y tuvo miedo, contó entre risas en su reunión, de lo que podría haber ocurrido si la ropa se hubiera volcado con él dentro. Finalmente consiguió escapar.
Además, Vicentillo aseguró que Guzmán le negó que, como se aseguraba por entonces, el director de la prisión de Puerta Grande o incluso el presidente mexicano de entonces, Vicente Fox, estuvieran compinchados para sacarlo de la prisión.
De acuerdo con su versión, “sólo tres o cuatro personas” estaban enteradas del plan de fuga ya que, cuantas más personas lo conocieran, había más posibilidades de que se difundiera.
No solo explicó su huida, sino también la naturaleza de los negocios entre su padre “El Mayo” Zambada y “El Chapo” al frente del Cártel de Sinaloa.
Cuando El Chapo huyó de la cárcel y se encontraba en la ruina, con la necesidad de montar de nuevo sus contactos, “El Mayo” se ofreció a darle el 50 % de cada kilo de cocaína que vendiera.
“El Chapo” se lo agradeció y él convino a hacer lo mismo con su socio a partir de entonces.
“El Vicentillo” era entonces coordinador logístico de la organización para importar a México droga procedente de Centroamérica, así como Sudamérica y luego trasladarla a Estados Unidos.
La contribución del Mayo ayudó a que Guzmán Loera debutara en la lista de los multimillonarios de Forbes en el año 2009, en la posición 701, con una fortuna valuada USD 1,000 millones. Permaneció en el listado al menos hasta 2012, donde fue descendiendo hasta caer 452 lugares y llegar al 1,153.
Sin embargo, durante el juicio que se le siguió en Estados Unidos, la defensa de Guzmán Loera argumentó que el verdadero cabecilla del Cártel de Sinaloa era “El Mayo” Zambada, y que “El Chapo” era sólo un empleado.
“El Mayo es hace décadas el mayor narcotraficante de México y nunca ha sido arrestado”, dijo el abogado Jeffrey Lichtman durante el juicio. “Ismael 'Mayo’ Zambada, cofundador del cártel de Sinaloa es la verdadera pieza que falta en este lugar”, destacó.
“Tiene 70 años y nunca pasó un día en la cárcel, toma sol en las montañas y está libre como un pájaro”, concluyó.
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