El capo Jaime González Durán, fundador del grupo criminal Los Zetas, nunca vio la luz al final del túnel tan cerca como ahora. No tiene la certeza que vaya a salir, pero ahora en su mente se imagina más allá de los muros de la prisión.
A el “Hummer” —un apodo relacionado con su afición a los automóviles de lujo— le fue obsequiada la cancelación de su condena de 21 años nueve meses por un tribunal federal, quien además ordenó la reposición de su procedimiento desde la primera instancia, ante la sospecha de que su confesión y la de sus cómplices fueron obtenidas con torturas.
Las instrucciones del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal de Toluca también establecen investigar por tortura a los militares del Décimo Regimiento de Caballería Motorizada, elementos de la SEIDO y de la Policía Federal, que participaron en la captura del líder de Los Zetas, el 7 de noviembre de 2008 en Reynosa, Tamaulipas.
Jaime González Durán y dos de sus coacusados serán evaluados bajo el Protocolo de Estambul, con el objetivo de de determinar si deben o no ser canceladas sus confesiones del proceso. Los resultados de dicho reglamento serán presentados ante un juez quien a su vez, podrá dictar una nueva sentencia.
El tribunal consideró que cuando el sanguinario capo se presentó en el dictamen de integridad física del 7 de noviembre de 2008, éste tenía lesiones en las manos, codos, tórax, los antebrazos, pectorales, hombros, rodillas y tobillos.
Además, según relató el propio “Hummer”, el día que entregó a la SEIDO el organigrama de Los Zetas y la operación que tenía encomendada cada uno de sus mandos en sus respectivas zonas de influencia, las autoridades de la subprocuraduría le vendaron los ojos, golpearon y amenazaron, lo bajaron a un sótano, le quitaron las esposas y lo desvistieron, lo tiraron al suelo y lo empezaron a meter y sacar de un tanque con agua. Señala que lo mantuvieron un día completo amarrado y lo llevaron a un cuartel militar donde los tuvieron tirado en el suelo y sin ropa.
Aunque se confirmaran las torturas hacia el “Hummer”, éste no quedaría en libertad, pues afronta otra condena de 35 años de prisión por delincuencia organizada y privación ilegal de la libertad, y otra por 16 años y seis meses de cárcel por lavado de dinero.
El ex militar originario de Aquismón, San Luis Potosí, hoy se encuentra preso en el Penal Federal de Hermosillo, Sonora.
En 2008, el hombre chaparrito y de ojos rasgados no ofreció resistencia a la hora de su captura. El capo Jaime González Durán, de 44 años, fundador de Los Zetas, ni siquiera tuvo intención de llevarse las manos al cinto donde escondía su arma.
Durante su juventud, el “Hummer” entró a las filas del Ejército Mexicano, pero desertó el 24 de febrero de 1999, cuando estuvo comisionado como agente de la Policía Federal en Tamaulipas.
Junto a al menos 3 decenas de desertores de dicho grupo de élite, entre ellos Heriberto Lazcano Lazcano, y Arturo Guzmán Decena, el “Z1”, se hicieron guardespaldas de Osiel Cárdenas Guillén, entonces líder del Cártel del Golfo, y formaron la organización criminal de Los Zetas.
A González Durán se le vincula con la muerte del cantante Valentín Elizalde Valencia, conocido como el “Gallo de Oro”, quien fue asesinado en noviembre de 2006, luego de una presentación en Reynosa, Tamaulipas.
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