Felipe Calderón Hinojosa admitió en 2011 que la guerra contra la drogas que encabezó desde 2006 en su sexenio era imposible de ganar, reveló un ex funcionario británico a quien el presidente mexicano le hizo ese comentario cuando visitó el país.
“Me dijo: '¿Crees que alguna vez habrá una venta regulada de drogas en Gran Bretaña o Estados Unidos? Porque he llegado a la conclusión‘- y recuerdo que lo dijo con tanto patetismo -’ que hemos pasado años tratando de librar esta guerra contra las drogas que es imposible de ganar”, dijo Nick Clegg, quien en ese año era el viceprimer ministro de Reino Unido, a Vice News según una publicación este miércoles.
"Nunca ganarás a menos que puedas eliminar la criminalidad avanzando hacia la regulación de las drogas ", añadió Calderón en su charla privada de entonces con Clegg, quien ahora es el principal funcionario de relaciones públicas de Facebook y representante de la Comisión Global de Políticas de Drogas.
El ex presidente Calderón no negó haber hecho los comentarios a Clegg, en un escrito a Vice News. Añadió que duran un tiempo considerable había planteado una posible legalización como una solución a los problemas relacionados con la violencia vinculada por las drogas, pero que no estaba seguro al respecto.
“(Me) causó una gran impresión”, dijo Clegg, “realmente me sorprendió. Si hubo alguien que realmente había vivido la guerra contra las drogas, y había concluido que esto jamás se iba a ganar”. Los comentarios de Calderón a Clegg los hizo el 29 de marzo de 2011, cuando el británico visitó México.
Según las declaraciones de Clegg, Calderón se había hecho de un nombre con su idea de “voy a ganar la guerra contra las drogas”.
Apenas asumió la presidencia en 2006, Felipe Calderón implementó su estrategia de combate al narcotráfico con llevar al Ejército a las calles con el fin erradicar a los grupos criminales. Con esa medida, se desató una ola de violencia en el país que causó miles de muertos y desaparecidos.
Clegg añadió que tras su conversación privada con Felipe Calderón se convenció de que la legalización de las drogas es la única respuesta sensata a la creciente demanda global.
En público, aquel 29 de marzo de 2001, Clegg expresó su admiración a Calderón y elogió la “valentía que (él y su) gobierno han demostrado en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico”.
El 10 de diciembre de 2006, sólo 9 días después de haber tomado posesión como presidente de la República, Felipe Calderón ordenó el despliegue de 6,500 elementos del Ejército en la Tierra Caliente en lo que se denominó “Operativo conjunto Michoacán” que tendrían el objetivo de combatir al crimen organizado en la entidad “por cielo, mar y tierra”.
Michoacán, tierra natal del entonces presidente, era azotada por el Cártel de la Familia Michoacana, el cual ya había dado muestras de su sanguinario y cruel poderío al arrojar cinco cabezas humanas en la pista de un centro nocturno, en septiembre de 2006. También se implementaron operativos militares en Chihuahua y Baja California.
Calderón le había declarado “la guerra” al narcotráfico.
Aunque hizo importantes capturas de capos, como la de Alfredo Beltrán Leyva, en enero de 2008, la detención de Edgar Valdés Villarreal La Barbie en 2010 o el abatimiento de Arturo Beltrán Leyva El Barbas en diciembre de 2009; en los seis años de su gobierno el país registró 102,859 homicidios y 22,112 desaparecidos, de acuerdo con datos del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED).
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