Poco importó la lealtad que Jaime Cárdenas le ha tenido por años al ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, era tan cercano a él que incluso fue representante legal en su campaña presidencial .
López Obrador exige una lealtad absoluta, sin importar lo que pase, como encontrar que el Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado (Indep) -creación del presidente con la promesa de “acabar con la corrupción y el saqueo de los gobiernos anteriores”-, está presuntamente invadido por corruptelas, justamente la bandera que enarbola el Jefe del Ejecutivo: el combate a la corrupción.
Luego de que se diera a conocer la renuncia de Cárdenas Gracias y su exposición de motivos a través de una larga y contundente carta, el presidente se le fue a la yugular desde su conferencia en Palacio Nacional. Aseguró que Jaime Cárdenas “no le entró” a la limpia de la institución e incluso señaló que le faltó temple y tuvo miedo.
Pero Cárdenas no se quedó callado y en una entrevista radiofónica reveló que su dimisión fue por la falta de apoyo de López Obrador y de su equipo para poder limpiar el instituto. “Ellos esperaban seguramente de mí, lealtad, que por supuesto realicé, pero mi lealtad no era ciega, sino una lealtad reflexiva”, aseguró.
Ante estos hechos y en opinión del periodista Raymundo Riva Palacio, en su columna de El Financiero, consideró que el presidente es un “malagradecido irrefrenable, que no pudo quedarse callado para evitar exhibir las miserias de su administración” ya que resaltó, la renuncia “no fue porque Cárdenas fuera blandengue. Renunció por la falta de apoyo de López Obrador y de su equipo”.
“¿Qué quería López Obrador? Quizás lo que hace él, tirar a matar sin preguntar si lo merecía. Tampoco se puede descartar que pretendiera ocultar lo podrido que está la institución mediante chivos expiatorios”, destacó el periodista.
Riva Palacio recordó que el Jefe del Ejecutivo suele esconder las huellas de corrupción que lo afectan, y blinda a sus perpetradores, pero no hace lo mismo con quien es crítico, opositor político, o quien pelea para no dejarse extorsionar ni amedrentar. “Para ellos, el peso abusivo del poder; para los suyos, la gracia llevada al nivel de complicidad”, enfatizó .
Sobre Ricardo Rodríguez, a quien sustituyó Cárdenas el pasado mes de junio, el periodista recordó que se dijo que sería candidato a la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente. “Era falso. A través de la prensa se supo que lo estaban investigando por presuntos actos de corrupción. Cárdenas lo confirmó en su carta de renuncia, pero en la mañanera el presidente no se fue al fondo del tema planteado, sino a la descalificación del ex funcionario. Es su método”, escribió.
“Sobre el acto de corrupción claro y evidente de su hermano Pío, que recibió dinero de procedencia ilícita, no ha vuelto a decir ninguna palabra. Inicialmente señaló que la Fiscalía General debía investigar, pero no se sabe que haya pasado nada. Sí se conoce, por ejemplo, que desde el año pasado congeló una denuncia contra otros muy cercanos por corrupción y de obtener dinero de origen desconocido, que es considerado un delito grave que amerita la cárcel. Pero cuando en Chihuahua protestaron por el problema de aguas, instruyó a Santiago Nieto, jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera, que congelara las cuentas de los líderes involucrados, salvo, un alcalde que es de Morena", destacó el periodista.
“La furia anticorrupción del presidente a veces es muy certera y a veces falla monumentalmente. En lo que nunca se equivoca es en el encubrimiento”, escribió Riva Palacio.
Y continúa: “uno no puede dejar de pensar que López Obrador sí tiene apego al dinero, que le llegaba desde que era presidente del PRD, en cajas enviadas por altos funcionarios del gobierno de la Ciudad de México. ¿Puede considerarse esto un rasgo de honestidad? Es tramposo para alguien que casi no ha trabajado en su vida, salvo una parte en los años 80′s, en la parte final de los 90′s, y en los cinco primeros años del siglo, tener el dinero suficiente para comprar dos departamentos y una casa en la Ciudad de México, y educar a cuatro hijos y mantener a dos familias en momentos diferentes. Pero su dinero y cómo se hizo de él, nunca ha sido tema. El dinero de los otros y la honestidad del próximo es lo que siempre atiende”, resaltó el periodista.
“Sus márgenes siempre son políticos, no legales. De ahí la descalificación de Cárdenas, con un maltrato declarativo que sugiere su enojo por lo que reveló en la entrevista con Rocha, que querían resultados –cuáles son, no los especificó–, pero sin tomar en cuenta las normas y los procedimientos. A Cárdenas le preocupaba seguramente que cuando el sexenio acabe, se revisen todas las ilegalidades que cometió para saldar cuentas y deslindar responsabilidades. A López Obrador parece no importarle esa posibilidad, ni su prestigio. Debe pensar que el enorme poder del que goza hoy, será eterno”, finalizó.
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