Las piezas del rompecabezas empiezan a encajar. Diecisiete grabaciones en poder de la fiscalía estadounidense podrían evidenciar los presuntos vínculos entre el máximo jefe de la policía mexicana durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), Genaro García Luna, y el Cártel de Sinaloa.
Las grabaciones presentadas el mes pasado, en una moción de dos páginas, por el fiscal Richard P. Donoghue, habrían sido interceptados cuando García Luna fue secretario de Seguridad Pública (2006-2012).
En el documento, develado por el periodista Miguel Ángel Vega, del semanario Río Doce, se lee lo siguiente: “Adjunto encontrará el descubrimiento complementario del gobierno de acuerdo con la Regla 16 de las Reglas Federales de Procedimiento Penal. Tenga en cuenta que el descubrimiento adjunto contiene material protegido y debe manejarse de acuerdo con la orden de protección. El gobierno también solicita la protección de este material por parte de la defensa del acusado”.
Pese a que las grabaciones ya han sido presentadas ante una corte federal, se desconoce si el juez Brian Cogan —encargado del caso— aceptara las evidencias, pues se tendrá que comprobar si la fiscalía estadounidense las obtuvo de manera legal.
En la moción también se presentaron dos archivos que muestran el historial financiero del acusado, los cuales se integrarán a las miles de pruebas que la fiscalía tiene en contra de Genaro García Luna.
Estas pruebas sólo son la punta del iceberg. En 2018, durante el juicio contra Joaquín el “Chapo” Guzmán, el narco Jesús el “Rey” Zambada aseguró que hizo pagos millonarios a Genaro García Luna.
Zambada, el primer cooperante de la fiscalía en la causa contra Guzmán, explicó ante un jurado en Brooklyn, Nueva York (EEUU) que realizó en concreto dos pagos para garantizar la protección de su hermano mayor, Ismael el “Mayo” Zambada, fundador y jefe del Cártel de Sinaloa, y evitar así que fuera detenido.
El primer soborno —que se produjo en un restaurante en 2005— ascendía a USD 3 millones. García Luna estaba al mando de la agencia federal de investigaciones. A este siguió otro de entre USD 3 ó 5 millones en 2007 cuando García ya era secretario de Seguridad Pública.
—¿Se reunió con García Luna en un restaurante?, le preguntó entonces el abogado William Purpura.
“Sí”, respondió el “Rey” Zambada. De acuerdo con el testimonio, el efectivo iba en un maletín y el primero tenía como propósito conseguir que se nombrara como jefe de la policía en Culiacán, Sinaloa, a una persona de confianza del cártel para así “tenerlo en el bolsillo”. El “Rey” aseveró que se trataba de dinero del Mayo.
Además, indicó que García Luna tenía “un compromiso en firme” con el clan formado por los hermanos Beltrán Leyva. Para garantizar la protección de la organización, añadió, entre 2006 y 2007 juntaron con sus sociosUSD 50 millones que desembolsaron a través de los sicarios Édgar Valdez Villareal, la “Barbie”, y José Gerardo Álvarez Vázquez, el “Indio”.
La justicia de Estados Unidos busca demostrar la supuesta relación entre el ex secretario de Seguridad pública de México y el narco en México.
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