“Lo admiro por ser la persona que conocí y con la que me casé”, así se refiere Emma Coronel a Joaquín Guzmán Loera, a quien delinea como un esposo y no como el Chapo, un narcotraficante calificado como sanguinario tras las narraciones de testigos sobre sus acciones como líder del Cártel de Sinaloa.
“Yo no conozco a mi esposo como la persona que tratan de enseñar quienes declaran en su contra”, dijo Coronel Aispuro en una entrevista al diario estadounidense New York Times.
Según la versión de Coronel, su encuentro con el Chapo Guzmán fue como el de cualquier pareja: una coincidencia en la que comienza una charla y después las citas, las charlas, los detalles. No el de un capo internacional de la droga que acude a una reunión de una familia vinculada al narcotráfico, como los Coronel.
El 2006 fue el año en que Coronel y Guzmán Loera se conocieron. Ella con apenas 17 años y el 49 años, dos matrimonios previos, al menos una decena de hijos y con una pasado criminal ya conocido para esas fechas. Llevaba en ese entonces ocultándose de las autoridades casi seis años, luego de su fuga supuestamente en un carrito de lavandería en 2001 de la cárcel de máxima seguridad de Puente Grande, en Jalisco.
Coronel Aispuro había ganado un certamen de belleza llamado el Festival de la Guayaba y el Café. El Chapo vio la ceremonia de coronación de Emma, acompañada de su familia. Del momento hay algunas fotografías en las que Coronel luce la corona del festival. Del encuentro con “Joaquín” -como lo llama ella cuando no le dice “esposo”- dice que le encantó su forma de ser y con eso la conquistó, según una entrevista publicada por Proceso. El hombre del que testigos declararon que tenía un zoológico en su casa, le gustaba viajar al extranjero y que incluso apareció en el listado de los multimillonarios del planeta de la Revista Forbes no hubo rastros en el primer encuentro con Coronel, pues relata ella que no hubo lujos ni fastuosos regalos pero sí detalles, lo que la “enamoró”.
Coronel tenía novio en el momento que conoció al Chapo. “(Guzmán Loera) estaba bailando con otra muchacha y yo con el que era mi novio y nos encontramos justo en el medio de la pista y bien coqueto me sonrió”, dijo en una entrevista a la cadena Telemundo. “Que dice el señor que si quieres bailar con él y o: ‘ah ok, por supuesto’”, añadió Coronel.
Comenzó “una bonita amistad” entre Emma y Joaquín, dijo ella al New York Times. “Con el paso de los meses nos hicimos novios”.
“¿Cómo me conquistó?, varias ocasiones iba a la casa, yo dijo que lo que me conquistó más bien de él fue su plática, su forma de tratarme, no me llevó las grandes cosas ni los grandes regalos, él se gana a las personas por su forma de ser, de actuar”, dijo Coronel a Telemundo.
Fue un romance rápido, pues la boda se celebró cuando ella cumplió la mayoría de edad: “Cuando cumplí los 18 años nos casamos en una ceremonia muy sencilla, con familia y solo con amigos cercanos”, relató.
La boda ocurrió en el verano de 2007. Se celebró en el pueblo de La Angostura, municipio de Canelas, en la sierra de Durango.
En 2019, Coronel Aispuro dio a conocer más detalles de la boda a Telemundo: “He escuchado que no sé cuánta gente hubo, funcionarios, no sé…no es cierto, fue nada más mi familia, las personas del rancho” ¿no hubo políticos?, se le cuestionó, “no, yo nunca lo he visto a él (Guzmán Loera) con un político”.
Otras versiones, como la de la revista Proceso, dan cuenta de una boda en la que el Chapo cercó el caserío donde ocurrió el enlace, que solo fue familia de la novia y allegados al chapo, como Ignacio Coronel El rey del Cristal y tío de la novia -ella no lo niega- y el ex subprocurador del gobierno de Sinaloa, Alfredo Higuera Bernal. Según ese testimonio, el Chapo llevó a un juez y a un sacerdote.
Anabel Hernández, periodista especializada en narcotráfico, dice que a la boda habrían asistido importantes capos de la droga: Ismael el Mayo Zambada, Juan José Esparragoza Moreno el Azul, y los hermanos Beltrán Leyva: Marcos Arturo el Barbas, Alfredo el Mochomo y Héctor el H.e
No hubo una luna de miel, se fueron a un rancho, se mudó a Culiacán y comenzó a estudiar Ciencias de la Comunicación, dijo Emma Coronel.
Después se convirtió en la madre de las hijas menores del Chapo Guzmán: Emaly y María Joaquina, que tienen ahora 9 años de edad.
Con 31 años de edad,13 de casada, Emma Coronel presenció el juicio de su esposo, que fue condenado a pasar el resto de su vida en una cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos.
Para ella la experiencia que ha vivido con el Chapo preso y enjuiciado es “difícil y pesada”. Pero dice ser una mujer de fe: “Tengo fe y estoy convencida de que Dios solo nos pone obstáculos que podemos superar, y confío que así será”, según el Times.
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