En los mapas, Tamaulipas se ubica al noreste de México, pero en la mente de sus habitantes es lo más cercano al “infierno”.
La entidad, de más de 3,000 millones de pobladores, vive un estado de guerra permanente. Bajo el control del Cártel del Noreste, enzarzado en una demencial lucha contra Los Zetas y el Cártel del Golfo, hay días en que los sicarios cortan los principales accesos y las autoridades piden a los vecinos que no salgan a las calles.
El miedo generalizado en Tamaulipas comenzó a finales de la década de los 90. La detención de Juan García Ábrego, el líder del Cártel del Golfo, en 1996, provocó una turbulencia en la organización criminal y una nueva ola de violencia inundó a la entidad. Fue Osiel Cárdenas quien se consolidó como el líder sucesor y, para 1999, la organización ya había incorporado a un grupo que fungía como brazo armado: Los Zetas.
Dicho grupo se formó a partir de ex integrantes de las fuerzas especiales del Ejército mexicano y de la policía federal, con soldados desertores de los dos cuerpos de seguridad. Con su ayuda, el Cártel del Golfo se fortaleció a lo largo del norte y noreste del país, pero la caída de Cárdenas y su posterior extradición a Estados Unidos en 2007 provocó nuevas tensiones.
Entonces la unión entre el Golfo y los Zetas comenzó a fracturarse. El brazo armado comenzó a operar cada vez más con mayor independencia y con una crueldad hasta entonces inédita, por lo que los expertos comenzaron a llamarlo el grupo delictivo más sanguinario del continente.
Las alianzas de los Zetas con otros Cárteles, como el de Juárez y el de los Beltrán Leyva, fueron algunas de las causas para que el Golfo y su brazo armado se convirtieran en antagonistas.
La situación en el estado, como en prácticamente todo el país, comenzó a empeorar tras el anuncio de la llamada Guerra contra el narcotráfico, que se lanzó en los primeros días del sexenio del presidente Felipe Calderón (2006-2012).
A partir de 2009, el enfrentamiento del Cártel del Golfo y los Zetas se intensificó con Tamaulipas como el cuadrilátero principal. La militarización ordenada por Calderón asoló también al estado, cuyas estadísticas de violencia y homicidios explotaron durante los siguientes 24 meses.
Tamaulipas en manos del narco
En el 2007, la región fronteriza con Estados Unidos se convirtió para muchos en una tumba abierta. Desde aquel fango, Alejandro Rojas Díaz Durán, candidato a la dirigencia de Morena, nacido y criado en Tamaulipas, dijo estar dispuesto a “morir luchando” contra la corrupción.
Su nombre comenzó a sonar (más) tras las acusaciones contra el gobernador panista de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien, según el morenista, tiene vínculos con el narcotráfico en el estado.
Las señalizaciones hechas por Díaz Durán, el pasado 16 de agosto, incluían dos cables diplomáticos del Consulado de Estados Unidos en Matamoros, Tamaulipas.
En el primer expediente se menciona una reunión en febrero de 2012, en Cabo San Lucas, Baja California, entre el ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna (2006-2012) y Francisco García Cabeza de Vaca, en la que se presumió también estuvo presente Joaquín Guzmán Loera, alias el “Chapo”.
En el momento de la reunión, García Luna era jefe de policía del gobierno de Felipe Calderón. El año pasado fue arrestado y acusado de conspirar con el Cártel de Sinaloa, para traficar cocaína.
El segundo cable es un aviso al Departamento del Tesoro de los EEUU. que describe información conocida por el FBI sobre una cuenta bancaria mantenida por Cabeza de Vaca en las Islas Caimán que, se dijo, se usó para ocultar ganancias ilícitas del tráfico de drogas y otros actos de corrupción.
El informe describe los viajes realizados por familiares de Cabeza de Vaca entre 2008 y 2015 a paraísos fiscales en las Islas Caimán, Suiza y Bermuda, según información del FBI, utilizando el mismo jet privado Hawker 800 desde el Aeropuerto Internacional de McAllen para algunos de los viajes.
Díaz Durán también señaló al actual secretario de Gobierno de Tamaulipas, César Augusto Verástegui Ostos, de tener vínculos Francisco Carreón Olvera, alias “Pancho Carrión”, líder regional de Los Zetas que fue asesinado por elementos de la Secretaría de Marina (SEMAR), en 2017.
Las acusaciones encabezadas por Díaz Durán se ajusta como un guante con la denuncias que la Fiscalía Especial para la Investigación del Delito Organizado (SEIDO) de la Fiscalía General de la República (FGR) inició por presuntos operativos con recursos ilícitos del mandatario estatal.
En 2016, en medio de la campaña por la gubernatura de Tamaulipas, Héctor Crescencio de León Fonseca, alias el "R3″, líder del Cártel del Golfo, acusó a García Cabeza de Vaca, entonces candidato al poder estatal, de recibir pagos de dicho grupo criminal.
El "R3″, capturado el 7 de enero de 2016, en Altamira, Tamaulipas, declaró ante policías federales: "Tengo conocimiento que mi jefe el “R2″ y/o el “Toñín”, identificado como Marco Antonio Haro Rodríguez, le entrega dinero a un político de nombre Francisco Javier Cabeza de Vaca. Esto lo sé porque cuando le entrego el dinero que recojo, él me menciona que ese dinero es para el político Cabeza de Vaca”.
Como respuesta a aquellas afirmaciones, los militantes del Partido Acción Nacional (PAN) denunciaron que las declaraciones en contra de su candidato eran parte de una “guerra sucia” por parte del PRI, quien en ese momento era abanderado en la presidencia de México.
El año pasado fueron colocadas dos narcomantas en las que, presuntamente, el Cártel del Golfo acusó al gobernador de recibir 15 millones de pesos de la organización criminal para su campaña electoral, y le reprochó por no cumplir con un presunto acuerdo de “permitirles operar” en el estado.
El pasado 25 de agosto, en redes sociales comenzó a circular un video en el que Raúl Eduardo Monge Castillo, actual jefe de la Oficina Fiscal de la Secretaría de Finanzas de Tamaulipas, señala que García Cabeza de Vaca, presuntamente recibió recursos de integrantes del cártel de Los Zetas.
En la grabación, el funcionario estatal indica que desde 2005, el actual mandatario, quien entonces era alcalde de Tampico, era apoyado económicamente para sus actividades proselitistas, por Jaime González Durán, alias el "Hummer” y otros líderes de la organización delictiva de Los Zetas.
La grabación presuntamente corresponde a hechos ocurridos entre junio y agosto del 2018, cuando Monge Castillo se desempeñaba como titular de la Comisión Municipal de Agua Potable (COMAPA) de Tampico, tiempo durante el cual estuvo privado de la libertad durante 43 días.
Según declaraciones del propio Monge Castillo, fue torturado y obligado por integrantes del Cártel del Golfo a grabar diversos videos, entre ellos el que se refiere el presunto financiamiento del cártel de la última letra a las campañas políticas del ahora gobernador.
MÁS SOBRE OTROS TEMAS: