Baja California es la entidad federativa en México con la mayor concentración de presos por delitos relacionados al crimen organizado. De acuerdo con datos del Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales 2014 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de cada 100 reclusos por este tipo de crímenes en cárceles estatales, 14 están en Baja California.
En el estado están la mayoría de delincuentes por haber cometido los delitos previstos en la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada y la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos: secuestro exprés, tráfico de menores, homicidio, privación de la libertad, secuestro, delitos contra la salud, extorsión, trata de personas, amenazas, y narcomenudeo.
Existe un lugar que ejemplifica la intensa actividad registrada en la región: El Hongo. Fue inaugurado y puesto en marcha en septiembre de 2002 por la administración del ex presidente Vicente Fox. Se encuentra en Tecate, a aproximadamente 50 kilómetros de la ciudad de Tijuana. En un día normal se registra un sol que rebasa los 35 grados centígrados.
Hasta mayo del 2014, en la primera sección del penal la Secretaría de Gobernación contabilizaba una población carcelaria de 4,115 personas, mientras que en la segunda de 1,066 reclusos. Hasta ese entonces, y solamente en esta cárcel, se registraban más prisioneros que en los estados de Aguascalientes, Baja California Sur, y Campeche juntos.
El Hongo es una de las prisiones más inseguras en todo el país debido a la alta peligrosidad de su población penitenciaria: el potencial y poder económico de los reos crece por su vinculación al crimen organizado y al narcotráfico.
El penal es uno de los más grandes en todo el país, un amplio complejo de firmes bloques de cemento que se extienden por una superficie de 50 hectáreas cerca de la carretera que lleva a la capital del estado, Mexicali.
Abusos, agresiones, mala calidad de los alimentos, deficiente atención médica, desapariciones, y un trato indigno para familiares y visitantes fueron parte de las denuncias que manifestaron alrededor de 40 personas en las inmediaciones del Palacio Municipal de Tecate en julio de 2019. Familiares declararon que los reos sufren violaciones a sus derechos humanos.
Medios locales reportaron en marzo de este año que después de un motín presentado en el penal, donde algunos internos protestaron en una huelga de hambre, murió una persona. Además, El Sol de Tijuana reportó el año pasado sobre las irregularidades reportadas en el Centro de Reinserción Social de El Hongo.
En mayo de este año, durante una transmisión en vivo que realizó Jaime Bonilla, gobernador del estado, en conjunto con el secretario de Salud, Alonso Pérez Rico, se confirmó que existían 300 casos sospechosos de COVID-19 entre Personas Privadas de la Libertad (PPL) en El Hongo.
No solamente son los criminales: custodios exteriores también han denunciado ser víctimas de malos tratos y humillaciones por parte de sus superiores. Doce firmaron una carta en febrero de 2019 indicando que el comandante Froylán Anibal Reyna, el subcomandante Filiberto Delgado Martínez, y Luis Fernando Ramírez, El Bofo, ayudante de Delgado, los han “amenazado y humillado desde hace varios meses”, por lo cual pidieron una solución al subsecretario del Sistema Penitenciario, David Limón Grijalva.
“Somos un grupo de oficiales de seguridad y custodia penitenciaria que laboramos en el Cereso del Hongo, y omitimos nuestros nombres por temor a las represalias, y cansados de las tropelías y abusos de autoridad”, afirmaron en el escrito, de acuerdo con Zeta Tijuana.
Si llegaban un minuto tarde se les agregaban tres horas laborales como castigo. “También por antojo de estos señores, por las noches nos bajan de las torres disque a realizar patrullas por el andador del Complejo penitenciario con las gélidas temperaturas que hay en ese lugar, que casi siempre está congelado el piso, y para bajar de las torres a las 2 o 3 de la mañana hay unas escaleras tubulares lisas y resbalosas que ponen en peligro nuestra integridad física”, señalaron en la carta.
Un oficial, que permaneció anónimo, declaró a Zeta Tijuana que un compañero llamado Eduardo tuvo un accidente bajando las escaleras en 2018. Se lastimó la rodilla y tuvo seis meses de incapacidad. Nunca quedó totalmente recuperado y se vio obligado a renunciar.
El Hongo fue nombrado así por una piedra en forma de champiñón.
En cuanto a la tasa de personas reclusas por cada 100,000 habitantes, Baja California, con 363, encabeza la lista, según el Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales del INEGI del año 2017.
Otra de las prisiones de máxima seguridad y que alberga peligrosos criminales es El Altiplano, en el Estado de México. La prisión fue construida entre 1988 y 1990 durante la administración del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari y recibió a sus primeros reclusos en noviembre de 1991.
Como medida de seguridad adicional a la estructura, debido a la posibilidad de ataques con armas de alto calibre, las paredes del penal han sido reforzadas, de tal modo que éstas quedaron de un metro de espesor de concreto reforzado.
Así mismo, el espacio aéreo y los servicios de telecomunicaciones fueron restringidos a 10 kilómetros a la redonda. El personal que trabaja en esas instalaciones está fuertemente armado y entrenado contra cualquier tipo de evento que pudiera suceder tanto dentro como fuera del penal.
Este penal mexiquense alberga a varios de los criminales más peligrosos en México y fue del que alguna vez se escapó Joaquín El Chapo Guzmán hace casi cinco años. José Antonio “N”, El Marro, líder del Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRDL), pasó su primera noche dentro del penal de máxima seguridad a principios de agosto.
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