El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se refirió este lunes a la carta titulada: “En defensa de la libertad de expresión”, que 650 escritores, académicos y otros personajes públicos firmaron; y a la respuesta a esta, con otra carta titulada: “Por la libertad, contra los privatizadores de la palabra”, que 28.000 ciudadanos han firmado; de la cual dijo, no se difundió como la primera.
"Es importante el debate, es decir, ¿por qué esta transformación?, ¿qué es lo que había antes? Antes era el control, el monopolio de la discusión pública.
Ahora es muy evidente que estos intelectuales se manifiestan y aparece su manifiesto en todos los medios, en todos, y dicen que no hay libertad, en todos, una gran difusión, como la manifestación de FRENAAA, sólo se equipara con el amarillismo acerca del manejo de la pandemia, pero muchísima información.
Ayer salió una carta donde les contestan a los intelectuales orgánicos, al grupo que encabeza Enrique Krauze y Aguilar Camín, que eran los jefes de la intelectualidad durante todo el periodo neoliberal, los dos, porque ellos además de sus empresas editoriales tenían mucha influencia en el gobierno y acomodaban a sus cercanos en universidades, en centros de investigación, o sea, eran padrinos en el mundo intelectual.
Pero la carta que salió ayer no se difundió, la de respuesta; entonces, para equilibrar, hoy vamos a poner las dos", explicó el mandatario mexicano y pidió al vocero de Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas presentar y leer ambas misivas.
En la primera carta que fue difundida el pasado jueves, y promovida por el antropólogo Roger Bartra y el doctor en Ciencias políticas Francisco Valdés Ugalde, asegura que la libertad de expresión está bajo asedio en México.
“Con ello, está amenazada la democracia. El presidente López Obrador utiliza un discurso permanente de estigmatización y difamación contra los que él llama sus adversarios”, dice el texto.
De acuerdo con el comunicado, al realizar estas acciones, el mandatario mexicano “agravia a la sociedad, degrada el lenguaje público y rebaja la tribuna presidencial de la que debería emanar un discurso tolerante”.
López Obrador acusó a los firmantes que lo que quieren es que no se hable de la corrupción que imperó en los sexenios del periodo neoliberal, durante el cual algunos de los firmantes, como Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín, tenían mucha influencia en el gobierno.
"Los intelectuales orgánicos quieren que yo hable de estos asuntos, usaron un término, que estoy degradando, algo así, la tribuna presidencial, no quieren que yo hable así. Imagínense, si nos querían quitar cuando luchábamos por la transformación hasta el derecho a la esperanza y no pudieron, mucho menos ahora me van a quitar el derecho a la palabra, a decir lo que siento.
Además, ellos antes, recuerdo, decían que era importante el debate, ¿por qué cambiaron de parecer? Es importantísimo debatir.
Y que se genera rispidez y que hay odio. Nada de eso, yo no odio, yo practico el amor al prójimo. Si yo odiara no podría yo vivir, no podría encabezar un movimiento de transformación, no podría yo gobernar", señaló el presidente mexicano.
Luego de que se difundiera la misiva “En defensa de la libertad de expresión”, la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Patricia Ramírez Kuri, y el ceramista Gustavo Pérez, afirmaron que a pesar de que su nombres aparecen en la lista de los 650 firmantes, ellos no signaron dicha carta.
“Entre los firmantes aparece el nombre de Patricia Ramírez y por ello considero importante hacer la aclaración, pues en NINGÚN momento firmé dicha iniciativa”, escribió la investigadora en un comunicado.
Gustavo Pérez, ceramista, se dijo indignado de que su nombre apareciera entre los firmantes del desplegado y aclaró que nunca firmó la misiva.
“Me sorprendo y me indigno al enterarme de que mi firma aparece entre las de muchos otros en el desplegado que supuestamente en Defensa de la libertad de expresión se ha publicado y difundido en estos días”, publicó en su página oficial de Facebook
“Alguien me la envió, sí. Y la leí. Pero nunca escribí al enlace al que había que responder para firmarla. Es por eso que necesito hacer pública mi indignación por esta utilización tramposa de mi firma”, subrayó.
La segunda carta, “Por la libertad, contra los privatizadores de la palabra”, publicada como respuesta a la primera dice:
“Ante el texto titulado `En defensa de la libertad de expresión´, un grupo de ciudadanos promovió este posicionamiento que obtuvo una respuesta inesperadamente amplia. Nuestro documento fue abierto a firmas a las 14:00 horas del día 18 de septiembre, y al momento de su publicación (9 horas del día 20) cuenta con la adhesión de más de 28 mil ciudadanos”.
En el escrito se señala que en los más de 21 meses del gobierno de López Obrador, “ningún informador u opinador ha sido hostigado, despedido, detenido, procesado, torturado, desaparecido o asesinado por consigna de la Presidencia y el debate público está más vivo y vibrante que nunca en la historia moderna del país”.
Además, se refiere que los 650 firmantes tienen la intención de “suprimir ese debate, amordazar al presidente y reinstaurar el monólogo y la verdad única que imperó hasta hace dos años bajo el corrupto régimen neoliberal y el aparato mediático oligárquico”.
Por otra parte, en la carta respuesta se indica que los intelectuales por décadas despreciaron las luchas del pueblo e hicieron campañas de odio. En ese sentido, acusan que la “supuesta defensa de la libertad de expresión” es en realidad un intento por sacar del debate la voz presidencial, pues carecen de pruebas que respalden sus señalamientos.
"El perdurable repudio popular que padecen no es producto de las expresiones presidenciales sino consecuencia inevitable de su deshonestidad intelectual y de su complicidad, obsecuencia y cortesanía para con un grupo gobernante que dejó al país en ruinas. Aun así, más allá de la repulsa ciudadana, no tienen nada que temer.
En suma, la supuesta “defensa de la libertad de expresión” alegada por los firmantes del documento de marras es, en realidad, un intento por sacar del debate la voz presidencial, expresión legítima de la mayoría absoluta de los ciudadanos; sus quejas apuntan, en realidad, a acotar en forma ilegal e incluso golpista las facultades y atribuciones legales del gobierno de México; sus quejas buscan recuperar los privilegios que han perdido y sus advertencias revelan el temor que tienen a perder la impunidad absoluta con la que varios de ellos hicieron grandes negocios al amparo del poder", recalca el texto firmado por 28.000 ciudadanos.
“Ahí está, ya así está más equilibrado, ¿verdad?”, concluyó el presidente López Obrador.
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