Es hora comenzar a sacar los suéteres, guantes y bufandas, pues llegó fin del verano y se aproxima el inicio de la temporada otoñal. De acuerdo al Observatorio Astronómico Nacional, el otoño llegará el 22 de septiembre.
Los días de tardes frescas y hojas de árboles cayendo durará 89 días y 20 horas, finalizando el 21 de diciembre, día que iniciará el invierno.
Según los especialistas el equinoccio de otoño de este año será, en el hemisferio norte a las 15:31 horas (hora peninsular).
Por su parte, la Oficina de Meteorología de Reino Unido, señala que hay dos tipos de otoño. Uno es astronómico y otro meteorológico.
Cada año el otoño astronómico inicia entre los días 21 y 24 de septiembre. Este es definido por el eje y la órbita de la Tierra alrededor del Sol.
Las estaciones del año son determinadas en el calendario astronómico por la posición de la Tierra en relación con su órbita en torno al sol.
Por otro lado, el otoño meteorológico inicia el primero de septiembre y termina el 30 de noviembre. Esto se debe a que las estaciones meteorológicas se dividen para coincidir con el calendario gregoriano.
Dicha medición ayuda a los meteorólogos en su observación, obteniendo pronósticos del clima más precisos.
Cabe recordar que los solsticios y equinoccios son considerados como puntos de transición astronómicos entre estaciones.
La palabra equinoccio proviene del latín aequinoctium que significa ‘noche igual’, y hace referencia a que la noche y el día tienen una duración similar.
Los equinoccios ocurren cuando inicia la primavera y otoño en cada hemisferio terrestre, mientras que los solsticios en las estaciones de verano e invierno.
Durante el equinoccio de otoño tanto el día como la noche tienen casi la misma duración en todo el mundo. A partir de ahí, las noches comenzarán a ser más duraderas que el día, situación que vuelve a cambiar en el equinoccio de primavera.
Esto es producido cuando los rayos del sol inciden en el mismo ángulo tanto en el hemisferio norte como en el sur, por el contrario, en el solsticio, ocurre todo lo contrario, pues en ambos lados del mundo se da el día más corto y el día más largo.
Durante los equinoccios el Sol sale por el este y se oculta por el oeste. Por el resto de los días, aparece por el hemisferio norte y se pone hacia el norte en primavera y verano.
Cabe recordar que este cambio de temporada también ocurrirá bajo el contexto de la crisis sanitaria por el coronavirus que ha marcado el 2020.
Pese a que las medidas han comenzado a aligerarse, aún las autoridades sanitarias piden a la población que mantenga sana distancia, use cubrebocas, se lave constantemente las manos y de preferencia no salga de casa.
A diferencia del equinoccio de otoño, en el de primavera las personas tienen la costumbre de salir a sitios arqueológicos para llenarse de energía, sin embargo este año no fue posible, debido a la pandemia.
Cada año Teotihuacán, durante el equinoccio de primavera, recibe aproximadamente 120,000 asistentes, mientras que Chichen Itzá, donde ocurre un fenómeno arqueoastronómico de luz y sombra en su pirámide, puede alcanzar los 80,000; gran parte de ellos de nacionalidad extranjera.
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