La compañía estadounidense Kellogg Brown & Root (KBR), encargada de los paquetes 4 y 6 de la refinería Dos Bocas, abandonó la fase dos del proyecto porque se excedió el presupuesto originalmente programado por la Secretaría de Energía (Sener).
La firma presupuestó más del doble de lo proyectado por la dependencia: los costos sobrepasaron de USD 2.4 millones a 4.7 millones, por lo cual se rebasaron los límites impuestos por la Sener.
De acuerdo con fuentes cercanas a la obra, cada contratista involucrado desarrolla el proyecto en dos fases. La primera consiste en el desarrollo de ingeniería y la segunda en la compra de equipos, materiales, y la construcción.
Una vez que se concluya la fase uno, se prepara la propuesta de costo de la fase dos, y para ello debe haber una conciliación
“KBR, cuando licitó para la fase uno, sabía que una vez concluida esta fase tenía que pasar un proceso de conciliación, pero este proceso se fue extremadamente arriba del monto contratado. Fue de mutuo acuerdo dejar el proyecto hasta la fase uno”, señalaron las fuentes a Reforma.
Techint, empresa ítalo-argentina, en conjunto con ICA-Flúor, son las firmas que reemplazaron y asumieron los trabajos de KBR.
El paquete 4 consiste de los trabajos en las plantas tratadoras de aguas residuales, aguas amargas, productora de hidrógeno, tratadora de gases, y plantas recuperadoras de azufre. El paquete 6 comprende trabajos de servicio e integración.
Los contratos que ganó Kellogg Brown and Root para la primera fase tienen un valor de más de USD 156 millones: 77.9 millones del paquete 4 y 78.9 millones del paquete 6.
Debido a su inviabilidad económica, la refinería de Dos Bocas ha sido un proyecto altamente criticado desde su propuesta y planeación.
Grupo Reforma publicó en enero de 2019 sobre la evaluación técnica del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP). En ella se exponía que la refinería era inviable financiera y técnicamente, además de que su costo total sería de USD 14,740 millones, excediendo los USD 8,000 millones presupuestados por el Gobierno de México.
A más de un año del inicio de la construcción en Dos Bocas, el IMP busca una “segunda opinión” para certificar los elementos críticos de la obra, sus factores de riesgo, y el desarrollo. De acuerdo con Reforma, fuentes cercanas a la Secretaría de Energía afirmaron que la necesidad de buscar una consulta, externa al gobierno federal, para un diagnóstico, es para que se “pueda calificar que la ingeniería se encuentra con suficiente madurez para continuar con la siguiente etapa”.
“Es una práctica que todos los proyectos suelen tener de acuerdo a las mejores prácticas. No es que estemos cuestionando el desarrollo del proyecto, la ingeniería está prácticamente concluida”, declaró la fuente.
La especialista del sector energético Rosanety Barrios enfatizó que el diagnóstico se debió haber realizado “mucho antes” de que el proyecto recibiera los recursos para su desarrollo, ya que es uno de los requisitos necesarios para que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público otorgue la liberación de éstos.
Al corte del 15 de septiembre, se reportó que la refinería de Dos Bocas lleva un avance físico y financiero del 13 por ciento.
Ubicada en la entidad federativa de Tabasco, es una de la obras más importantes del presidente Andrés Manuel López Obrador. Está bajo el mando de Leonardo Cornejo Serrano, jefe del proyecto, quien también fue el encargado de montar el mecanismo para entregar obras en Tula a Odebrecht, las cuales fueron a sobrecosto: incluso los brasileños las han reconocido. Además, estas se lograron gracias a los sobornos que se dieron al ex director de Pemex, Emilio Lozoya.
Según documentos de la Procuraduría General de la República (PGR), actualmente en poder de la Fiscalía encabezada por Alejandro Gertz Manero, consultados y publicados por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), Leonardo Cornejo se encargó de impulsar, supervisar y validar la obra por la que la empresa brasileña pagó USD 6 millones.
Ese expediente contiene los oficios que Cornejo intercambió con Luis Weyll, entonces director de Odebrecht en México, desde que lo invitó a ser contratista hasta que se le anunció la asignación de una obra en la refinería de Tula por 1,436 millones de pesos sin la necesidad de una licitación.
Asimismo, en el documento está la confesión de Weyll respecto a que la obra se obtuvo mediante sobornos y la relación de las 46 citas que tanto él como Cornejo acordaron sostener en el piso 7 de la Torre de Pemex, con el fin de dar seguimiento al contrato y los procedimientos en donde estuvo implicado el ahora titular de la refinería de Dos Bocas.
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