El Programa Escuelas de Tiempo Completo, en el cual cerca de un millón de estudiantes recibían comida en sus planteles y 534,000 tomaban actividades educativas o deportivas en horario extendido, podría desaparecer ya que la Secretaría de Educación Pública (SEP), prevé quitarle los recursos que la sostienen.
En cambio, las autoridades han propuesto un aumento del 63% al presupuesto del programa La Escuela es Nuestra.
Durante su primer año de operación, el programa La Escuela es Nuestra tuvo como objetivo entregar recursos a padres de familia, para que estos se hicieran cargo de mejorar la infraestructura educativa. Un año después, es decir en este 2020, se incluyó la contratación de “asesorías y tutorías”.
“El presente Programa denominado “LA ESCUELA ES NUESTRA” en adelante “Programa”, tiene como objetivo general el mejoramiento de la infraestructura y el equipamiento de los planteles públicos de educación básica, empezando en una primera etapa, por los ubicados en zonas de muy alta y alta marginación y localidades de población indígena, mediante la aportación de un subsidio económico directo a las comunidades escolares para el mantenimiento, rehabilitación, equipamiento y/o construcción de espacios educativos”, señala el lineamiento publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
De acuerdo al proyecto de Presupuesto de Egresos de la federación 2021, dicho programa tendrá un presupuesto de 12,280 millones de pesos, es decir, un aumento del 63% que equivale a 5,000 millones de pesos, cifra similar a la que tuvo Escuelas Tiempo Completo anteriormente y que ahora tiene 0 pesos asignados.
El DOF señala que La Escuela es Nuestra busca fortalecer la organización de las comunidades escolares a través de la instalación de Comités Escolares de Administración Participativa electos en asambleas escolares conformado por padres y madres de familia, docentes, directivos y alumnos a partir del 4° grado de primaria.
De tal modo, los Comités deberán lograr que rinda el presupuesto, “evitando la corrupción, el clientelismo y la discrecionalidad en el manejo del presupuesto destinado a la infraestructura educativa”.
El presupuesto asignado a cada escuela dependerá del número de alumnos y del grado de marginación y concentración indígena. Las cifras irán de entre 150,000 a 500,000 pesos, los cuales serán depositados directamente a la cuenta del Comité Escolar, donde el Tesorero es encargado del manejo y comprobación de recursos.
Por su parte, el programa Escuelas de Tiempo Completo estaba enfocado a proveer alimentos y dar actividades extracurriculares a alumnos de primaria y secundaria en horario extendido de seis u ocho horas por jornada.
De acuerdo a datos recolectados por Animal Político, las escuelas de tiempo completo iniciaron siendo 500 en 2006, tras 14 años de operación, sumaron 27,000 planteles a lo largo de todo México, de las cuales, 19,000 eran escuelas indígenas o rurales, representando el 70.5% del total.
Todas esas escuelas de educación básica que eran parte del programa recibían aproximadamente 90,000 pesos anuales para pagar los salarios de los profesores que impartían las clases, materiales didácticos y los insumos suficientes para la provisión de alimentos de los estudiantes.
Hasta ahora las clases de todos los niveles educativos, en todas las entidades federativas son transmitidas a través de canales de televisión abierta o por internet, debido a la crisis sanitaria por el coronavirus. De acuerdo al semáforo de alerta epidémica, no volverán a clases hasta que la entidad en cuestión se encuentre en color verde.
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