Astrónoma mexicana sobre el descubrimiento de fosfina en Venus: “La probabilidad de que esto sea vida es muy baja”

En entrevista con Infobae México, la astrobióloga del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, Antígona Segura, reconoció que es escéptica acerca de la posibilidad de hallar microbios en las nubes ácidas del planeta vecino

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Datos de la sonda espacial Magallanes y de la misión Pioneer Venus Orbiter se utilizaron para crear esta composición del planeta Venus (Foto: NASA/JPL-Caltech/vía REUTERS)
Datos de la sonda espacial Magallanes y de la misión Pioneer Venus Orbiter se utilizaron para crear esta composición del planeta Venus (Foto: NASA/JPL-Caltech/vía REUTERS)

Este lunes, una noticia sorprendió al mundo.

Un equipo de científicos liderado por la doctora Jane Greaves, de la Universidad de Cardiff, anunció que habían descubierto en las nubes ácidas de Venus un gas de olor putrefacto conocido como fosfina, que podría ser un indicio de vida en ese planeta.

Los resultados del estudio entusiasmaron a buena parte de la comunidad científica. Su importancia reside en que la molécula detectada en Venus existe en la Tierra, y se asocia a formas de vida, ya que en nuestra superficie, se cree que esta toxina es producida por microbios que habitan en lugares libres de oxigeno; por ejemplo, el fondo de los lodos.

Aunque los investigadores intentaron hallar respuestas no biológicas que justificaran la presencia de fosfina en el planeta vecino, -como actividad volcánica, o la acción de meteoritos y rayos-, todas estas opciones fueron descartadas. Al final sólo les quedó una última “explicación plausible”: en las nubes de ácido sulfúrico de Venus viven microoganismos que, al igual que en nuestro mundo, serían responsables de generar este gas.

Como era de esperar, la hipótesis causó gran expectación. Sin embargo, en las últimas horas, algunos científicos se han mostrado más prudentes, e incluso incrédulos, sobre la posibilidad de hallar en la atmósfera de nuestro vecino vida extraterrestre.

En este sentido, Antígona Segura, doctora del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y experta en Astrobiología, aclaró en entrevista telefónica con Infobae México que las posibilidades de que esta fosfina sea producida por algún tipo de microbio son “muy bajas”.

Yo soy escéptica al respecto. El que haya organismos flotando en las nubes de Venus sí requeriría una química muy específica que permitiera que sobrevivieran allí. Entonces, no soy muy optimista

“En la ciencia pondríamos esto en términos de probabilidad, y la probabilidad de que esto sea vida es muy baja, porque todavía hay muchas cosas que no entendemos acerca de la química de Venus, que necesitamos entender antes de decir definitivamente ‘esto no es’”, agregó.

Qué organismo podría vivir en las nubes ácidas de Venus

Venus es el planeta más caliente del sistema solar; aunque Mercurio es el que se encuentra más cerca de nuestra estrella (Foto: Archivo)
Venus es el planeta más caliente del sistema solar; aunque Mercurio es el que se encuentra más cerca de nuestra estrella (Foto: Archivo)

Venus, el segundo planeta del sistema solar y el más caliente, es un páramo yermo e infernal.

Aunque se cree que en algún momento tuvo un océano líquido y pudo ser habitable, un efecto invernadero desbocado hirvió las aguas de su superficie y liberó el dióxido de carbono hacia la atmósfera, convirtiendo a Venus en un horno que alcanza incluso temperaturas de 400ºC.

“El Sol ha ido aumentando su luminosidad con el tiempo, gradualmente. En algún momento se comenzaron a evaporar los océanos. Ya con el agua hecha vapor, -pues el agua es un gas de efecto invernadero-, se calentó más el planeta, se evaporó más agua, se calentó más el planeta y se evaporó más agua. A eso se le llama un efecto invernadero desbocado”, explicó la doctora mexicana Antígona Segura.

“Finalmente, lo que quedó de Venus fue un lugar caliente, sin agua, -en principio sin agua, porque se escapó hacia el espacio-; pero además, muy caliente, porque todo el dióxido de carbono se liberó hacia la atmósfera, y entonces tenemos una temperatura mayor a 400 grados y aparentemente inhabitable”, agregó.

En un mundo como Venus, parece imposible que pueda prosperar algún organismo vivo. Sin embargo, los científicos del estudio creen factible que en las nubes de la parte alta de su atmósfera, que son permanentes y tienen temperaturas de unos 30ºC, puedan darse condiciones para la vida, -propuesta que en realidad se contempla desde los años 60-. Sin embargo, esta hipótesis no convence a la astrobióloga de la UNAM.

“Son nubes de ácido sulfúrico, no son nubes de agua. Normalmente pensamos que las nubes son de vapor. No son de vapor, son gotitas líquidas. En el caso de la Tierra, son gotitas líquidas de agua, y en el de Venus, son pequeñas gotitas de ácido sulfúrico”, explicó la experta.

Mientras se alejaba de Venus a toda velocidad, la nave espacial Mariner 10 de la NASA capturó esta vista aparentemente pacífica del planeta Venus, casi del tamaño de la Tierra, el 7 de febrero de 1974 (Foto:  NASA/JPL-Caltech vía REUTERS)
Mientras se alejaba de Venus a toda velocidad, la nave espacial Mariner 10 de la NASA capturó esta vista aparentemente pacífica del planeta Venus, casi del tamaño de la Tierra, el 7 de febrero de 1974 (Foto: NASA/JPL-Caltech vía REUTERS)

“El ácido sulfúrico, que tiene además este olor característico como a huevo podrido, es como su nombre indica un ácido que reacciona con otros compuestos, particularmente con los compuestos orgánicos, como los que conforman a los seres vivos en la Tierra. Entonces, la vida ya tendría que estar, o bien protegida contra este ácido sulfúrico, o tener una química muy distinta que resista a este ácido sulfúrico”.

Para Antígona Segura, la idea de que exista un microorganismo extraordinario capaz de resistir la corrosión y sequedad de esas nubes ácidas es remota. Estos tendrían que tener una estructura y una química muy específica para poder soportar condiciones tan extremas. Y por supuesto, no podría tratarse de ningún microbio igual o similar a los que habitan en la Tierra, sino que sería muy diferente.

“Se han propuesto algunos mecanismos de cómo podría alimentarse, cómo podría sacar energía un organismo allá, pero su estructura en sí misma difícilmente podría ser la de un organismo terrestre, porque si alguien pone un organismo terrestre allá, se va a deshacer. Por ejemplo, cuando mandamos naves a Venus, esas naves han durado unos cuantos minutos. Y estamos hablando de piezas de hierro. Han durado apenas unos minutos porque son totalmente corroídas por la atmósfera de Venus", indicó la doctora.

Aunque admite que sería fascinante y “divertido” analizar qué tipo de microbio podría subsistir en un hábitat de esas características, no deja de ser una teoría improbable. En su opinión, lo más seguro es que la comunidad científica proponga nuevos argumentos para explicar qué tipo de fuentes no biológicas podrían estar produciendo fosfina en el planeta vecino. Así ocurrió con otros descubrimientos que también se consideraron en un principio signos de vida extraterrestre, pero que después fueron descartados como tal.

Indicios de vida en otros planetas que al final tuvieron otra explicación

El meteorito marciano descubierto en la Antártida en 1984 llamado ALH84001
El meteorito marciano descubierto en la Antártida en 1984 llamado ALH84001

Para muchos, la detección de fosfina en Venus, que se realizó usando el telescopio James Clerk Maxwell de Hawái y el radiotelescopio ALMA de Chile, constituye una evidencia de que hay vida más allá de nuestro planeta. Sin embargo, en opinión de la astrobióloga mexicana, no nos hallamos ante el indicio “más claro” de vida extraterrestre que se haya hecho hasta el momento; principalmente porque “no es un signo claro”.

La experta recordó que en las últimas décadas se han descubierto en nuestro sistema solar otros gases o sustancias que también se interpretaron como huellas de vida, y que acabaron teniendo otra explicación. Uno de los casos más destacados fue el del meteorito ALH84001, que se desprendió de Marte hace más de 16 millones de años, y cayó en la Tierra unos 13,000 años atrás.

En 1984, una expedición del Instituto Smithsoniano halló el trozo de roca en la Antártida. Y más de 10 años después, en 1996, el equipo del doctor David S. McKay propuso que el meteoro podría contener restos de actividad biológica marciana. Esta posibilidad desencadenó un gran entusiasmo y abrió el debate de la comunidad científica, que finalmente probó que no existían tales signos de vida.

"La propuesta del grupo de McKay y colaboradores era que había unas estructuras que eran microfósiles de marcianos. En ese caso había una evidencia que analizamos como comunidad científica, y pues eventualmente decidimos que todos esos elementos que se encontraron en ese meteorito en realidad tenían explicaciones no biológicas”, recordó Antígona Segura.

 (Foto: AFP/ HO / NASA/JPL-Caltech/MSSS)
(Foto: AFP/ HO / NASA/JPL-Caltech/MSSS)

En la historia de la astronomía, esa no fue la única ocasión que un descubrimiento suscitó falsas esperanzas sobre la vida extraterrestre. En Titán, una de las lunas de Saturno, también se han encontrado gases que alentaron la posibilidad de hallar organismos vivos, al igual que en Marte, cuando se detectó metano, un gas típicamente asociado a la vida.

“Al principio ni siquiera creíamos que había metano en Marte. Pero eventualmente demostraron que sí había, y teníamos que explicarlo. Y había chistes de que íbamos a contar cuántas vacas se necesitaban para producir ese metano, -en los estómagos de las vacas viven los microbios que producen justamente este gas-”, apuntó la experta.

Finalmente, la hipótesis más factible indicó que la fuente de ese metano no es un ser vivo, sino el polvo que cae sobre el planeta rojo y que contiene material orgánico que se deposita sobre su planicie. Este después se va descomponiendo por la incidencia de la radiación ultravioleta y genera metano.

“No podemos asegurar todavía que hay vida en Titán o en Marte sólo por estos gases químicos, lo que hay que hacer es explorarlos, y si estamos en el sistema solar podemos hacerlo”, expresó.

Esto se extiende al hallazgo de fosfina en Venus; aún hay un gran desconocimiento sobre las reacciones químicas que ocurren en su atmósfera, por lo que es pronto para arrojar cualquier conclusión.

Se trata de un descubrimiento histórico

(Foto: ESO/M. Kornmesser/L. Calcada & NASA/JPL/Caltech via REUTERS)
(Foto: ESO/M. Kornmesser/L. Calcada & NASA/JPL/Caltech via REUTERS)

Más allá de su escepticismo, Antígona Segura considera que nos encontramos ante un “descubrimiento histórico”, porque impulsará una serie de investigaciones que nos permitirán conocer mejor los procesos químicos que ocurren en Venus y que podrían estar generando fosfina.

“Sí me parece un descubrimiento histórico, especialmente porque nos habla de todo lo que no sabemos de nuestro vecino, de Venus; no necesariamente del hecho de que pueda haber vida en él o no, sino del hecho de que todas las reacciones químicas que suceden, los procesos que tiene la atmósfera con el suelo venusino, deben tener una respuesta también acerca de lo que está pasando con la fosfina”, indicó la experta.

Sobre la posibilidad de que los autores del estudio se hayan equivocado de sustancia y la hayan confundido con otro tipo de gas, la astrónoma mexicana considera que el margen de error es pequeño, porque en el proceso de detección los investigadores fueron muy cuidadosos a la hora de buscar otras posibilidades. Sin embargo, ahora será el turno de que equipos de distintos países corroboren y verifiquen esos datos, y lo harán con otros instrumentos, entre los que podría encontrarse por ejemplo, el Gran Telescopio Milimétrico de México (GTM), que en opinión de la doctora, podría utilizarse en nuevas observaciones.

Venus visto desde Egipto, el 15 de mayo de 2015 (Foto: REUTERS/Amr Abdallah Dalsh)
Venus visto desde Egipto, el 15 de mayo de 2015 (Foto: REUTERS/Amr Abdallah Dalsh)

Para disgusto de algunos, las investigaciones que arrancarán en esta nueva era no buscarán vida extraterrestre en Venus, sino más bien, todo lo contrario. Tratarán de explicar cómo se produce fosfina en un planeta en el que no hay seres vivos.

“Esto va a tomar décadas. Obviamente, la respuesta no va a llegar en unos meses o en unos años. La gente que trabaja en química atmosférica, con cuestiones de reacciones de superficie, geología y biología y estas áreas, pues justamente va a empezar a trabajar en cómo hacemos para producir fosfina en Venus sin que haya vida. Y seguramente se nos van a ocurrir cosas, como se nos ocurrieron cosas con el caso del metano en Marte. Entonces, seguro que va a haber muchas ideas nuevas, que vengan en los próximos años. En ese sentido es histórico porque inicia una nueva era de exploración para Venus”, concluyó la experta.

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