Citlalli Hernández, senadora con licencia y candidata a la secretaría general de Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha sido clasificada en su momento como una mujer “radical”, que forma parte del sector “puro” del partido que ahora mismo gobierna el país y tiene mayoría en ambas Cámaras del Congreso.
Sin embargo, la legisladora cree que esa parte de su perfil, más que jugarle en contra, le puede ayudar a ganar unas elecciones internas que no serán propiamente elecciones, sino una serie de encuestas nacionales y abiertas a todos los ciudadanos, sin distinción de partido.
“Esos adjetivos se han usado sin duda de manera peyorativa”, aseguró Hernández en una entrevista con Infobae México. “Claro que queremos transformar las cosas desde la raíz, y si transformar las cosas desde la raíz nos vuelve radicales, pues seguramente lo somos”, añadió.
Sin embargo, la ex asambleísta de la Ciudad de México considera que esa imagen “dura” está acompañada de otra faceta que complementa sus características y la hacen, desde su argumentación, la candidata ideal para Morena.
“Quienes me conocen saben que sé construir desde la diferencia y que tengo la capacidad de dialogar, de mantenerme firme en mis convicciones, pero también de ceder cuando hay objetivos comunes”, indicó.
“Hay una ausencia de dirigentes, un exceso de conflictos internos y una definición importante de hacia dónde va Morena, y en este escenario me parece que puedo aportar muchísimo al equilibrio que se necesita”, completó.
La sucesión en Morena
El partido de López Obrador, el gran ganador de las elecciones presidenciales de 2018, se sumergió en una larga y polémica sucesión en el interior de la organización. Debía renovar sus liderazgos desde hace meses y que no ha podido hacerlo por falta de acuerdos, así como fracturas entre sectores ideológicos.
El Tribunal Electoral, invocado por varios de sus aspirantes, tuvo que entrar en la escena. Después de una serie de impugnaciones, de la llegada de la pandemia de COVID-19 y de un consenso cada vez más lejano, los magistrados decidieron darle al Instituto Nacional Electoral (INE) el inédito encargo de organizar una serie de encuestas abiertas para elegir al presidente y al secretario general del partido en el periodo 2020-2023.
Y es que, entre las muchas polémicas, Morena no pudo ni siquiera acordar un padrón legal que las autoridades electorales avalaran para sus elecciones. De ahí que un proceso interno haya sido tomado por otras instancias y abierta a la opinión de personas que no necesariamente cuentan con el carné de militantes.
“Creo que parte del conflicto que hay es el desconocimiento hacia la diferencia, hacia la pluralidad que ya existe en Morena. Hay una negación a una suma de compañeros, que quizás traen otros códigos políticos. Y por otro lado está la militancia que cada vez se siente más desplazada y que le da temor que Morena se convierta en un partido político más”, explicó la mujer de 30 años.
“Justamente se debaten dos visiones, es decir, hay quienes están convencidos de que la política tiene que hacerse diferente y hay quienes creemos que la política tiene que cambiar nuestros códigos en su manera de realizarse, porque además eso fue lo que nos dio origen, eso fue lo que le prometimos a la gente, que éramos diferentes”, añadió.
En ese escenario, la aspirante a la secretaría general morenista asegura que ella puede “aportar el equilibrio”. “Conozco a Morena desde las bases, desde las entrañas. Por otro lado también, he adquirido cierta experiencia, fui diputada, llevo dos años como senadora y con el paso del tiempo entendí la necesidad de diálogo, de reconciliar diferencias, de articular de manera conjunta para cubrir o lograr objetivos comunes", argumentó.
Morena en este momento necesita construir unidad más que seguir diferenciándonos entre nosotros
Una muestra de ese pragmatismo en Hernández quedó claro cuando el Tribunal definió darle al INE el poder de realizar las encuestas para la presidencia. La entonces senadora en el cargo firmó junto a varios de su compañeros un texto que solicitaba que las autoridades electorales ni intervinieran en la vida interna del partido, pero una vez que la decisión estuvo tomada, decidió participar igualmente en el proceso que había cuestionado.
“La sentencia del Tribunal sin duda me parece que es un exceso. Sin embargo, me parece que no podemos quedarnos sólo en la crítica, ese es un error que a veces comete la izquierda más dura, quedarse sólo en una posición de señalar lo que está mal y no seguir caminando, y entonces su postura se vuelve muy estéril”, manifestó.
“Yo estoy convencida que la política es esto que dice el presidente: el equilibrio entre principios y eficacia”, destacó. Por ello, remarcó, considera que su candidatura puede ser “un puente entre quienes no pertenecen o no tienen ese mismo origen, pero tampoco quieren pelearse con la militancia”.
¿Cómo hacer campaña para ganar una encuesta?
La senadora con licencia aseguró que tiene buena relación con todos los principales aspirantes a la presidencia. Y es que el INE aprobó 71 candidaturas, 35 a la presidencia y 36 a la secretaría general. La idea, aclaró Hernández, es que una vez terminado el proceso pueda comenzar la reconciliación que necesita Morena.
La posibilidad de las encuestas abiertas provocó que docenas de candidatos morenistas se registraran como candidatos a la presidencia de Morena, incluidos los poderosos diputados Mario Delgado (coordinador en la Cámara Baja del partido) y Porfirio Muñoz Ledo.
Entre los aspirantes a la secretaría general, Hernández, reconocida por sus posturas progresistas, se unió a la contienda junto a otros personajes populares aunque no necesariamente con lazos entre la militancia, como Antonio Attolini (ex líder estudiantil y ex funcionario del Seguro Social).
Sin embargo, la particularidad de las elecciones internas rompen los esquemas tradicionales de campañas partidistas. “Es poco tiempo de competencia y sobretodo amerita una campaña de posicionamiento de mi nombre”, contó Hernández.
“Estamos fortaleciendo ese respaldo que tenemos de la militancia para que nos ayuden a visibilizarnos en redes sociales, para compartir información sobre nosotros en grupos de WhatsApp, para pedirle a algunos compañeros y compañeras de los estados que nos reciban en algunas visitas que vamos a realizar”, indicó, siempre incómoda por la posibilidad de que las encuestas sean más un “concurso de popularidad” que una elección entre ideas.
Debido a la cantidad de candidatos, en las próximas horas comenzarán a realizarse las primeras encuestas de reconocimiento, que definirán a máximo seis finalistas para la presidencia y seis para la secretaría general de Morena.
Estos 12 nombres aparecerán en las tres encuestas nacionales y abiertas que realizará el INE en las próximas semanas. Los dos ganadores se anunciarán antes del 2 de octubre y ocuparán sus respectivas plazas hasta el 31 de agosto de 2023.
Sobre la posibilidad de organizar debates entre los finalistas, Hernández se mostró abierta. “De esos seis a mí me parece que sería interesante que haya debate, para que no sólo gane el más popular, sino que también empecemos a discutir qué clase de partido queremos. Que escuchen nuestras propuestas y no sólo nuestros nombres”, dijo.
La política, que estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se mostró confiada en ocupar una de las seis plazas y prefirió no elegir a un candidato ideal para presidente, que en caso de que ella venciera, sería su compañero de fórmula durante los próximos tres años.
Aunque sí aclaró que hay preferencias entre los militantes. “Para nadie es un secreto que hay un sector de la militancia que mira como una fórmula interesante que Porfirio (Muñoz Ledo) sea el presidente y yo sea la secretaria general, pero a mí no me gustaría perderme de esas respuestas porque estoy segura de que gane quien gane yo estaré haciendo equipo y estaré haciendo partido antes que grupo”, destacó.
Y es que Hernández y Muñoz Ledo incluso asistieron juntos a registrarse al INE como respectivos candidatos la semana pasada. Además, confirmó que todos los candidatos firmaron una responsiva de que acatarán los resultados. “Habrá que ayudarle a quien sea que quede a tratar de consolidar nuevamente Morena”, expresó, aunque cree que su candidatura posee una visión “completa" del proyecto partidario que otras no.
Sobre uno de sus principales rivales por la secretaría, Attolini, la senadora con licencia aseguró que “es un buen compañero”, pero “le falta conocer la vida interna y orgánica de Morena”. “No se conduce un partido sólo con un discurso claro y con una presencia en medios. Creo que es un compañero con mucha capacidad, pero que sí le falta conocer más las entrañas de Morena”, aseveró.
Quien resulte ganador deberá encarar, sin tiempo para el festejo prolongado, las elecciones intermedias de 2021, donde Morena se juega la mayoría en la Cámara de Diputados y hay 15 gubernaturas que deberán renovarse. “Necesitamos fortalecer la militancia local, los comités, y unificar al partido en los estados”, adelantó Hernández.
Además, la nacida en la capital mexicana el 29 de abril de 1990 abrió la puerta a posibles alianzas electorales el próximo año, aunque todo dependerá de la fortaleza del partido y del sacrifico que tendrían que hacer en caso de unirse con otra organización.
La mujer ve con absoluta prioridad mantener la mayoría legislativa y ganar “12 o 13” gubernaturas “que acompañe al proyecto de nación” que impulsa el partido y López Obrador.
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