“Es tan grande, tan grande que las personas se ven pequeñas. Claro que la grandeza de las mujeres y de los hombres se mide de la cabeza al cielo, pero sí es monumental, faraónico y desde luego es un insulto al pueblo de México, habiendo tanta necesidad y tanta pobreza, este lujo”, dijo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, teniendo de fondo el avión presidencial.
Este martes 15 de septiembre, en punto de las 16:00 horas locales, se llevará a cabo la “rifa del avión presidencial”, que irónicamente no entregará al ganador la aeronave, sino premios individuales en efectivo de 20,000,000 de pesos.
“El propósito de hacer esta rueda de prensa, con el avión de fondo, es para dar a conocer al pueblo de México cómo se mal gobernaba al país, de cómo habían lujos en el gobierno durante todo el periodo neoliberal, se le daba la espalda al pueblo, sobre todo a la gente humilde, pobre y los altos funcionarios vivían colmados de privilegios, de atenciones”, recalcó López Obrador en julio, frente al avión.
Aunque el avión presidencial lo compró el ex presidente Felipe Calderón, por más de 6.000 millones de pesos (USD 218.7), en noviembre del 2012; ahora valorado en 2.000 millones de pesos (USD 130); no fue hasta en octubre del 2014 cuando la compañía Boeing lo entregó en Charleston Carolina del Sur, Estados Unidos; de ahí voló con rumbo a la Base Militar de Santa Lucía.
Un día después viajaba a Dallas, Texas, para que la empresa “Associated Air Center, L.P.” lo acondicionara a todo lujo y fuera utilizado por el entonces presidente Peña. El avión presidencial regresó a México en febrero de 2016.
El interior del Boeing 757-225 TP-01, que fue nombrado igual que el “Siervo de la Nación”, José María Morelos y Pavón, cuyó nombre este lunes reprochó López Obrador y dijo: “mejor le hubieran puesto Porfirio Díaz o Carlos Salinas de Gortar”, pues considera que representaría mejor dicho exceso; es suntuoso.
“Fíjense el nivel de irracionalidad al que se había llegado, el nivel de enajenación con el lujo, con los privilegios, que se atrevieron a ponerle a este avión José María Morelos y Pavón”, criticó el mandatario.
Con el avión, del cual, López Obrador dijo en múltiples ocasiones que “no lo tenía ni Obama”; se gastó del erario 408 millones 489 mil 560 pesos, esto solo durante los 34 meses en los que lo utilizó Peña Nieto para realizar más de 150 viajes, tanto nacionales como internacionales.
“Este avión es un ejemplo de los excesos que se cometieron se iban a terminar de pagar por este avión, cerca de 7 mil millones de pesos, porque fue un financiamiento, anda más el costo de mantenimiento de viajes al año, significa alrededor de 150 millones de pesos, este hangar costó casi mil millones de pesos para guardar el avión”, señaló López Obrador.
La aeronave está dividida en tres áreas: la primera ubicada en la parte delantera, era para el Estado Mayor Presidencial, la segunda, en medio, para el Ejecutivo y la comitiva; y en la tercera (parte trasera del avión) viajaba parte del Estado Mayor Presidencial, tripulación y medios de comunicación.
“Un avión de nueva generación que cuenta con confort y avances tecnológicos suficientes para volar 14 horas y media y que puede llegar a cualquier parte del continente”, así describió personal del ejército el avión presidencial.
También tiene una elegante recámara con un baño con regadera revestido de mármol y una cama ‘king size. Junto a la habitación hay una oficina privada que incluye una caminadora.
El avión presidencial, de doble pasillo, mide 60 metros de longitud y en el mercado tiene una capacidad para unos 300 pasajeros, pero fue adapatado únicamente para 80 y pintado con los colores de la bandera mexicana.
En la sala intermedia hay 24 asientos de piel que son reclinables. De entre todas destaca en la que se sentaba Peña Nieto pues tiene bordado el Escudo Nacional.
La última área, tiene una capacidad para 42 personas y estaba destinada a la prensa que acompañaba al presidente en sus viajes.
El avión presidencial regresó al país, luego de permanecer más de un año en California, Estados Unidos, en donde se le dio mantenimiento.
El director de Banobras, Jorge Mendoza Sánchez, explicó que el presidente le dio la instrucción de vender el avión en las mejores condiciones, “que se hiciera a través de un proceso abierto, con un uso eficiente de los recursos públicos. No vamos a malbaratar el avión”.
López Obrador indicó que hay dos interesados, de los cuales, uno ofrece pagar la mitad en efectivo y el restante en equipo médico. Explicó que los ofertantes pidieron que no se hiciera público su nombre.
“El primer interesado quiere pagar la mitad en efectivo y la mitad en equipo médico, también con intervención de la ONU, y el segundo, prácticamente todo es en efectivo, yo espero que en pocos días ya se resuelva lo de la venta... Nos han pedido también que no se dé a conocer y estamos cumpliendo con ese propósito”.
El presidente mexicano aseguró que su gobierno está reparando un daño que hicieron las anteriores administraciones, al comprar un avión como ese, que si bien va a significar una pérdida con su venta, sería mayor el costo de quedarse con la aeronave.
“Es una especie de complejo tener algo así”, sentenció López Obrador.
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