Después de haber llegado a México y de haber pasado pocos días en el hospital, Emilio Lozoya realizó una supuesta reunión en su casa y uno de sus invitados llegó con tres vinos Château, según reveló Carlos Loret de Mola en su columna de El Universal.
“Alguno de los invitados llegó con un carísimo regalo: una preciosa caja de madera que contenía tres botellas de Château Margaux, uno de los vinos más prestigiados del mundo, con valor de 25 mil pesos cada una. Había que festejar. La estrategia había funcionado. Emilio Lozoya Austin, exdirector general de Pemex, estaba en casa otra vez”, escribió Loret.
Esta declaración la realizó el periodista el 11 de agosto en donde hace referencia al festejo realizado por Emilio Lozoya, una vez que dejó el hospital y se fue a su casa para celebrar su libertad.
Y a pesar de que aun no hay una ubicación exacta del ex director de Pemex, el pasado jueves 10 de septiembre, un tribunal federal le concedió el amparo a Lozoya para que la Fiscalía General de la República (FGR) “deje sin efectos el aseguramiento de su residencia en Lomas de Bezares”, alcaldía Miguel Hidalgo. La casa estaba asegurada desde el 2019.
El Tribunal Colegiado confirmó así la resolución de un juez Octavo de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad de México. Las autoridades habían interpuesto un recurso de revisión, pero el sentido definitivo del juicio fue para Lozoya.
Dicha propiedad había intentado ser subastada por el Instituto Para Devolverle al Pueblo lo Robado, pero la Fiscalía mexicana se había negado precisamente porque todavía no contaba con el aval necesario para poder traspasar la propiedad.
La casa de Lomas de Bezares, ubicada en una zona exclusiva en la alcaldía Miguel Hidalgo de la Ciudad de México, es una pieza clave para el caso Agro Nitrogenados, donde el ex director de Pemex fue vinculado a proceso por operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Ex jefe de Pemex y su promesa por colaborar con la justicia
El exdirector de Pemex negó ante el juez haber recibido USD 10.5 millones en sobornos de la constructora brasileña Odebrecht y se comprometió a “colaborar” con la justicia sobre este asunto.
“De manera respetuosa hacia la autoridad quiero que sepa que no soy culpable ni responsable de los hechos que se me imputan”, expresó durante la audiencia de control, a la que participó de forma telemática desde el hospital al que fue ingresado con anemia tras su extradición desde España el 17 de julio.
El que fue director de Petróleos Mexicanos (Pemex) entre 2012 y 2016, durante la Presidencia de Enrique Peña Nieto, reiteró su “compromiso de colaborar con las autoridades del Estado mexicano” y solicitó “un posible criterio de oportunidad”, es decir que la Fiscalía rebaje las acusaciones en su contra.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, apoyó el acuerdo y definió a Lozoya como “un testigo colaborador” y defendió que reciba “ciertas consideraciones” a cambio de “conocer más” sobre la corrupción en la anterior administración.
De acuerdo con la transcripción ofrecida por el Consejo de la Judicatura Federal (CJF), ya que la prensa no pudo estar en la audiencia por la COVID-19, la Fiscalía acusó a Lozoya de haber recibido USD 10.5 millones de sobornos de Odebrecht a cambio de obras públicas.
Una parte de estos sobornos, USD 4 millones, los recibió en 2012, cuando Lozoya era coordinador de campaña de Peña Nieto y prometió al directivo de Odebrecht en México Luis Alberto de Meneses un cargo en el futuro gobierno.
Lozoya es el primer funcionario mexicano que comparece ante el juez por el caso Odebrecht, una trama desvelada en 2014 de sobornos a cambio de obras públicas en una decena de países de América Latina.
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