Basureros y casas vecinas a las de políticos, el domicilio usado para las desapariciones forzadas en México

Torturas, secuestros, entierros clandestinos como parte de acciones de agentes del Estado han ocurrido en sitios cercanos a la población, indicó una investigación

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La desaparición forzada es considerada
La desaparición forzada es considerada un delito de lesa humanidad y en México ocurre en sitios cercanos a la población (Foto: Archivo/Cuartoscuro)

Los lugares donde se perpetran las desapariciones forzadas de personas en México no sólo ocurren en sitios solitarios, escondidos y alejados de ciudades sino incluyen zonas residenciales céntricas en las que incluso viven políticos, de acuerdo con un reporte citado por Diego Osorno, en el diario Milenio.

En 2019, la cifra de personas desaparecidas sumó 61,637 personas, según datos oficiales citadas por el sitio de noticias France 24. La desaparición forzada es un delito y en ciertas circunstancias es considerada por el derecho internacional un crimen de lesa humanidad.

La desaparición forzada es un arresto, secuestro, detención o cualquier forma de privación de la libertad no reconocida y realidad por instituciones del Estado, es decir, servidores públicos o por personas o grupos que actúen con la autorización o el apoyo de la aprobación del Estado, de acuerdo con la definición del gobierno mexicano.

El periodista Diego Osorno pone fecha del aumento de este delito en México desde 2007, año que coincide con el comienzo de la estrategia de lucha contra el narcotráfico y el apoyo de las fuerzas armadas.

Lugares baldíos o casas abandonadas
Lugares baldíos o casas abandonadas es donde ocurren torturas y asesinatos producto de la desaparición forzada (Foto: Archivo/EFE)

Los lugares donde ocurren esos secuestros, torturas y la desaparición de personas son: basureros, casas en zonas céntricas, construcciones abandonadas, ranchos y terrenos baldíos, de acuerdo con una investigación de la Comisión de la Verdad de Oaxaca (CVO) citado por Osorno.

La investigación incluye un reporte del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y los domicilios que este grupo guerrillero ubicó como aquellos donde se habrían mantenido detenidos de forma ilegal, realizado torturas, asesinatos y también inhumaciones clandestinas de activistas de los movimientos sociales de Oaxaca.

Cerca de una sede institucional

Uno de estos sitios se ubica detrás del cuartel de la Agencia Estatal de Investigaciones llamada Los Pinos, en Santa María Coyotepec. En este sitio, según la organización guerrillera, se sepultaron los cuerpos de personas que eran parte del movimiento popular magisterial. Ahora, en ese sitio, hay casas habitación.

Casas abandonadas

Los sitios relacionados con las desapariciones forzadas incluyen domicilios cercanos a los de políticos de alto nivel. En este caso citado por Diego Osorno y la Comisión de la Verdad de Oaxaca donde ocurrieron estos actos de desaparición fue una casa particular no muy lejos del centro histórico de ese estado. El lugar está a un lado del ex gobernador José Murat Casab, donde está la burguesía y los políticos de oficio de ese estado.

La búsqueda de personas desaparecidas
La búsqueda de personas desaparecidas es también realizada por la sociedad civil de México (Foto: Fernando Ocegueda, presidente de la Asociacion unidos por los desaparecidos de Baja California)

Otro sitio, el tercero, fue ubicado en la región denominada de Los Valles Centrales. Una casa con el logotipo que anuncia una asociación civil para rehabilitación, en el pueblo de Ánimas Trujano, camino a Puerto Escondido. “Esta casa operó como casa de seguridad y fosa clandestina durante el gobierno de Ulises Ruiz Ortiz”, detalla la columna.

Y los terrenos de uso del gobierno tampoco están exentos. En este sitio se enterraron de manera clandestina a luchadores sociales y víctimas del movimiento magisterial popular de 2006. Era la parte norte de un basurero localizado en la colonia El Manantial, del municipio de Zaachila.

La historia concreta de este basurero implica la muerte de un trabajador del lugar. El hombre dejaba su herramienta de trabajo, una retroexcavadora, en un sitio y al día siguiente la encontraba en otro lugar. Descubrió restos humanos, fue amenazado y poco después lo asesinaron. Su familia tuvo que huir y se sumó a los desplazados del país.

El quinto sitio es un rancho, del pueblo Vigallo, propiedad de un jefe policial conocido como Pedro Hernández Hernández, un comandante que está prófugo al igual que el exprocurador Evencio Martínez, por la desaparición de los miembros del EPR, Edmundo y Gabriel.

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