Cuando termina su turno como despachador de autobuses, David Romero, de 71 años, se transforma. Se pone anillos, cadenas, un sombrero de alas anchas y su zoot suit, un estilo de traje popular en la década de los años cuarenta. El salón los Ángeles lo espera; en ocaciones lleva un segundo atuendo, por si otra persona aparece luciendo el mismo color.
Así como David, personas de distintos barrios y estratos sociales visitaban el Salón los Ángeles cada fin de semana desde 1937. Las parejas bailaban mambo, cha-cha-chá, salsa y danzón. “Quien no conoce el Salón Los Ángeles, no conoce México”, se decía hasta hace poco.
Este lugar, como otros bares y antros nocturnos, han permanecido cerrados por cinco meses por la pandemia de coronavirus, situación que los pone en grave peligro de desaparecer ante los pagos y deudas que tienen que cubrir sus propietarios.
“Siempre me gustó distinguirme de los demás”, dijo Romero a la agencia de noticias Associated Press (AP). “Si se perdiera esta tradición del Salón de Los Ángeles, pues sería muy grave, ¿no? Sí. Algo muy triste para mí”.
El medio estadounidense narró la historia del legendario salón, el cual se encuentra en peligro debido a las medidas de distanciamiento social implementadas en la Ciudad de México para detener la propagación del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad de COVID-19.
De acuerdo con AP, los clientes del salón dicen que su desaparición será un duro golpe para la vida cultural de la ciudad. Ante la creciente presión de las deudas, los dueños del lugar dicen que probablemente tendrán que cerrarlo o demolerlo.
Para evitar este escenario catastrófico, el salón ha sido utilizado para vender tortas y por una feria de artesanías. Miguel Nieto, integrante de la tercera generación de la familia propietaria del lugar, dijo a la agencia que el baile ayuda a combatir el estrés y la violencia derivados del confinamiento.
Estamos al final en términos de prioridad de los negocios, tenemos que llamar la atención de que somos una prioridad en el tema de la salud mental
“Este tipo de actividad, el baile, es importante ... y es importante cambiar esta tendencia a aislarse y no comunicarse con los demás. Tenemos que prevenir el aislamiento social, que recuperar los enlaces, la felicidad en la vida, el tener amigos, y venir a disfrutar de la familia y de algunas cosas de la vida, como el baile”, agregó.
Pero la pandemia no perdona, y aunque es importante resguardar la sana distancia para evitar la propagación de la enfermedad, Nieto acusó que el apoyo de las autoridades ha sido imperceptible.
“Cada mes se hace más difícil pagar las deudas”, dijo a Associated Press.
Son 25 empleados los que laboran en la también llamada “Capital del Mambo”, por lo que el propietario dice que no podrán sobrevivir más que pocos meses.
En el salón hay espejos y carteles de neón de los años 40; la pista de baile a base de madera sostiene los pasos de aquellos que acuden curiosos a uno de los barrios más bravos de la ciudad en busca de esparcimiento y diversión.
“No necesitamos una declaratoria de patrimonio cultural porque ya lo somos”, expresó Nieto. “Es imposible copiar al Salón Los Ángeles porque es imposible que resuciten todas las personas que han pasado por aquí”.
El lugar que proyecta “una imagen de peligro, emoción y glamour” está en peligro, a punto de cerrar sus puertas en medio de una pandemia y crisis económica que afecta a todo el mundo.
MÁS SOBRE OTROS TEMAS