La traición de García Luna al “Mayo” Zambada: el conflicto que originó un baño de sangre en México

Olga Wornat recupera uno de los momentos decisivos de la escalada de violencia en su libro ’Felipe, el oscuro’

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(Foto: Cuartoscuro)
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La estrecha relación que el exsecretario de Seguridad Pública (SSP) durante el sexenio de Felipe Calderón, Genaro García Luna, mantenía con líderes del narcotráfico en México es algo ya sabido a todas luces, y confirmado ahora que se encuentra detenido en Estados Unidos precisamente por esos motivos.

Este vínculo entre el exfuncionario y el crimen organizado es descrito a detalle por Olga Wornat, escritora argentina quien recientemente publicó su libro ‘Felipe, el oscuro’, en el que habla de los seis años de la presidencia de Felipe Calderón Hinojosa en México y de su declarada guerra contra el narcotráfico.

“Sus patrones (de García Luna) eran el Mayo y el Chapo, y él, un peón que cumplía sus órdenes, al que llamaban despectivamente el Topo, según allegados a la organización de Sinaloa”, señala un fragmento del texto.

(Foto: Cuartoscuro)
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En el capítulo dos, llamado ’El topo’, la autora relata el momento en el que se fracturó la relación de García Luna con sus “jefes” del narco.

Todo empezó, según reseña el libro, en el 2008, cuando se gestó “la traición al Rey Zambada”. En octubre de ese año, tras una llamada anónima, policías federales detuvieron a Jesús Zambada García ’el Rey’, en San Bartolo Atepehuacan, en la Ciudad de México (CDMX). Este hombre era ni más ni menos que el hermano del ‘Mayo’ Zambada, líder del Cártel de Sinaloa. Precisamente la agrupación delictiva a la que, señalan, prestaba servicio García Luna y su gente.

El día de la captura de "El Rey" Zambada (Foto: Archivo)
El día de la captura de "El Rey" Zambada (Foto: Archivo)

La detención del ’Rey’ fue ejecutada por elementos de Miguel Ángel Mancera, que en ese entonces era procurador de justicia de la capital mexicana. Él no congeniaba con García Luna. Así que cuando la dependencia a su cargo, Secretaría de Seguridad Pública (SSP), se enteró de la detención ya no podían hacer nada. Llegaron al lugar, se enfrentaron a los policías de Mancera. Pero fue inútil; se vieron rebasados. Entonces fueron capturados el ’Rey’, su hijo Jesús Zambada Reyes y una treintena de personas más.

Jesús Zambada Reyes, hijo del ’Rey’ y sobrino del ’Mayo’, se convirtió en testigo protegido de la antigua Procuraduría General de la República (PGR) y habló: dio los nombres de todos los policías que estaban en la nómina de su familia. Una clara afrenta a Genaro García Luna.

Tiempo después –continúa el relato en el libro– el sobrino del 'Mayo’ Zambada apareció sin vida en la casa de seguridad en la que lo tenían. Supuestamente se había ahorcado con los cordones de sus tenis (así lo hallaron). Pero nadie se creyó esa versión. Mucho menos el ’Mayo’, quien empezó a orquestar su venganza.

Para diciembre del mismo 2008, en varias entidades del país aparecieron las llamadas ’narcomantas’ con mensajes para el entonces presidente Felipe Calderón.

Los avisos señalaban directamente a García Luna como “el narcotraficante con más poder”. Decían también que los elementos de seguridad federales a su cargo no eran más que “sicarios al servicio del Cártel de Sinaloa”, que igual perpetraban secuestros que asesinatos y desapariciones en todo el territorio mexicano.

Los testigos en el juicio a Genaro García Luna (Gráfico: Infobae/Jovani Silva)
Los testigos en el juicio a Genaro García Luna (Gráfico: Infobae/Jovani Silva)

“El Mayo Zambada, que todo lo sabe y lo guarda en su computadora encriptada, tiene las pruebas de las complicidades, corrupciones y traiciones de Genaro García Luna, de sus compadres y de todos los involucrados. De los de arriba y de los de abajo . En su poder existen infinidad de videos y fotografías; pruebas contundentes, irrefutables, de cada uno de sus ilícitos”, resume el libro de Olga Wornat.

Y mientras tanto, las traiciones de Genaro García Luna a los grandes líderes criminales le costaron un alto precio al país, que se tradujo en el recrudecimiento de la violencia en todo el territorio mexicano, así como el aumento exponencial en el número de asesinatos y “levantones”.

“«No estaba afuera, no eran los narcos, eran los de adentro. Eran García Luna y su gente que no solo estaban corrompidos, sino que habían armado un cártel adentro de la Secretaría de Seguridad Pública (...)»”, declaró para el libro de Wornat, Javier Herrera Valle, quien fuera coordinador de Seguridad Nacional de la Policía Federal en el 2008.

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