Palabras con sabor a historia, bordados artesanales y miradas concentradas. Los involucrados en este trabajo se esmeran, lo hacen con amor, pasión y orgullo. Las actividades al interior de la Fábrica de Vestuario y Equipo (FAVE), perteneciente a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), arrancan aproximadamente a las 7 de la mañana. El objetivo, elaborar el símbolo patrio más importante: la bandera de México.
Ubicada al oriente de la capital, específicamente en la alcaldía Iztapalapa, la FAVE surgió en el año 1982 con el objetivo principal de abastecer al Ejército mexicano con el vestuario y equipo adecuado para las misiones que tienen encomendadas a lo largo del país.
Sin embargo, no es la única tarea, existe un departamento militar encargado de la elaboración de banderas tricolor, esas que vemos en plazas públicas o eventos protocolarios. El área de banderas consta de 14 personas, las cuales se encargan del teñido, confección, corte y sastrería del lábaro patrio.
El Capitán Primero Noe Samperio Padilla, ingeniero industrial perteneciente a la FAVE, señala que en el taller existen 3 tipos de banderas, las cuales se clasifican en monumentales, de escritorio y de edificio.
Las “banderas de oficina” son aquellas que se utilizan en escritorios o escuelas. Después, se les denomina “banderas de edificio” a las que pueden llegar a medir entre 3 y 49 metros de altura. Al final, se encuentran las “banderas monumentales”, estandartes de 50 hasta 120 metros de altura.
“En México existen alrededor de 40 banderas monumentales, entre las más destacadas se encuentran la de Piedras Negras, en el estado de Coahuila, con 120 metros de altura. Otra que está en Iguala, Guerrero, con 110 metros de altura y la del Zócalo capitalino que mide 50 metros de altura”, explica el Capitán Samperio Padilla en entrevista con Infobae México.
La diferencia radica en el material, pues la bandera de interiores está hecha con hilo raso y puede ir bordada, estampada o pintada. Por su parte, la de exteriores, es realizada con tela ripstop punto diamante y únicamente es pintada, esto debido a que es técnicamente imposible bordar o estampar una bandera monumental que puede llegar a pesar 230 kilogramos.
Para la realización de una bandera monumental se requiere de siete días, periodo en el que cinco o siete personas estarán trabajando en los procesos de confección y ensamble.
Zulema Nava Maldonado, subjefa de la Fábrica de Confección C, indica que la tela ripstop permite que la bandera tenga una mayor resistencia a la hora de estar en la intemperie. “Basándonos en los climas que tiene México en todo su territorio, una bandera puede tener un promedio de vida de un año, por lo que constantemente nos llaman para cambiarlas o repararlas”, señala.
Los colorantes que se utilizan en las banderas son de tipo “a la cuba”, un teñido importado de Suiza con calidad mundial.
La producción de banderas se realiza todos los días del año, de hecho, la Secretaría de la Defensa Nacional tiene previsto elaborar mil 142 banderas en este 2020, entre monumentales, de escritorio y de edificio.
Las banderas de la SEDENA no pueden ser recicladas, al contrario, son incineradas y despedidas en un ceremonia. Luego de ser examinada y estudiada por los laboratorios de FAVE, las autoridades correspondientes crean un acta y notifican que la bandera ya no es operativa.
El personal de la FAVE todavía no sabe a ciencia cierta cómo se realizará el Desfile Militar del 16 de septiembre, sin embargo, ellos se mantienen firmes en su labor y señalan que la producción de banderas y vestuario no se detendrá.
NACIMIENTO DE LA BANDERA
El proceso de elaboración de una bandera inicia con la adquisición de la tela blanca y los colorantes. Cabe señalar que, antes de ser introducidos a la cadena de suministro, todos los materiales que utiliza la FAVE son sometidos a un control de calidad.
Posteriormente, se realiza el proceso de teñido para hacer que los lienzos se conviertan en verde y rojo. Tiempo después, el material teñido se manda al área de trazo y corte, para elaborar las medidas que requiera la bandera.
Ya que están los lienzos cortados, se mandan a una zona denominada como Confección C. En esta área se unen los lienzos y se realiza el pintado manual. Este proceso consta de 11 colores primarios y 5 colores especiales que nos darán el matiz de nuestro símbolo patrio.
Una vez pintada, la bandera se meterá a un horno, esto para que las altas temperaturas provoquen que los colorantes se adhieran a las fibras de la tela y así no se deslaven. Terminando ese proceso, se vuelve a mandar el producto al área de los lienzos para unir los tres colores.
Por último, al costado de la bandera, se colocan los aditamentos para poder izar y reforzar el estandarte nacional.
La bandera que conocemos en la actualidad fue diseñada en el año de 1968 y en ella podemos apreciar el escudo nacional de un águila parada sobre un nopal devorando una serpiente.
UNA RESPONSABILIDAD NACIONAL
Noé Samperio Padilla ingresó a la Escuela Militar de Ingenieros en el año 2000 y, años después, se graduó como ingeniero industrial. Luego de ser asignado en diferentes comisiones, en el año 2010 llega a FAVE.
“Poder confeccionar y fabricar los artículos que tus compañeros van a utilizar en su rutina diaria es una responsabilidad enorme, ya que eso les va a permitir desenvolverse de la mejor manera durante sus misiones”, señala Padilla.
Respecto a la elaboración de banderas, Noé Samperio se sincera y reconoce que su trabajo lo llena de orgullo y satisfacción. “Pararte en el Centro Histórico y saber que colaboraste para que esa bandera monumental esté ahí, no tiene precio”, concluyó.
Por su parte, la Teniente Zulema Nava Maldonado, reconoce que su trabajo le ha traído muchas satisfacciones. “Desde la primera vez que porté el uniforme y observé la bandera izada, sentí una sensación inexplicable”, comenta.
Ella describe su labor como una realización personal, una actividad que la sigue motivando a ser mejor día con día. “Como ingeniera, ver tu trabajo plasmado en un lugar tan importante, es un logro muy grande”.
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