Durante los seis años que fue primera dama de México (2006-2012), incluso ahora que busca empezar el camino rumbo a una campaña presidencial para el 2024, Margarita Zavala Gómez del Campo se ha limitado a mantener un perfil bajo y sencillo –claramente conservador, eso sí–, imagen en la que ahondó la escritora argentina Olga Wornat, revelando otras facetas de la esposa del expresidente que, asegura, no todos conocen.
“Margarita, al revés de lo que se pensaba en algún momento, ‘ay Margarita la buena, él es el malo’, ‘en realidad tendría que haber sido Margarita la presidenta’, no”.
Así explicó a Infobae México Olga Wornat, quien recientemente publicó su libro ’Felipe, el oscuro’, en el que habla de los seis años de la presidencia de Felipe Calderón Hinojosa en México y de su declarada guerra contra el narcotráfico.
En uno de los nueve capítulos del libro de 387 páginas, llamado ’Margarita, la socia’, la escritora va más allá del aspecto recatado “como de maestra de escuela”, que asegura en su libro, la ex primera dama siempre se empeñó en conservar.
“... es conservadora y desdeña el hedonismo y la frivolidad; una católica ferviente y cercana al Opus Dei cuando era muy joven. Tuvo intenciones de convertirse en monja (...) Menos el carácter fuerte, que pasa desapercibido hacia afuera, y una intimidad blindada, Margarita engaña a quienes no la conocen”.
Así describe la autora argentina en una parte de su texto a la consorte de Felipe Calderón, remarcando que detrás de su apariencia hay una mujer fría y calculadora “que puede ser despiadada contra quienes se interpongan en el camino de sus ambiciones”; una astuta negociadora, de decisiones rápidas; una política todoterreno, de gran habilidad, pragmática y con mucha ambición.
No obstante también reitera un punto clave: ella nunca fue ajena a las decisiones del expresidente.
“Margarita tenía otro estilo; era más mucho más amigable, tenía más empatía con las víctimas. Pero no olvidemos que Margarita pasó todo el sexenio con Felipe, y sabía perfectamente y conocía perfectamente lo que estaba pasando. Ella fue cómplice, fue socia. Ella no ignoró lo que estaba pasando”, sentenció la periodista argentina.
Margarita Ester Zavala Gómez del Campo nació en la Ciudad de México, el 25 de julio de 1967. Viene de una familia panista de cepa; sus padres eran militantes de Acción Nacional y ella lo empezó a ser desde muy joven, por ahí de los 17 años. Es abogada de carrera, y se introdujo a la política con cargos como el de diputada del entonces Distrito Federal (ahora CDMX) de 1994 a 1997, o el de diputada federal de 2003 a 2006.
“Ella es más fuerte que él”
Felipe Calderón y Margarita Zavala se conocieron precisamente en los cursos de adoctrinamiento del PAN, según recoge el texto de Wornat. Él tenía 22 y ella 17. Dos años después iniciaron su noviazgo y seis más tarde se casaron. Los testimonios recabados coinciden en un punto: ella era la que mandaba.
“«En esa relación, Margarita siempre fue la que mandó, la más fuerte, la de las grandes decisiones. Es inteligente, más inteligente que Felipe, y él le tenía temor» relata Manuel Espino. «No sé por qué, pero cuando estaba con Margarita cambiaba. No gritaba, no madreaba. Ella lo miraba y él cambiaba el tono de voz. Y siempre estaba buscando la aprobación de ella. Si ella decía que no, él daba marcha atrás»”.
El anterior es un fragmento de ’Felipe, el oscuro’, en el que Olga Wornat cita al político Manuel Espino, quien fuera amigo cercano de Felipe Calderón, y por lo tanto, conocía de primera mano los inicios de esa relación.
La autora reiteró la información que obtuvo al respecto, en la charla con Infobae.
“Curiosamente, en la pareja ella es la fuerte, ella es la que manda. Por alguna extraña razón psicológica Felipe Calderón le tiene terror, le tiene miedo. Ella es más fuerte que él. Vaya a saber porqué le tiene miedo. A la única persona que él no le levantó nuca la voz, ni le hizo estallidos, ni tiró las cosas por el aire, ni le gritó, fue a Margarita… y otro, Juan Camilo Mouriño”.
Margarita quiere ser presidenta
En otro fragmento de su libro, Wornat trajo a cuenta una declaración que Margarita Zavala hizo en la recta final de la etapa presidencial de su esposo, cuando este la destapó para las elecciones de 2012, en las que se votaba el mandato que le sucedería.
“«No es democrático que un cónyuge se lance al mismo cargo. No es necesario que la Constitución lo diga. Hay cosas que se dejan a la convicción de las personas»”.
Estos dichos resultan interesantes en la actualidad, ya que precisamente la pareja Zavala-Calderón buscan consolidar como partido político su proyecto México Libre, con el cual se presume que la ex primera dama aspira a convertirse en presidenta de México en las elecciones de 2024.
Cabe señalar que en 2015 Margarita Zavala se había lanzado, vía independiente, para ser candidata presidencial en 2018 (las elecciones que ganó López Obrador). Sin embargo se vio envuelta en una polémica que le cambió el rumbo. En marzo de 2018 el Instituto Nacional Electoral (INE) detectó que la ex primera dama había presentado 700 mil firmas falsas para obtener su candidatura –el requisito mínimo para competir por la presidencia son 866,593 firmas–. Y aunque ella aseguró que no tenía nada que ver con ese fraude y que esos apoyos se los habían sembrado, posteriormente renunció a sus aspiraciones.
“Margarita después quiere ser candidata pero te das cuenta que es absurdo porque arman un partido donde después se descubren 700 mil firmas falsas. Ella dice que no sabía. En realidad es el mismo cuento, ‘no, no sabía qué pasaba con García Luna’. Sí sabían”, advirtió Olga Wornat.
Este fin de semana, luego de que el INE negó el registro de “Libertad y Responsabilidad Democrática A.C.” –mejor conocido como México Libre– como partido político, y que los Calderón Zavala anunciaron que impugnarán tal resolución, el presidente López Obrador sugirió –irónicamente– a su rival Felipe Calderón que buscara apoyo en las instituciones del extranjero o a quienes le ayudaron en 2006 “a robar la presidencia”.
Entonces Margarita Zavala, a través de Twitter, le respondió de manera contundente: “Sr Presidente México Libre lo encabezo yo”.
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