El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard Casaubon, presumió en redes sociales su cachito para la rifa del avión presidencial, la cual sigue en pie pese a la pandemia de coronavirus (COVID-19).
“Compré mi cachito para la rifa del 15 de septiembre, es una buena causa el equipamiento médico de nuestros hospitales”, dijo el canciller.
Además, aprovechó la ocasión para invitar a la ciudadanía a hacer lo propio y también participar en la rifa por el avión TP-01 “José María Morelos y Pavón”, valuado en 130 millones de dólares.
El dinero recaudado será usado para comprar insumos médicos, que van desde ambulancias, hasta camillas y tomógrafos, que serán distribuidos en los hospitales de todo el país.
A dos semanas de la rifa, cabe recordar algunos de los hechos que han ocurrido en torno a ella:
Recientemente, la senadora Claudia Anaya, de la bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI), denunció a través de redes sociales que miembros del Ejército Mexicano habían sido enviados a vender cachitos de la rifa.
La acción fue criticada en redes sociales, pues cibernautas apuntaron que la promoción de la rifa, organizada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, no debería de estar dentro de las actividades del personal militar.
En la fotografía que acompaña la publicación de la legisladora se observan algunos uniformados dentro de una carpa, al exterior de la Sedena, con una mesa, colocada como un puesto callejero, aparentemente promocionando la adquisición cachitos.
Sin embargo, esta no fue la única acción. Anteriormente el titular del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), Carlos Martínez Velázquez, invitó a sus empleados a gastar $500 en un cachito de la rifa.
Según la periodista Denise Maerker, los trabajadores de la dependencia se sentían presionados por adquirir uno de los billetes.
Recursos humanos de la dependencia había girado un oficio en el que indicaba que la fecha límite para adquirir sus boletos era el 4 de septiembre.
Además, se asignó el número de cachitos a comprar dependiendo del rango y salario de cada empleado. Por ejemplo, los gerentes de área debían comprar mínimo 8 y hasta 12 boletos; a los subgerentes se les solicitaba obtener hasta 5 cachitos.
Según Martinez Velázquez, esta acción es una forma de retribuir al “al país lo que ha hecho por nosotros”.
Aunque el Infonavit y el Ejército Mexicano no fueron los únicos en promover la compra de los cachitos del avión presidencial.
A principios de agosto, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a cargo de Manuel Barlett Díaz, reconoció que también solicitó a sus empleados comprar boletos para la rifa.
De acuerdo a la empresa, la solicitud no fue obligatoria, pues no aplicó sanciones o castigos a aquellos que no realizaron la compra.
No obstante, a la entrada de algunas de las instalaciones de la CFE se han colocado módulos del Lotenal, para invitar a los trabajadores a participar en la rifa del avión, cuyo premio no será el avión.
En total, habrá 100 premios de 20 millones de pesos. La rifa se llevará a cabo el próximo martes 15 de septiembre, en el salón de sorteos del edificio Moro de la Lotería Nacional (Lotenal), ubicado en la Av, Paseo de la Reforma 1, colonia Tabacalera en la alcaldía de Cuauhtémoc, en la Ciudad de México.
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