El 22 de abril, el estadounidense Gavin Seim ocasionó un ataque mediático en México cuando publicó un video en redes sociales donde se le podía ver ignorando las medidas de protección contra el COVID-19 en la ciudad de Querétaro.
Sin una máscara, Seim afirmaba que el gobierno no tenía el derecho de cerrar la plaza que él estaba visitando o de “administrar su salud”. Varios medios de comunicación y líderes de opinión lo rechazaron y clasificaron como un “turista enojado”. El embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, lo llamó un “mocoso mimado y una vergüenza para nuestro país... el ejemplo perfecto del ’Americano Feo’”.
Sin embargo, éste no fue un incidente aislado. Seim es un activista anti-gobierno y un conspiracionista de COVID-19. Falsamente afirma que el coronavirus es una gripa “normal” y que no existe evidencia de que los cubrebocas funcionen. En julio de este año publicó dos historias de personas que violaban las medidas sanitarias en negocios mexicanos para impulsar a sus seguidores a no ser “borregos”.
La parte más extraña de la historia es que él insiste que no es solamente un turista comportándose mal, sino un refugiado político de la injusticia estadounidense.
Seim es un fotógrafo de 35 años de Ephrata, Washington. Estuvo involucrado en el movimiento patriota que se manifestaba sobre la familia Bundy, miembros que fueron acusados después de un enfrentamiento armado con agentes federales por tarifas de pastoreo de ganado, a mitad del año 2010.
Comparte visiones libertarias utópicas, preocupación sobre la destrucción de libertades estadounidenses, y conspiraciones sobre las maquinaciones de las élites. Sin embargo, incluso algunos de los seguidores de la familia Bundy lo ven como únicamente absolutista, agresivo, e hiperbólico.
Por ejemplo, llama a todos los policías “Blue ISIS” y ha argumentado que “ninguna persona en el sistema de prisión estadounidense está ahí legalmente. Todos los juicios han sido estropeados y todos los prisioneros abusados”.
Greg Whalen, seguidor de la familia Bundy, explicó a The Daily Beast sobre la retórica grandiosa y extremista de Seim que cuando una persona dice “20% de verdades y el resto es mentira, parece que es un hecho”.
“Él no lo puede ver por sí mismo. Es una mezcla de antifa y un ciudadano soberano”. Los ciudadanos soberanos están unidos por la creencia de que la mayoría, si no es que todo, del cumplimiento de la ley es criminal, y que los sistemas legales tienen el objetivo de mantener a los ciudadanos confundidos y oprimidos.
Comenzó su activismo, por lo menos, en el 2014, cuando retaba a los policías al sentarse en vehículos sin registro o al crear paradas de tráfico: quería sermonearlos sobre la supuesta inconstitucionalidad de sus acciones. En agosto de 2017, fue arrestado por presuntamente interferir en una parada de tráfico y una corte local le ordenó abrir su celular para revisar el video del encuentro.
En lugar de acceder, Seim empacó y llevó a su esposa e hijos en una casa rodante y manejó por 18 horas seguidas a México, escapando un cargo por delito menor mientras insistía que las autoridades locales le querían colocar pruebas en su contra para encarcelarlo por siempre.
“Puedes enfrentarte con cargos que son menores, pero siempre acabarás muerto” en el sistema de justicia de Estados Unidos, afirmó recientemente en un video donde hablaba sobre el incidente.
Seim afirmó que ha aplicado para recibir asilo político en la Ciudad de México. Sin embargo, esto fue después de que empezara a grabar sus confrontaciones con policías mexicanos, sólo unas semanas tras llegar al país. En enero de 2018 ya estaba intentando retar sus actividades, en inglés, al citar artículos de la Constitución mexicana. En videos declara que son menos “matones” que los policías americanos, pero insiste que necesita mantenerlos honestos.
Matthew Sweeney, académico experto en el movimiento de extrema derecha, dijo a The Daily Beast que nunca había escuchado de alguien de esos círculos abandonar Estados Unidos para vivir en México. La decisión de Seim confundió y entretuvo a otros seguidores de la familia Bundy.
Pero una decisión todavía más extraña es el hecho de que México sí haya otorgado, como Seim declaró a principios de este año, a su familia y a él, asilo.
Ni la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) ni la Embajada de Estados Unidos en México respondió a solicitudes de comentarios de The Daily Beast. Maureen Meyer, del grupo de derechos humanos Washington Office on Latin America (WOLA), señaló que data del Instituto Nacional de Migración indica que ha emitido 12 permisos de residencia permanente a estadounidenses durante este año. Siete de ellos fueron en enero, cuando Seim afirma que sus cinco hijos, su esposa, y él, recibieron sus documentos.
Independientemente de su status, no existe evidencia de que las provocaciones de Seim en México hayan atraído apoyo local, antes o desde que empezó la pandemia. Retóricas de tipo patriota y de extrema derecha estadounidense son relativamente raras en el país.
Amy Cooter, investigadora del movimiento de extrema derecha, afirmó que existen “muchas barreras, desde diferencias políticas y culturales hasta de personalidad que provocan que sea improbable que personas se unan para seguir a Seim en México.
Por el contrario, después de ignorarlo durante sus primeros dos años en el país, medios de comunicación mexicanos han empezado a acusar a Seim de distorsionar la Constitución, y varios ciudadanos han empezado a vocalizar y sugerir que sea deportado. Se enfocan, y están irritados, por sus pretensiones de autoridad y sus burlas sobre las leyes locales: porque al hacerlo está activamente rompiendo con los esfuerzos para controlar la pandemia.
Hasta el momento, autoridades mexicanas parecen no estar interesadas en las hazañas de Seim. No ha sido arrestado ni ha recibido reacciones extremadamente críticas. Los policías en sus videos aparecen perplejos o exasperados por su falta de habilidades lingüísticas o su comportamiento insistente y agresivo, pero finalmente lo ignoran. José Antonio Mejía Lira, presidente municipal de Tequisquiapan, en Querétaro, donde Seim ha grabado varios de sus videos, declaró a The Daily Beast que Seim no está en su radar.
“No es de importancia para el municipio”, dijo Mejía Lira.
Con información de The Daily Beast
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