Una experiencia escolar terminó convertida en una lucha por sobrevivir. Estudiantes mexicanos viajaron a la Argentina en un intercambio académico, pero la pandemia de COVID-19 provocó que permanecieran varados más de cinco meses en un país ajeno a su patria.
“La parte que más me duele es que todo el mundo dice que está harto de la cuarentena. Estando lejos de casa, lo que yo quisiera es estar aunque sea una semana encerrada con mi familia. Todo el mundo se queja de ‘qué horrible no poder salir’, pero lo horrible es realmente estar lejos de casa y no saber cuándo volver”, relató Aida Fernández a Infobae México.
La historia de la estudiante de la Facultad de Arquitectura de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) que realizó un intercambio para estudiar sus últimas tres materias en las Universidad Nacional de La Plata no fue la única. Este medio recopiló el testimonio de seis jóvenes más que estaban en la misma situación, aunque ellos mismo señalaron que había más personas varadas en Argentina.
La pesadilla comenzó el 11 de marzo, cuando el gobierno argentino declaró la emergencia sanitaria en el país. Comenzó entonces una fuerte restricción en la movilidad de sus ciudadanos, así como la suspensión de los vuelos comerciales de entrada y salida del territorio.
En el caso de los jóvenes, empezó la incertidumbre en cuanto a los estudios. Las universidades que los acogieron, sobre todo en el interior (provincia) de Argentina, suspendieron clases presenciales y el riesgo de perder el semestre comenzó a ser una preocupación para los estudiantes mexicanos.
Después, con el cierre parcial de las fronteras, los mexicanos perdieron la oportunidad de regresar en un vuelo humanitario. Las aerolíneas aumentaron el costo de los viajes y los vuelos gratuitos de la Fuerza Aérea Mexicana fueron especiales y se limitaron a llevar y traer sobre todo turistas varados en el inicio de las cuarentenas en cada país.
“Lo del cierre de fronteras nos agarró de sorpresa. Yo me enteré de los primeros vuelos, pero a mí no me llegó ningún correo de la Embajada. Entiendo que yo no era prioridad, dado que tenía como planteado quedarme aquí hasta julio, pero esta situación se alargó mucho. Mi vuelo inicialmente estaba programado para el 28 de julio y bueno eso ya fue hace un mes casi”, comentó Ara Ávalos, estudiante de la UNAM, a finales de agosto.
La joven, estudiante de Diseño y producción audiovisual, viajó de intercambio a la Universidad Nacional de Villa María, en la provincia argentina de Córdoba.
Esta situación la confirmó la embajada de México en Argentina a este medio. La dependencia creó un micrositio para generar un registro oficial donde le piden registrarse a todos los ciudadanos mexicanos que todavia permanecen en Argentina, que tiene filtros para revisar casos puntuales de cada persona varada.
“Tuvimos criterios de protección consular: en primer lugar elegimos a las personas de tercera edad o grupos de riesgo ante enfermedad, sin importar edad; luego personas menores de edad que viajen solos; grupos familiares, sobre todo los que viajan con niños; y viajeros con vuelos cancelados en general”, detalló en entrevista Carla Juárez, encargada de la sección Consular de la Embajada de México en Argentina.
La cancelación de vuelos fue sólo el principio. Conforme pasó el tiempo, las becas de los estudiantes, en casi todos los casos su único sustento, disminuían al correr las semanas. Durante meses tuvieron que financiar sus alojamientos, comidas, gastos médicos, entre otras cosas, mientras esperaban en cuarentena a que la situación cambiara.
“En el caso de algunos compañeros, como el mío, el único ingreso que tenemos es la beca que nos fue otorgada. Ya está por acabarse y nos orillan a trabajar de forma informal. Parece que no les importa que se vaya a los extremos”, lamentó en su momento Josafat Navarro, estudiante de la Facultad de Derecho de la UNAM que llegó a la Universidad Nacional de Rosario.
Junto al problema del dinero, llegó también el de su estatus migratorio. Por la suspensión de actividades, los trámites de actualización de la visa fueron inciertos. Esto generó que incluso recibir dinero desde México fuera complicado, pues algunos servicios piden una identificación vigente.
“Al principio usé Western Union para el dinero, pero después de 90 días la visa se venció y ya no puedes retirar dinero con esa identificación. Te dejan a la deriva. Terminé cambiando a un servicio menos estricto y al final mejor le pedí a un amigo local que le enviaran dinero a su cuenta. Nos llevan al límite”, contó Aida.
Fue hasta hace pocos días que la Dirección Nacional de Migraciones anunció que todas las residencias (temporarias, transitorias y precarias), que vencieron a partir del 17 de marzo, están renovadas automáticamente. “En tanto dure el aislamiento social, preventivo y obligatorio”, señaló la Embajada mexicana en su micrositio.
Conforme el tiempo se alargaba, los estudiantes, que en un principio no fueron considerados entre la población vulnerable debido a que sus planes se extendían durante un semestre, comenzaron a ubicarse en ese sector: no sólo se terminaba su beca, sino también los seguros médicos que habían contratado para sus viajes.
“La mayoría de nosotros ya no tenemos seguro, en mi caso me regresaba a inicios de agosto y mi seguro cubría dos días después de regresar a México, pero la mayoría regresaba a mediados o finales de julio y ya. Conozco, tengo compañeros que no tienen seguro desde hace un mes incluso”, expresó Ángel Alvarado, quien también llegó a Villa María a estudiar Ambiente y energía renovable.
A mí se me terminó el seguro el 5 de agosto. Yo viajaba el 1 de agosto
Además, sobre los jóvenes se cernía la sombra de los contagios. Lejos de casa, con cada vez menos recursos y con seguros vencidos, las dudas crecieron. “No nos hemos contagiado, pero te cuestionas si así fuera. No hay certidumbres”, añadió Ara.
“Nosotros le exigimos al gobierno mexicano que se responsabilice por sus alumnos. Presume que manda estudiantes al extranjero y que según los jóvenes somos el futuro, pero en realidad no se ve el compromiso. Que sean responsables y que el vuelo humanitario realmente sea accesible para nosotros”, concluyó Estefanía Gallegos.
Más de 1,5000 mexicanos repatriados
Mientras tanto, la Embajada mexicana en Argentina también tuvo que sortear una serie de complicaciones a lo largo de los últimos meses de cuarentena obligatoria. “Ha sido un ejercicio de trabajo intensísimo. Se requirió de una intervención urgente e inmediata”, señaló Carla Juárez.
El trabajo del Consulado y la Embajada comenzó tan pronto como aquel 11 de marzo, cuando de un momento para otro, con las declaraciones de emergencia sanitaria, cientos de personas quedaron varadas en aeropuertos, desalojada de hoteles por las nuevas medidas y sin poder transitar por territorio argentino.
“Esa primera semana logramos que regresaran muchas personas a México”, explicó la funcionaria. “Es un trabajo completamente de diplomacia consular. Quiere decir que estamos en diálogo permanente con autoridades nacionales argentinas, Cancillería puntualmente, pero también con el Ministerio de Transporte y el de Turismo”, explicó, así como con los Consulados honorarios de México en Mendoza y Córdoba.
El mecanismo parece sencillo, pero implica una coordinación y un esfuerzo permanente en todos los niveles. La Cancillería mexicana recibe la información que le provee la Embajada en Argentina, con los detalles de cada persona registrada, para analizarla. Entonces se definen los pasos a seguir.
“En realidad todas las personas que han regresado desde Argentina han contado con el apoyo de la Embajada de alguna manera u otra manera, porque nosotros tenemos que emitir todos los permisos de circulación de las personas que están aquí: salvoconductos, notas diplomáticas, gestiones ante autoridades locales”, aseguró Juárez.
Y en total, hemos ayudado a retornar a México a cerca de 1,500 personas desde el inicio de la pandemia
El ansiado regreso
De los cientos de personas que han podido ser repatriadas desde Argentina a México se encuentran varios de los estudiantes que Infobae México entrevistó hace unas semanas, como Aida, Ángel, Josafat y Narda Moreno.
Un chárter de la agencia de viajes Mundo Joven trajo entre el domingo 31 de agosto y el lunes 1 de septiembre a 110 personas varadas en el país sudamericano, incluidos decenas de estudiantes de movilidad.
Para completar este esfuerzo, la Embajada se ha apoyado en todos los niveles de gobierno. En el caso de la repatriación de los alumnos de intercambio, se apeló al apoyo de los gobiernos estatales y sobre todo de sus universidades de origen, además del apoyo de las familias.
“Pude regresar a mi país debido al apoyo de la UNAM y la Embajada me ayudó a gestionar los trámites y encontrar un transporte para ir de Villa María a Buenos Aires”, expresó Ángel antes de abordar el avión rumbo a casa. Incluso para circular por las calles del país sudamericano se requiere un salvoconducto diplomático.
“Tanto la Embajada como la UNAM gestionaron esto en horas”, añadió Aida. Sin embargo, otras instituciones también apoyaron a sus alumnos, como la Universidad de Colima, de Morelia, el Tecnológico de Sonora, la Autónoma de Aguascalientes, la Autónoma de Querétaro, la Autónoma de Ciudad Juárez y la Universidad Veracruzana.
“El gran trabajo es sensibilizarlos con respecto a la situación puntual que se vive en la Argentina y explicar por qué es tan difícil volver a México, no es que existan alternativas de vuelos comerciales y que sea fácil tomar un vuelo hoy o mañana. Se tiene que pensar de aquí a un mes cuál es la opción disponible”, manifestó la encargada de la sección Consular.
Sin embargo, a pesar del trabajo “sin descanso” de todos los involucrados, aún quedan unas 50 personas varadas en Argentina. “Es difícil tener un número específico, fluctúa todos los días”, concluyó Juárez.
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